Cuando la semana pasada Luis Videgaray Caso, el canciller mexicano elogió al Secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, a muchos nos quedaba claro que esa era la señal de que si, en efecto, el titular de las finanzas de México sería el candidato del PRI a la Presidencia de la República. Sin embargo, dos días después, el propio presidente Enrique Peña Nieto mandó otra señal cuando a pregunta expresa sobre los elogios de Videgaray a Meade, el inquilino de Los Pinos durante una gira por la Paz, Baja California Sur de despegó de los miembros del Estado Mayor Presidencial y les dijo a los reporteros que “: “Están bien despistados. El candidato no se elige por elogios o aplausos”.

Esa señal, entonces, abría el abanico a tres diferentes opciones. Primero, la decisión no era por el lado de Meade lo que fortalecía las posibilidades de la candidatura para el Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong; segundo, la declaración del presidente Peña le abría la posibilidad al propio Videgaray de ser el caballo negro; y, tercero, que la declaración fuera un distractor para tratar de alargar más el momento del destape. Nunca como antes, la cultura del “dedazo” se ha fortalecido como en este proceso interno donde el PRI tiene en sus manos la presidencia de la república y, queda más que claro, que la decisión sobre la designación del sucesor de Enrique Peña Nieto la ha tomado al cien por ciento el propio Enrique Peña Nieto, marcando los tiempos y circunstancias en torno al destape.

Y no será casualidad si es que en unos minutos más se va confirmando que al Comité Ejecutivo Nacional del PRI irá el ex gobernador del Estado de México, Eruviel vila Villegas; a la Coordinación de la Campaña de Meade ira Aurelio Nuño Mayer, si a la Dirección General de Petróleos Mexicanos va Enrique Ochoa reza, y a la Secretaría de Hacienda va José Antonio González Anaya. Puros peñistas, peñistas puros de cara a la sucesión.

En este escenario, lo más probable es que el canciller Luis Videgaray Caso se quede en la Secretaría de Relaciones Exteriores para, primero, estar cerca del Presidente Enrique Peña Nieto, como lo ha estado en los últimos 15 años. Además, esta posición le permitirá ir tomando el pulso de la imagen que de México tiene el mundo. Y lo más importante, poder estar cerca de su muy amigo, Jared Kushner, yerno del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pero además principal asesor de esta administración en el vecino país del norte, pieza más que importante en este juego de ajedrez.

Entre Luis Videgaray Caso y José Antonio Meade Kuribreña hay 30 años de amistad y relación, la cual inició desde que ambos eran estudiantes de economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México. Y seguramente seguirán haciendo equipo en los tiempor por venir.

En unos minutos más este escenario irá tomando forma. Y a pesar de todo lo que se diga del Presidente Enrique Peña Nieto, lo que nadie puede negar, es que en temas electorales, como él mismo lo dijo hace apenas algunos días en una cena con empresarios, “soy altamente competente”.

El pulso de la sucesión y el destape del candidato del PRI lo trae él, y sólo él, en sus manos. De los resultados habrá que esperar hasta el primero de julio de 2018 por la noche. Pero nadie puede perder de vista que Peña Nieto ganó él cuando candidato a Gobernador del Estado de México en 2005, hizo ganar a Eruviel Ávila también como Gobernador de la misma entidad en 2011, y repitió la dosis con su primo Alfredo del Mazo en 2016.

P.D. 1. Si el escenario no falla, el nuevo Secretario de Hacienda será un amigo, muy amigo, de mucho afecto, con el Gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca. Apenas, hace menos de una semana estuvo en Reynosa, y firmó junto con el mandatario tamaulipeco un contrato de comodato que le cede al Gobierno del Estado dieciséis hectáreas de la antigua Refinería para la construcción del Parque Cultural Refinería. Y ese mismo amigo del Gobernador García Cabeza de Vaca es cercano, muy cercano, a José Antonio Meade Kuribreña. Ahí nomás para el apunte.

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