El domingo primero de julio del próximo 2018, viviremos en México elecciones para la renovación de 3 mil 447 cargos de elección popular. En esa jornada estará en juego, la renovación del titular del poder ejecutivo federal, del presidente de la República, por lo cual la expectativa es que esta será una elección histórica, dados los diferentes escenarios que se vislumbra podrán ocurrir.

Además, se renovarán las 300 curules de mayoría y las 200 de representación proporcional de la Cámara de Diputados Federal, 64 Senadores de mayoría relativa, 32 Senadores de Representación Proporcional y 32 Senadores de Primera minoría. También estarán en juego 8 gubernaturas, a saber, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Yucatán y Veracruz, 27 congresos locales, la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y 1,954 ayuntamientos en todo el territorio nacional. Insisto, será esta una elección histórica, ni más ni menos.

En Tamaulipas, estarán en juego, además de los encargos federales, 9 diputaciones y tres senadurías, los 43 ayuntamientos de la entidad, con una variante que me parece importante destacar: por vez primera, habrá reelección de Presidentes Municipales en este proceso electoral, además de los candidatos independientes que ya participaron en la pasada elección de 2016.

Y al hablar de los alcaldes es imposible desasociar a los presidentes municipales de esta posibilidad, aunque debe quedarnos claro que no todos quienes gobiernan hoy en los 43 municipios serán sujetos de la reelección ante su mal comportamiento público y que habrá partidos políticos que están por decidir si los respaldan o se van con otro candidato. Será este un proceso complicado dado que muchos de ellos sueñan con volver a estar.

Por lo pronto, le puedo asegurar que el Presidente Municipal de Nuevo Laredo, Enrique Rivas Cuellar, va en caballo de hacienda rumbo a la reelección. ¿Por qué le comento este escenario? Porque hay que aprender a leer entre líneas las señales que se dan en cada palabra, en cada momento, en cada acción que se de en el ámbito político.

Ayer, en gira de trabajo por aquellas latitudes de la frontera de Tamaulipas, el mandatario tamaulipeco, quien por cierto tenía cuatro meses de no estar por allá, afirmó que el alcalde de Nuevo Laredo, Enrique Rivas Cuéllar, “no está solo, porque tiene el apoyo de mi gobierno”, y aseguró enfático que el edil neolaredense “es un gran  aliado y por ello, le reitero que, “estaremos trabajando de la mano con su gobierno”, para impulsar este y todos los proyectos que para bien de las familias de esta ciudad, se tengan que realizar y este puerto fronterizo -Nuevo Laredo-, y que la Ciudad continúe por el sendero de la prosperidad social y “esta redunde en bien de las familias de los diversos estratos sociales”.

El mandatario tamaulipeco, Francisco García Cabeza de Vaca, destacó que Rivas Cuéllar, por el deseo de servir a su pueblo, “nos ayuda a conseguir los terrenos y nosotros a realizar las obras de infraestructura”, esto es coordinación de trabajo y en este tenor de coordinación laboral entre ambos gobiernos, seguiremos trabajando para que a Nuevo Laredo, le siga yendo bien y continúe siendo uno de los municipios de la frontera de los más importantes en desarrollo e infraestructura social en el país, dijo el Gobernador de Tamaulipas.

¿Así o más claro? Podríamos decir que Enrique Rivas Cuellar es el primer alcalde de Tamaulipas con ese reconocimiento, directo y a la cabeza, que podría traducirse como un apalancamiento a su reelección para julio del próximo año. Sin ganas de especular, por ahí se ve y por ahí es. Falta analizar el caso de otros alcaldes, algunos que si van y otros que ya no jugarán, pero ese análisis será motivo de otras colaboraciones.

1. 1. Ya no entendí la jugada. A Palomito, el hijo de Mercedes del Carmen Guillén Vicente, lo trajeron a la PROFECO y luego se lo llevaron por aquello de la inhabilitación por 10 años para ocupar un cargo público, y que vence el 14 de noviembre de 2025. http://www.rsps.gob.mx/Sancionados/publica/buscapublicas.jsp

Y luego lo volvieron a quitar y luego lo volvieron a poner y luego a quitar.

En esa tesitura, esta tarde sorprendió a tirios y troyanos el poder que debe tener su mamá, la Diputada Federal por Tampico, Paloma Guillén Vicente, ya que logró que a pesar de la inhabilitación, le regresaran el trabajo a su hijo, y hoy, nuevamente, Méndez Guillén tomó posesión de la Delegación de la PROFECO en Tamaulipas.

Jorge Alberto Méndez Guillén ya es otra vez delegado de PROFECO en el estado y según se rumora viene muy enojado, con ganas de buscar camorra y de cortar cabezas por los malos ratos que le han hecho pasar los medios, por lo que dicen buscará quien se la pague y no quien se la hizo. Eso sí se dice.

Lo que no se dice es como logró que, legalmente, le devolvieran el puesto a pesar del castigo, la inhabilitación que se le impuso por diez años por “negligencia administrativa” cuando el jovenazo se desempeñaba en BANSEFI, bajo el expediente 236/2015. Y reitero, resulta extraño porque de acuerdo con la Ley de los Servidores Públicos, aplicada, ninguna sanción puede ser retirada o eliminada y por lo tanto legalmente el señor Guillén no puede ocupar la PROFECO. ¿Mano negra o simple coincidencia? Ojalá y no se equivoquen quienes lo llevaron a la silla y pongan la Iglesia en manos de Lutero.

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