México,(Notimex).- Aunque la cultura cívica en América Latina debe ser considerada en función del contexto histórico de cada país y de su proceso de democratización, la participación ciudadana, sobre todo de los jóvenes, se refleja en la exigencia de oportunidades, expuso Beatriz Paredes Rangel.

Al participar en la mesa Cultura Cívica en América Latina: Votantes activos, ¿ciudadanía pasiva?, la exembajadora de México en Brasil dijo que el desdén por lo público no significa la negación en la participación ciudadana, pero sí provoca una enorme distancia del ejercicio de la política por desconfianza.

En el diálogo, como parte del VIII Foro de la Democracia Latinoamérica, Desafíos de las elecciones en tiempos de cambio: un panorama latinoamericano, la política tlaxcalteca indicó que en todos los países se observa participación en eventos sociales dramáticos, festivos y con capacidad de cooperación.

En el evento moderado por el secretario Ejecutivo del Instituto Nacional Electoral (INE), Edmundo Jacobo, Paredes Rangel destacó sin embargo la importancia de comprender lo que genera el desafecto por lo político.

Indicó que a diferencia de otros países latinoamericanos, en México se requiere una columna vertebral de educación cívica en los programas escolares, por ejemplo.

Tras subrayar que América Latina tiene realidades políticas diversas, la cultura cívica se debe juzgar en función del contexto histórico de cada país y de su proceso de democratización.

En ese sentido, afirmó que la participación ciudadana tiene diferenciación en la región por estratos sociales, y mencionó que en sociedades con antecedentes indígenas, la participación ciudadana ha sido importante sobre todo para conservar sus tradiciones y defender su identidad.

Apuntó que la participación ciudadana depende de los estratos sociales, pues en el caso de una población de clase alta no necesariamente tomarán las calles pero sí el ejercicio de la crítica de manera sostenida, y en México, resaltó, la participación ciudadana en los sismos de 1985 y de este año fue importante.

Al respecto, el expresidente de Bolivia de 2003 a 2005, Carlos Mesa, subrayó que no se debe diferenciar el voto como un compromiso activo y como una forma de acción democrática y la pasividad de la ciudadanía en la vida cotidiana.

Mencionó que América Latina ha mostrado una decisión de participación y compromiso en momentos difíciles en diferentes países, como las movilizaciones en Chile que buscaban la transformación del modelo educativo, o Guatemala, que forzó a la renuncia de un presidente con manifestaciones pacíficas.

Consideró que la sociedad latinoamericana, en distintos contextos y momentos, es consciente de su desafío y dispuesta a actuar y expresarse en contexto de un escenario democrático complejo.

La democracia es lo mejor de los modelos y una forma de definir el tipo de convivencia que queremos compartir en una comunidad, puntualizó.