Celebran chilenos a la cantautora Violeta Parra a 100 años de nacida
México, (Notimex).- Continúan las actividades por el centenario de nacimiento de la cantautora chilena Violeta Parra, y no obstante que el acto central de mañana en los balcones del Palacio de la Moneda fuera suspendido por pronóstico de lluvias, los chilenos rinden su propio tributo a la autora de temas como "Gracias a la vida".
Este 4 de octubre, fecha del centenario, se conmemora además el Día de la Música Chilena, por lo que en diversos puntos de esa geografía sudamericana se realizarán mañana conciertos gratuitos.
Como parte de los festejos del centenario, que han tenido lugar durante el año, destaca el de la ciudad de Valdivia, donde la Orquesta Filarmónica de Los Ríos, acompañada por siete cantantes de diversos estilos, ofrecerá 12 fechas, con temas emblemáticos de la folclorista nacional como una forma de celebrar su centenario.
Se espera que el acto en La Moneda, en el que participarían Ana Tijoux, Gepe, Evelyn Cornejo y Tita Parra, así como la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles (FOJI), tenga en breve nueva fecha.
El ciclo de festejos en honor a la folclorista concluirá en diciembre, en el Teatro Municipal, donde se llevará a cabo un concierto sinfónico en honor de quien es considerada un referente de la música chilena en el mundo.
Violeta Parra nació el 4 de octubre de 1917 en San Carlos, Chile, en el seno de una familia tradicional, conformada por su padre el profesor de música Nicanor Parra y su madre la campesita Clarisa Sandoval.
Durante su infancia, Violeta vivió en distintas localidades de la zona de Chillán, donde realizó sus primeros estudios y tuvo sus primeras experiencias artísticas, tomando clases de guitarra y canto al lado de sus hermanos Hilda, Eduardo y Roberto.
Por insistencia de su hermano mayor, el escritor Nicanor Parra, Violeta se trasladó a la capital chilena para asistir a la Escuela Normal, institución en la que permaneció menos de un año, para después trabajar al lado de sus hermanos, cantando boleros, rancheras, corridos mexicanos y otros estilos en diversos restaurantes.
En aquel ambiente, con sólo 21 años de edad, conoció al ferroviario Luis Cereceda, con quien contrajo nupcias y formó una familia en la que nacieron sus hijos Isabel y Ángel, quienes adoptaron el apellido materno. Sin embargo el matrimonio sólo duró 10 años, y de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Chile “memoriachilena.cl”, la desilusión de aquel amor, marcó gran parte de la vida y obra de la artista.
En aquellos años de matrimonio, se trasladaron a Valparaíso, donde se unió a una compañía de teatro que realizaba giras por todo Chile, en la que bajo el seudónimo de “Violeta de mayo” comenzó a cantar canciones españolas.
De acuerdo con el portal electrónico “biografiasyvidas”, en 1943, luego del divorcio, formó junto a su hermana Hilda el dúo “Las hermanas Parra”.
En los siguientes años trabajó en circos populares y junto a sus hijos realizó giras por todo el país, por Santiago principalmente; impulsada por su hermano Nicanor comenzó a rescatar, recopilar e investigar la auténtica música folclórica chilena.
Razón por la que abandonó su antiguo repertorio y realizó recitales en las universidades chilenas, presentada por el académico Enrique Bello Cruz, añade el portal electrónico “violetaparra100.cl”.
A principios de los años 50, recorrió los barrios más pobres de Santiago de Chile, las comunidades mineras y las explotaciones agrarias, de las que recogió las canciones anónimas que después interpretó en una serie de programas radiofónicos para Radio Chilena, emisora que la proyectó al primer plano del folclore nacional.
En 1954 recibió el premio “Caupolicán”; además de que en ese mismo año contrajo matrimonio con Luis Arce, del que nacieron sus hijas Carmen Luisa y Rosa Clara; un año después conoció a Pablo Neruda.
En aquellos años, compuso sus primeras canciones basadas en las formas folclóricas tradicionales, grabó dos sencillos para el sello Emi-Odeón, que se ubicaron en el primer plano de la popularidad.
También en esa época realizó su primer viaje a Europa, que tocó Francia, donde tuvo la oportunidad de plasmar temas del folklore chileno para el catálogo del sello Le Chant Du Monde.
De regreso a su país natal, grabó el primer álbum de la colección “El folclore de Chile”, serie que garantizó la conservación de multitud de temas populares de autoría anónima, y fue designada directora del Museo de Arte Popular de la Universidad de Concepción y retomó sus actuaciones en Radio Chilena.
En los años 60 realizó actuaciones en diversos países del Viejo continente y en 1964 tuvo la oportunidad de organizar una exposición individual de su obra plástica en el Museo del Louvre, la primera realizada por un artista latinoamericano.
De nuevo en Santiago de Chile, junto con su hermano Nicanor Parra y sus hijos mayores, animaron la "Peña de los Parra", un nombre de resonancias legendarias en la música popular de América Latina.
Violeta Parra fue una investigadora del folclore chileno; su obra recopilada es inmensa y comprende numerosos géneros, como tonadas, parabienes o villancicos.
En su vasto repertorio se encuentran las piezas “Casamientos de negros” (1955), “Yo canto la diferencia” (1961), “Una chilena en París” (1965), “Qué dirá el Santo Padre” (1965), “Rin del angelito” (1966), “Run run se fue pal Norte” (1966), “Volver a los diecisiete” (1966) y “Gracias a la vida” (1966), muchas de las cuales han sido grabadas por destacados intérpretes.
Entre sus últimos trabajos, en 1966, el sello discográfico “Emi-Odeón” editó el LP “Carpa de La Reina”, colaboración de Violeta y otros artistas, y el EP “El tocador afuerino”, trabajo instrumental para cuatro y quena, trabajado junto al antropólogo y músico Gilbert Favre (1936-1998), así como el LP “Las últimas composiciones de Violeta Parra”, acompañada por sus hijos y el uruguayo Alberto Zapicán.
De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Chile, toda la sensibilidad que plasmó en su obra, tuvo un triste desenlace en su vida, pues su intensidad hasta en las cosas más sencillas, sus fracasos amorosos y sus dificultades económicas, generaron en ella una gran depresión que la condujo al suicidio el 5 de febrero de 1967.
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