Voluntariado, de textilera en la Doctores a Puebla, labor interminable
México, (Notimex).- Ixhel Rivera tiene 36 años de edad y es paramédico, trabaja como voluntaria de la Cruz Roja de Coacalco, en el Estado de México, y recientemente se unió a los Topos Aztecas y desde el martes pasado sólo ha regresado a casa una vez.
Pasados los días y después de colaborar activamente en las labores de rescate en la textilera de Chimalpopoca, en la colonia Doctores, y en el edificio Escocia, en la Del Valle, ofrece ayuda como parte de una brigada de 30 personas de los Topos Aztecas en la reconstrucción de una casa en la comunidad de Hueyapan, en el municipio de Tetela, en Puebla.
En la ranchería, comenta, vive Roselia de 39 años y madre de cinco hijos y uno en camino, no quiere salir a su casa que está en zona de riesgo por temor a ser despojada, en la comunidad hay carencia de material de construcción y el acopio de víveres no llega hasta allá, comenta al hacer un recuento de sus actividades tras el sismo.
Rivera tiene tres hijos de 13, 10 y 6 años, la de en medio tiene problemas del corazón, por lo que vio la necesidad de tomar un curso de primeros auxilios pero terminó estudiando la carrera de paramédico con lo que también comenzó su amor por el voluntariado y tiene ya una década desempeñando estas labores.
“Experiencias fuertes hasta ahorita, voy a cumplir 10 años como paramédico y en esos días nunca me había tocado ver morir a un paciente, llegaba y o ya habían fallecido o lo hacían en el hospital y en estos días me tocó”, comentó.
En su voluntariado en la Cruz Roja ha conocido a muchas personas, entre ellas, Juan Calderón, parte de la brigada de Topos Aztecas, especialista en estructuras colapsadas y desastres, por lo que en las primeras horas posteriores al sismo la invitó a participar, Ixchel pensaba estudiar esa especialidad a principios de noviembre, pero la vida, refiere, le permitió aplicar antes la práctica que la teoría.
En entrevista comentó que durante las horas posteriores a las 13:14 horas del 19 de septiembre acudieron a la colonia Condesa de donde después de unas horas los mandaron a la textilera de Chimalpopoca, en la colonia Doctores, ahí, comentó, la ayuda de civiles dispuestos a encontrar a las personas atrapadas se desbordó lo que dificultaba las labores de rescate.
Ello, aunado a que se unieron elementos militares, de bomberos y elementos de la policía federal lo que en un principio dificultó la organización del rescate de las personas atrapadas entre los escombros, ahí trabajó desde el miércoles.
Recordó que ahí hubo un momento en el que llegó a haber hasta 500 personas en la loza, muchas de ellas sin la preparación necesaria para el desarrollo de los trabajos de rescate, “no podías ni siquiera hacer una inmersión para sacar a la gente, fue desesperante esa situación”, recordó.
Ixchel también participó en las brigadas de rescate del edificio Escocia número 4 en la colonia Del Valle, ahí, refirió, vio una mejor organización civil y un voluntariado bien organizado, aunque también vio protagonismos por parte de algunas de las autoridades que ahí trabajaban, querían colgarse las medallas, señaló.
Explica que las personas que son voluntarios o rescatistas deben tomar en serio sus labores y no nada más acudir a tomarse selfies y partir de los lugares, el voluntariado, dijo, es servir a los demás sin importar si se gana una remuneración monetaria o no, como voluntaria de la Cruz Roja no percibe un sueldo fijo, tampoco por las labores con los Topos, sin embargo, su pago, explica, es la satisfacción de ayudar a las personas.
Sus ingresos, dijo, los percibe como entrenadora de un equipo de fútbol americano en el Estado de México, sin embargo, cuenta con planes próximos para impartir cursos de protección civil, rescate y emergencias a empresas e instituciones escolares, aunque por el momento y hasta que termine la contingencia continuará su andar en los lugares como Hueyapan, en Puebla.
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