El futuro de la UAT (JASF)
La máxima casa de estudios, como constantemente se le ha denominado a la Universidad Autónoma de Tamaulipas, recientemente vivió un proceso interno de sucesión rectoral en donde se nombró al Ing. José Andrés Suárez Fernández como su nuevo rector para el periodo 2018-2021. En dicho proceso se vivió un ambiente en verdad de mucha cordialidad y una notable aprobación mayoritaria, la comunidad universitaria parece haber coincidido en brindarle su apoyo al Ing. Suárez Fernández. En general fue un proceso terso aunque “por debajo del agua” como coloquialmente se dice, el estira y afloja estuvo a todo lo que da. En un momento del proceso varios personajes se sintieron con los méritos para poder competir y así lo dieron a conocer, tratando de ejercer una presión notoria o pujar por espacios para ellos y su gente cercana en el próximo periodo. No todo fue miel sobre hojuelas y más sabedores que en diversas facultades pronto se vivirán sus propios procesos de cambio de directivas. La lucha eterna por el poder hace que florezcan los fervores y que muchas veces se deje a un lado la cordialidad y el respeto por tal de no ceder ante el adversario.
Y en esto bien valdría recordar lo que dijo Ugo Foscolo; “Todos quieren ser amos y ninguno el dueño de sí mismo” el que entendió, entendió.
De antemano si tengo que comentar que la verdad nunca he concordado con que procesos supuestamente plurales y democráticos no se lleven a cabo de tal manera, elecciones en donde solo uno se postula nunca las entenderé. Pero en este caso siendo que así ha sido la costumbre en la Universidad, dentro de todos los mencionados con posibilidades fuertes para contender por el puesto de rector, en verdad siento que la elección fue más que acertada. La UAT está en un punto en donde se tenía que elegir a alguien con no solo arraigo, sino con un perfil polivalente, una persona que comprendiera los grandes retos y que tuviera la experiencia y capacidad para hacerles frente. Y en la figura del Ing. José Suarez Fernández percibo y me atrevo a decir que fue la persona idónea para el momento actual dentro de la vida universitaria.
Está por culminar un periodo dentro de la vida de la UAT que encabezó el C.P. Enrique Etienne, que logró cosas significativas y cambios no populares pero si necesarios y todo envuelto en un clima de incertidumbre y controversia. Por su parentesco con los hombres en el poder del momento, falta de arraigo, centralización de los recursos, etc. El tiempo dirá en qué lugar colocarán el periodo del ya pronto saliente rector, lo que sí es un hecho es que nunca es fácil manejar los destinos de la UAT. Pero volviendo a lo actual, vislumbro un periodo de mayor apertura, apoyo a la investigación, un rectorado más cercano a la población universitaria y con mayor empatía y conocimiento en los temas que envuelven su diario acontecer. Y lo comento con cierta seguridad porque tuve la oportunidad de conocer al próximamente nuevo rector en funciones hace algunos años por medio de mi padre, y todas las veces que me tocó convivir con él, siempre mostró su amabilidad, conocimiento de los temas, interés en apoyo a la investigación y una disponibilidad absoluta para escuchar, que aunque pareciera algo insignificante pero que es una cualidad por demás importante en personas que tendrán a su cargo a centeneras de trabajadores y estudiantes.
Mi padre lo consideraba y estimaba y siempre se refería muy bien de él, lo recuerdo ya que él (mi padre) no solía hablar bien de alguien solo porque sí y siendo un investigador y conferencista con reconocimiento a nivel mundial que en innumerables ocasiones representó a la UAT en muchos países, pues era alguien a quien habría que escuchar. En una ocasión cuando yo fui Director de Desarrollo Económico y de Turismo de la capital, estuve en un almuerzo y me tocó estar sentado a su lado mientras yo opinaba que hacía falta mucho por hacer en programas relacionados entre la universidad y municipio. Sin hacer mención de nombres, muchos se reían y uno en especial me cuestionó “¿Qué quién era yo para ir a querer proponer cosas? que me iría mejor quedándome callado. Con gran soberbia se dirigía a mí en un intento de imponer su voluntad y su rango (dentro de la UAT) sobre mi persona, queriéndome ridiculizar ante todos los presentes en la mesa, que iban desde funcionarios de diversas instancias gubernamentales, de la universidad entre otros tantos. Cuando le refuté y demostré lo contrario muchos pasaron de reírse de mí a burlarse de él por haberlo evidenciado y fue en ese momento cuando comenzó a insultarme y levantarme la voz.
Cuando se aprestaba a pararse de su lugar en plena rabieta y dirigirse hacia mí, un hombre extendió su largo brazo y lo sujetó pidiéndole se calmara y a su vez solicitando permiso para hablar, comentando lo siguiente:
“Yo creo que es de gente coherente calmarse, lo que el joven funcionario sentado aquí a mi lado está comentando es cierto, podríamos estar haciendo mucho más para beneficio de todos y hay que saber escuchar las diferentes expresiones y a toda persona sin ningún prejuicio. Hemos logrado cosas importantes pero la verdad pudiéramos estar haciendo mucho más y que mejor que las nuevas generaciones quienes sean quienes nos inyecten vitalidad con nuevas ideas y propuestas” Se hizo el silencio y todos concordaron, la persona de quien omito su nombre se levantó y se fue, supongo por pena e impotencia o quizá por vergüenza, pero lo dudo. Por ultimo volteo y en voz alta me preguntó, “noté que cuando te presentaste dijiste que te apellidabas Infante y quería saber si eras algo del Dr. Fidel, a lo cual le conteste afirmativamente, que era su hijo. Y por último y con una calma muy particular les dijo a todos: “Yo no sé si sepan o conozcan quien es el padre aquí del joven, pero si no es así les digo que era un brillante académico e investigador que ha representado orgullosamente a la universidad por años y en foros internacionales y esto lo comento por lo siguiente; si el heredó al menos el diez por ciento del intelecto de su padre, quien en paz descanse, yo creo que valdría la pena escucharlo”
Ese es el nuevo rector de la UAT y por ello me atrevo a decir que si se rodea de la gente correcta y continua con tales ideales, vienen mejores tiempos para la universidad. De mi parte nunca le agradecí su intervención y por este medio lo hago, aprovechando para desearle todo lo mejor y ponerme a sus órdenes cual orgulloso egresado del sistema UAT que siempre apoyará a gente decente, humilde, preparada y con ideales claros.
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
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