La sombra de Egidio
< El PRI retoma sus raíces
1.- El PRI tenía que pisar fondo para que sus dirigentes llegaran a la conclusión de que el instituto político debe retomar sus orígenes. El partido que fundó (1929) Plutarco Elías Calles tuvo éxito durante muchos años primero porque nació como una “confederación de caciques posrevolucionarios” a los que sumaron a los dueños del dinero de esa época, sentados a la mesa se repartían el poder y se sumaban fuerzas para encumbrar al elegido.
Luego los caciques sindicales sustituyeron aquellos que portaban cartucheras y los ricos hacendados fueron remplazados por los empresarios. Estos últimos involucrados primero para proteger sus riquezas y luego para obtener privilegios que les permitiera incrementar sus fortunas.
El gran error de Carlos Salinas de Gortari que impactó negativamente al PRI fue “podar los líderes”, así lo anunció él en un evento con el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), teniendo enfrente a Joaquín “La Quina” Hernández Galicia en un evento celebrado en la sede nacional del PRI siendo candidato a la Presidencia de la República; amenaza que cumplió no sólo enviando a la cárcel al líder moral petrolero; o cortando la cabeza a Carlos Jonguitud como dirigente nacional del SNTE, sino prohibiendo a su partido que asignara candidaturas a gremios sindicales. Eso debilitó tremendamente al Tricolor.
2.- Hoy el partido que conduce Sergio Guajardo Maldonado parece que retomará el espíritu del PRI de Elías Calles, reconociendo liderazgos locales. El primer síntoma fue la apertura en Reynosa donde llegó como dirigente Gustavo Rico un elemento “luebberista”, surgido de una libre competencia con otros tres candidatos más, Jaime Arredondo, Víctor Aguilar y Derly Rivas JR.
En esta clase de procesos pueden darse gracias a que el PRI no tiene gobernador en Tamaulipas. Si bien el Comité Directivo Estatal quedó conformado por una inmensa mayoría de elementos con raíces “egidistas”, también los hay aunque en menor grado del circulo “geñista”, o mejor dicho “oscaristas” por luz propia de Almaraz Smer .
Lo sano, con miras de recuperar espacios en las elección de 2018, es que la sombras de los exgobernadores en cuestión reconozcan los liderazgos locales y regionales; que no persistan en llevar como candidatos a los de su círculo cuando estas son cartas perdedoras.
Influir para que Francisco Bolado fuera esta vez candidato a la alcaldía de Tampico sería un suiidio, pero la actual diputada Mónica González si puede ser una opción viable en Matamoros. Ambos pertenecientes al círculo de Egidio Torre. El tema es que los afectos no cieguen el entendimiento, no es el momento de experimentos, no si se quiere rescatar los espacios en manos de la oposición.
A estas alturas, sigue vigente el concepto que alguna vez dio el Meme Garza González (una leyenda en el priismo): el candidato natural es fácil de impulsarlo, candidato sin los atributos, resulta más costoso y el partido tiene que invertirle más dinero y mayor esfuerzo.
Eso lo dijo en los tiempos en que el PRI ganaba casi de todas, todas; que puede esperarse en el 2018.
En Altamira y Tampico hay liderazgos naturales, bien conocidos que no deben ignorarse en la toma de decisiones. Pero la fórmula de PRI de antaño sigue vigente para el ogaño.
Cada municipio, cada región merece un análisis a fondo.
Una disculpa por la brevedad del comentario de hoy, pero tenemos una salida a carretera, reanudamos el miércoles.
Ana Luisa García García
(15-Nov-1950) es licenciada en Periodismo por la Universidad Veracruzana generación 1969-1973.
Ejercicio profesional en los siguientes medios: El Dictamen de Veracruz, El Diario de Cd. Victoria, El Universal y Ovaciones en la Cd. de México, El Heraldo de Tampico. Autora de la columna Argot Político en El Mercurio de Tamaulipas (1988-1989) y de la columna Presencia publicada en La Verdad (1987-2016) y en diferentes portales informativos.
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