¡Suben!

Este 19 de Septiembre de 2017, en plena conmemoración del sismo de 1985 en la Ciudad de México, una nueva tragedia de 7.1 grados escala Richter revivió la pesadilla.

Violentos movimientos tectónicos sacudieron al centro del país, justo a 32 años y escasas 5 horas de aquel terremoto en la Capital del país. 

Es preciso resaltar que esta vez el horror se vivió en zonas de Puebla como Cholula (donde algunas iglesias se quedaron sin cúpulas), Morelos y Estado de México.

Hasta la mañana del miércoles 20 iban más de 250 personas fallecidas y decenas de heridos, así como un número indeterminado de desaparecidos.

Lamentablemente se temía que hubiera más víctimas entre las decenas de edificios colapsados.

Entre los inmuebles caídos estaban dos que conformaban la escuela "Enrique Rébsamen" donde más de 25 niños y al menos 4 adultos perdieron la vida.

Ese lugar -dijo un reconocido comunicador - , por desgracia será un referente irónico que nos recordará esta triste fecha .

Con las horas y los días se vería que fue el sitio que mas conmovería a la opinión pública , aunque claro, todas las muertes y dramas nos duelen.

Ahí mismo el eventual rescate de una alumna que se comunicó con sus padres, tenía en vilo a un país unido por la esperanza de salvarla a ella y a más sobrevivientes.

Pero igual que en el 85, la iniciativa altruista ciudadana y anónima se impuso al caos.

Es más, déjenme ponerlo en un contexto que denote mi emoción : ¡México se unió, aunque haya sido en una de las peores desgracias!.

Todo eso con el agregado de que la tecnología de la información y las redes sociales marcaron la pauta.

Primero para advertir de la magnitud del inesperado fenómeno, detallando lo que acababa de suceder mediante mensajes de texto e imágenes en video en verdad sorprendentes .

De las más impactantes son aquellas donde se observa el desplome, en el momento en que la fuerza de la naturaleza causaba su inminente demolición.

De esta manera estos sistemas de comunicación sirvieron para decirle a la familia o amigos que había gente en problemas o que ellos mismos estaban mal.

Incluso hubo niños conscientes y capaces de pedir auxilio por medio de sus dispositivos móviles.

Aunque la telefonía celular colapsó, las cuentas de Facebook y Twitter ayudaron a la difusión de rostros, nombres y lugares para pedir la localización de paraderos inciertos.

Lo mismo son de utilidad en el apoyo para ubicar a gente extraviada o para notificar de su hallazgo y de las necesidades de herramientas y donativos.

De inmediato el apoyo ciudadano se hizo notar e igual que hace poco más de tres décadas éste llegó antes que las autoridades de aparecieran.

Miles, con una voluntad inquebrantable, acudieron al rescate  de personas atrapadas debajo de miles de toneladas de escombros.

Lo hicieron para salvar vidas, aún a costa de las suyas, para sustituir a quienes durante las primeras 24 horas lucharon por la gente afectada.

Otros a la distancia y por otros medios ofrecieron sus servicios gratuitos para:

-atenciones médicas;
-transporte de víveres a los centros de acopio;
-aportaciones de herramientas.

En fin, eso por citar sólo una pequeña parte del respaldo humanitario.

Vimos casos como el de los rescatistas conocidos como "Topos" accediendo y buscando ganarle tiempo al riesgo para sacar a niños, mujeres, hombres.

Ante esas escenas solo ellos podrán decirnos qué nuevas lecciones de vida tienen, pero lo cierto es que también han atestiguado la forma en que muchos vuelven a nacer.

La diferencia es que esta vez el gobierno federal y local no dejaron solos a los habitantes afectados.

Afortunadamente esta vez el desastre no fue de la magnitud de el de 1985.

Lo que estará por verse es m el grado de responsabilidad que tuvieron autoridades y dueños de ciertos edificios.

Aparentemente hubo inmuebles que desde hace tres décadas tenían fallas o su estructura resintió los daños del movimiento trepidatorio.

Sin embargo por conveniencia o ignorancia nadie les revisó.

En otra ocasión abundaré de eso, pues como bien me dijo aquella voz de la conciencia vestida de gran amistad: No es momento para propagar temas que lleven al odio.

COLOFÓN

MÉXICO, siempre firme. México, estoy orgulloso de tí.

Por su atención, gracias . Por hoy, ¡Bajan!

Confesiones, réplicas y uno que otro aplauso a enterados2004@yahoo.com.mx
NO TENGO INTERMEDIARIOS NI ASESORES.

Norberto Lacarriere Lezama

Comunicólogo de carrera y vocación.
Reportero, columnista, investigador, caricaturista político, conductor radiofónico y televisivo.
Su columna “Palabras Férreas”, se publica en diversos medios cibernéticos. Ha sido director y fundador de importantes proyectos informativos en Tamaulipas. Es director de Noticiarios y coordinador de Producción informativa en EXA FM/ Libertas Radio 89.5 FM en Matamoros y actual colaborador corresponsal de WRadio.