Desafortunadamente volvió a presentarse un terremoto en nuestro territorio y esta vez justo cuando se cumplían 37 años desde el sismo de 1985 que pegó duro en la capital del país y justamente fue allí donde mayores estragos hizo. Edificios caídos, desafortunadamente varias decenas de víctimas que perdieron su vida, entre otras cosas fue la tragedia que trajo consigo este fenómeno natural. Aún que se pudo constatar que gracias a las experiencias pasadas no tuvo mayor impacto del que pudo ver tenido, nunca es algo que pasa sin dejar algún rastro de su capacidad destructiva. Nuestros hermanos oaxaqueños luchan por salir avante de las consecuencias de otro reciente sismo y ahora es la ciudad de México la que mayores daños presentó. Muchos podrán alegar que son cuestiones derivativas de procesos  geológicos naturales y que no se puede hacer nada para evitarlos y claro que hay certeza en eso pero también debemos de empezar a poner atención en las señales tipo reclamo que nos está  haciendo la madre naturaleza. Tormentas, huracanes, deslaves, sismos, tornados, climas más intensos, etc., en verdad ya es tiempo que realmente reflexionemos en cómo estamos afectando a nuestro mundo con tanta contaminación, extinción de especies y ecosistemas, debemos urgentemente llegar a un punto de inflexión.

Pero tristemente es algo que todavía no abordamos adecuadamente o le damos la importancia necesaria y de seguir así quizá sea muy tarde. Como sociedad, parecemos que si vemos lo que pasa pero no hacemos nada al respecto. Y a eso respondo con una frase que tanto decía un buen amigo ante situaciones evidentes y reacciones absurdas o falta de ellas: “Tas viendo y no ves”

Parece que preferimos cerrar los ojos y dejar que las cosas sigan su curso tal cual están, en lugar de tomar acciones correctivas colectivas que generen mayor esperanza y por ende un futuro más promisorio. El cambio climático es algo real, está científicamente comprobado y si no empezamos a corregir lo que mal hemos hecho como humanidad, nuestra hermosa tierra nos lo cobrará. Y no porque sea vengativa sino porque es un ser viviente que vibra y siente, la misma que ha estado millones de años antes de que nosotros apareciéramos “en el mapa” y que ahora resiente el daño que el humano le ha infligido. La salvación la tenemos en nuestras manos, en verdad está en todos el ayudar para prevenir mayores desastres naturales, para crear mayor conciencia sobre el cuidado de nuestro planeta, para darnos en verdad cuenta que sin ella nosotros no existiríamos así es que lo menos que podemos hacer es tratarla bien.

Reflexión Sabia…

“Cuando la sangre de tus venas retorne al mar, y el polvo en tus huesos vuelva al suelo, quizás recuerdes que esta tierra no te pertenece a ti, sino que tú perteneces a esta tierra”

Mi más sentido pésame a todos mis compatriotas y hermanos mexicanos que fenecieron como también a aquellos que en estos momentos sufren o luchan para salir adelante. Bendiciones de todo corazón para todos ellos.

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)