“Canelo vs GGG”

Por meses estuve ansioso por que por fin llegara el 16 de septiembre, por un lado siempre será emocionante ver el cómo en estas fechas aumenta notablemente el fervor patriótico y que nuestras calles, casas y fiestas se pinten de los colores festivos característicos de nuestra bandera. Me encantaría que tal sentimiento lo lleváramos siempre y que el amor a nuestra patria no solo floreciera en ciertas fechas sino se perpetuara en el colectivo social todo el tiempo, recordando que a pesar de tiempos difíciles y un retraso autoimpuesto, vivimos en un maravilloso y más que esplendoroso país. Pero en esta ocasión la emoción se duplicaba ya que como un amante del boxeo sabía que se llevaría a cabo una contienda pugilística que hace tiempo no causaba tanta expectativa. Dos admirables campeones se enfrentaron la noche del sábado y en verdad fue un excelente espectáculo lleno de emociones, fervor, angustia, alarido y controversia. Saúl “el Canelo” Álvarez se midió ante el siempre peligroso e invicto campeón de los pesos medianos, el muy temido Gennady “GGG” Golovkin, en una pelea que no desairó a los amantes del boxeo, a pesar de una muy controversial e increíble tarjeta de un juez quien inexplicablemente vio ganar a Canelo por 118-110 o sea 10 rounds a 2.

El kazajo fiel a su estilo siempre fue hacia adelante, presionando al intercambio de golpes con una forma de pelear muy reconocida en el boxeo mexicano, mientras que Canelo hizo una muy buena labor en contrarrestar la presión mediante movimientos constantes y contragolpeo. Al final se decretó un empate, que para muchos dejó un mal sabor de boca, muchos vieron ganando a Golovkin y otros tantos al Canelo, quien al final hasta se llevó una inmerecida rechifla por parte de los espectadores presentes en la T-Mobile Arena. Es cierto que Saúl Álvarez es alguien que divide opiniones por su forma de ser y actuar pero la verdad no merecía para nada que se le recriminara algo a él y menos si fue por la mala apreciación por parte de la juez mencionada anteriormente en este escrito. El peleó su pelea, siguió una estrategia anteriormente analizada por su equipo, la misma que lo tuvo muy cerca de coronarse campeón de la división.

En verdad fue del tipo de pelea que si uno y otro hubiese salido victorioso por un margen mínimo, se hubiera comprendido, discutido mucho quizá pero fue tan pareja que pudo ser para cualquier lado. En lo personal la volví a ver detenidamente y aunque no soy juez profesional pero sí un fan de años del deporte, quien seguido analiza combates e inclusive entrena, mi dictamen fue de 114-114, seis rounds cada quien, así es que el empate siento que sí hizo justicia a los dos, resaltando que hubo varios rounds tan parejos en los que mi apreciación pudo ver sido a la inversa; siempre fijándome en aspectos importantes como quien proponía la pelea, los golpes de poder, constancia en el golpeo, contragolpeo, defensa, limpieza en los impactos, estilos etc. Fue un combate que llenó mis expectativas, aunque los dos peleadores me sorprendieron también más por lo que dejaron de hacer, tal como en el caso del Canelo, tirar más combinaciones así como cerrar más fuerte los rounds y en el caso de Golovkin, el pegar más en la distancia corta y buscar el cuerpo vía ganchos a las zonas blandas.

Lo triste es que por la mala o mejor dicho pésima apreciación de una persona, se terminó hablando mucho de temas que históricamente han manchado al box, con innumerables casos y sucesos que apestan a una colusión perversa entre quienes manejan las riendas, los casinos, empresarios involucrados y hasta el submundo o mafias inmersas en el deporte. Que de nueva cuenta ponen en entredicho y tela de juicio a un deporte que no está regulado o conformado por un organismo rector quien juegue el papel de árbitro de justicia y contralor. No es que en otros deportes no se den casos de corrupción y manejos turbios pero en el box es algo casi implícito desde su creación. Los casos son muchos así es que no me meteré a enumerar los que recuerde pero si aprovecho para enfatizar que en la mayoría de las ocasiones los menos culpables son los peleadores, quienes son los que realmente se juegan el pellejo arriba del cuadrilátero.

Los que mucho opinan y poco saben…

Siempre seré respetuoso ante las diferentes apreciaciones en este caso por temas referentes al box pero como en el futbol que se dice que llega un punto que todos se creen técnicos, acá aplicaría que todos se llegan a creer peleadores y por ende sentirse con los argumentos para criticar, burlarse y ofender a los que si se fajan de verdad. Lo curioso es que en el caso del box no muchos han estado en situaciones de enfrentamientos ante rivales muy duros, es más, muchos nunca (y que bueno que así sea) han estado siquiera involucrados en una pelea. Pero sí son los mismos (nunca generalizando) que se les hace fácil criticar estrategias, menospreciar a los boxeadores y casi casi creerse que ellos harían un mejor papel. Estoy de acuerdo que todos tenemos el derecho de opinar pero muchos harían bien si es que no han estado en esos zapatos, de mejor abstenerse en disfrutar y aprender, más que querer figurar sin saber. Cual político barato sintiéndose un genio cuando ni  propia encomienda sabe realizarla bien.

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)