Matamoros, Tamaulipas.- El obispo de la Diócesis de Matamoros Eugenio Andrés Lira Rugarcía, mencionó que poco a poco San Fernando recobra la normalidad; a siete años de la mascare perpetrada con migrantes, un 23 de agosto de 2010.

Comentó que simplemente recordar este hecho es muy doloroso, “porque es terrible que un ser humano le pueda hacer a otro tanto daño, un daño que es expansivo porque afecta a las familias que quedan con una herida abierta y siempre sangrante, que afecta a la sociedad entera y es algo que nunca más se debe volver a repetir”.

Señaló que hay que pedirle mucho a Dios por el eterno descanso de las víctimas, por las familias, porque es un dolor muy grande y muy difícil de superar, sobre todo por cómo se dieron los acontecimientos.

Lira Rugarcía reveló que ha estado varias veces en San Fernando (ciudad que pertenece a la Diócesis) y ha tenido encuentro con las comunidades, en donde escucha a los representantes de diferentes grupos, en donde le ha llamado la atención que le han comentado que “Gracias a Dios se ha recuperado buena parte de la tranquilidad que San Fernando tuvo”.

Agregó el clérigo que ello ha favorecido a que algunas personas que estaban viviendo fuera hayan regresado a la ciudad, sin embargo reconoció que el temor sigue, por lo que dijo que toda la sociedad y las autoridades debemos de trabajar juntos en la construcción de la paz.

Puntualizó que merecemos un Tamaulipas en paz, donde todos podamos desarrollarnos y esto se va a lograr cuando todos comprendamos que tenemos que participar en el bien común, en el bien de la sociedad.

scjf