Organizar nuevos frentes
El Partido Nacional Revolucionario (PNR), antes conocido como PRM o PRI, es el resultado de una serie de alianzas de clases sociales y corrientes políticas que derivó en una organización de sectores (CTM, CNC, CNOP) que tuvo un gran éxito electoral durante más de seis décadas como partido de Estado hasta que, a finales del siglo pasado, sufrió desgajamientos importantes como el de la corriente democratizadora encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y otros preclaros ciudadanos.
Precisamente esos desprendimientos priistas le dieron vialidad a una de las candidaturas más fuertes de la izquierda con la participación del antiguo Partido Comunista Mexicano (PCM) que se había refundado como Partido Mexicano Socialista (PMS) aunque después sería PSUM hasta llegar a ser el actual PRD en donde han coexistido por más de veinte años grupos y personajes provenientes de diferentes trincheras político-ideológicas que ahora se mueven para formar un nuevo frente que dispute con posibilidades de éxito la presidencia de la república.
En ese contexto los partidos más reacios a los cambios, más aferrados a los orígenes y con más experiencia gubernamental son el PRI y el PAN a quienes el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador califica como miembros distinguidos de “la mafia del poder” que, según él, se constituyó durante el mandato presidencial de Carlos Salinas de Gortari quien es el responsable de la acentuación neoliberal del actual modelo dominante de nación y de algunos temas no resueltos a la fecha como el alzamiento guerrillero en Chiapas y las grandes devaluaciones.
Es curioso que AMLO, considerado por muchos como un sujeto intransigente, haya sido uno de los políticos mexicanos que ha participado en varias refundaciones pues él mismo quiso transformar al PRI desde adentro pero no pudo y se fue al PRD donde posteriormente se sintió defraudado y participó en otra refundación de la izquierda con la creación del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) donde coexisten por ahora elementos nacionalistas, socialistas, viejos comunistas, ecologistas y empresarios social cristianos.
La refundación de MORENA no tiene nada de moderno o posmoderno, más bien se trata de recoger los ideales más tradicionales como son los referentes culturales guadalupanos de nuestro pueblo y el viejo liberalismo del siglo XIX ya que no debemos olvidar que AMLO es fanático de los ideales de Benito Juárez García de quien reivindica su devoción por el Estado de Derecho, las libertades de los ciudadanos y su honestidad que se sintetiza en el exhorto a sus seguidores para que vivan en austeridad, sin ostentaciones.
Curiosamente es AMLO el que nos ha mostrado en pleno siglo XXI que tiene sentido refundar las organizaciones para que sean más eficaces pues apenas nació MORENA, comenzó a acumular triunfos electorales y se convirtió en fuerza beligerante nada menos que en el Estado de México donde estuvo a punto de ganar la gubernatura como preámbulo a la elección presidencial donde el tabasqueño va al frente en casi todas las encuestas como el indiscutible favorito.
Por lo expuesto, es posible que para sobrevivir los partidos tradicionales tengan que refundarse para que su composición sea más congruente entre ideología e intereses ya que, en el caso de Tamaulipas, muchos miembros del PRI contribuyeron al triunfo del PAN igual que en el pasado hubo miembros del PAN que abonaron a la causa tricolor aunque hay que anotar que el mismo PRD jugó a favor de los priistas en la reciente contienda local lo cual ha motivado a varias de sus corrientes a tratar de recoger los pedacitos y relanzar al sol azteca.
En caso de resistirse a una reorganización a fondo es previsible que miles de priistas engrosen las filas de otras organizaciones; por lo pronto ya muchos se fueron a MORENA, otros al PAN y hay quienes están a la expectativa de los acontecimientos ya que les queda claro que el tricolor nació con patrocinio del gobierno y, si vuelven a perder la presidencia de la república, tienen que capacitarse para sobrevivir en la oposición o desaparecer en las turbulencias democráticas.
El PAN parece que no cambiará en el corto plazo ya que carece de vocación de gobierno y prefieren el mundo de los negocios; su visión política es de corto plazo; ganan puestos pero los vuelven a perder y los mejores ejemplos son los expresidentes de triste memoria como Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, ambos derrotados por la realidad a la que prometieron transformar; el guanajuatense no pudo operar la transición democrática, se conformó con la alternancia y el michoacano quiso jugar a la guerra y desató la violencia que ha costado decenas de miles de vidas humanas y el empobrecimiento de las masas.
Concluyo esta entrega con el abrazo afectuoso para familiares y amigos de la incomparable profesora Norma Débora Treviño y el legendario deportista Salomón Robbins Williams; ambos fallecieron esta semana en diferentes escenarios.
Correo: amlogtz@gmail.com
Ambrocio López Gutiérrez
Periodista y Sociólogo.
Columnista en diversos medios electrónicos e impresos.
Redactor en el equipo de Prensa de la UAT.
Profesor de horario libre en la UAM de Ciencias, Educación y Humanidades.
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