Mercado de La Nueva Viga ofrece más de 500 especies de mar
De las corresponsalías, (Notimex).- Con un estruendoso “pásele damita que va a llevar, ¿filete, camarón, pulpo?”, los comerciantes de la Central de Pescados y Mariscos de La Nueva Viga invitan a los compradores a adquirir las más de 500 especies de mar que oferta este recinto considerado, en su tipo, como el segundo mercado más grande del mundo.
En sus 202 bodegas de mayoreo y 55 de menudeo, algunas de las cuales se han convertido en restaurantes, se comercializa el 65 por ciento de la producción nacional de pescado, además de moluscos, mariscos y especies importadas, esto de acuerdo al Consejo Mexicano de los Productos Pesqueros y Acuícolas, A.C (Comepesca).
Desde tempranas horas de la madrugada, da inició la labor de cientos de comerciantes quienes pasan la mayor parte de su día en este espacio inaugurado en 1993 y catalogado como el mercado de pescados y mariscos, más grande de Latinoamérica y el segundo más grande del mundo, después del Tsukiji de Tokio, Japón.
“La comercialización aquí es enorme, porque aquí todo se capta y se distribuye al extranjero y a los estados del país, principalmente a Quintana Roo, por el sector turístico, pero además a Nuevo León, Baja California, Yucatán y Chiapas”, detalló para Notimex Ignacio Rodríguez, encargado de la oficina de pesca de La Nueva Viga.
Sin dejar de descamar con destreza un robalo, el vendedor Jorge Soto narró que su trabajo inicia a las 04:00 horas y concluye hasta las 12:00 horas, donde en su pequeño local “Los Cabos” ofrece una amplia variedad de especies marinas como huachinango, extraviado, lenguado, pampano, medregal y mojarra.
Detalló que la mayor parte del producto que se vende en La Nueva Viga, proviene de las costas mexicanas del Pacífico y del Golfo, de estados como Sinaloa, Baja California, Baja California Sur, Sonora, además de Veracruz, Tamaulipas, Tabasco, Campeche y Yucatán.
“Aquí es donde llega todo lo que produce el mercado nacional, pero también productos importados de mercados de Japón, Holanda y España”, comentó.
Conforme transcurre la mañana, los estrechos pasillos del mercado reciben a miles de personas de diferentes clases sociales y nacionalidades, quienes acuden a él en la búsqueda de las mejores piezas para vender en otros mercados, para sus restaurantes o simplemente, para consumir en el hogar.
“La mayoría de los productos que aquí se distribuyen se venden a comedores, a centros de beneficencia inclusive a las penitenciarías y a restaurantes”, afirmó Ignacio Rodríguez.|
Acomodando pesadas cajas de cartón, Javier Rodríguez, quien lleva 15 años en el negocio, describió que en su local se pueden encontrar desde tiburón de Sinaloa hasta camarón cristal de Baja California, además de especies importadas que no se producen en México como el salmón.
“Hay producto de Estados Unidos, de Taiwán y Nueva Zelanda, por ejemplo tengo un pescado que se llama anguila ahumada y viene de China, su sabor es muy rico; tengo carne de cangrejo de Alaska, es un cangrejo muy caro porque viene de las profundidades y el kilo te cuesta mil 500 pesos.
“También vendo la hueva de Salmón que te vale mil 650 pesos el kilo, además de la almeja portuguesa que es una almeja blanca de buen sabor y en cambio la almeja nacional te vale 25 pesos el kilo”, dijo.
Al cuestionarle sobre los principales mercados a donde se va su productor, Javier contestó, confuso y divertido, un dato curioso de lo que pudiera parecer una incongruencia de comercialización de la industria.
“Es bien chistoso pero, por decir, traemos el camarón de Sinaloa y ellos vienen desde allá a comprar a este mercado; igual la mojarra de Nayarit, que es un pescado de muy buen sabor, no tiene un olor a humedad ni nada y mucha gente de Nayarit viene aquí y compra su pescado”, comentó.
No obstante, el encargado de la oficina de pesca, Ignacio Rodríguez, señaló que esto se debe muchas veces a las temporadas de vedas y al alto costo de refrigeración que existe en algunos estados costeros para poder resguardar el insumo.
“Algunas veces regresa el producto a su lugar de origen porque no pueden capturar las especies porque están en vedas. Además, hay lugares donde la congelación es muy cara por lo caluroso del clima.
“Por ejemplo, un caso muy típico es Mérida. Su pulpo a veces lo traen a congelar al Estado de México y Querétaro porque tienen unos frigoríficos enormes y porque les sale más barato conservarlo ahí que en el mismo Mérida. Pero luego como tienen que exportarlo, entonces regresan por su producto”, aseveró.
Caminando entre el piso siempre mojado, debido a que los comerciantes están hidratando constantemente los pescados y mariscos, las personas que visitan este espacio emblema de la Ciudad de México, se marchan de él , seguras de haber comprado las mejores especies que ofrecen los mares mexicanos y del mundo.
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