México, (Notimex).- La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) presentó el documental “Somos afromexicanos”, realizado por la periodista Nadia Galaviz García, quien realizó un recorrido con cámara en mano por poblaciones de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca.

En esas zonas, y a lo largo de dos años, la reportera de la Dirección de Comunicación Social de la UAM recogió testimonios de las comunidades afromexicanas, en su lucha por forjar una identidad y conciencia del pasado, para preservar sus costumbres y alcanzar el reconocimiento.

El trabajo de investigación se presentó por primera vez en el II Foro por el reconocimiento constitucional y el desarrollo de los pueblos afromexicanos, organizado por la Unidad Iztapalapa de esta casa de estudios, en el Antiguo Palacio del Arzobispado.

El documental refleja una historia de invisibilización, anulación, marginación y pobreza de un sector social cuyo pasado fue arrancado violentamente de su lugar de origen y por ello demanda reconocimiento constitucional, detalló la Universidad en un comunicado de prensa.

Durante la presentación, Galaviz García exhortó al gobierno federal a reconocer constitucionalmente a estas comunidades en aras de combatir actos de racismo y discriminación, y lograr el acceso a los servicios básicos, como educación, salud, seguridad y justicia.

En una actividad previa a la exhibición del film, representaciones diplomáticas de tres países manifestaron su visión sobre la existencia de los pueblos afromexicanos; el embajador de Sudáfrica en México, Sandile Nogxina, refirió que los derechos humanos tienen que ver con los individuos y las colectividades.

Una historia de esclavitud –narró– trajo a los africanos a México, quienes después formaron parte de esta nación, pero esto no les quita sus orígenes y atributos históricos, sociales y culturales que continúan practicando hoy en día y que heredaron siglos atrás.

Por su parte, el embajador de la República de Angola en México, Leovigildo da Costa e Silva, sostuvo que las generaciones históricas y contemporáneas de personas africanas y afrodescendientes forman parte de la sociedad mexicana actual, y el mestizaje y las diferencias entre estos grupos han enriquecido y transformado a la sociedad mexicana a partir del periodo colonial.

En su oportunidad, la primera secretaria de la embajada de Brasil en México, Tatiana Esnarriaga Arantes Barbosa, señaló que esa nación sudamericana es la segunda con mayor número de afrodescendiente en el mundo, 54 por ciento de la población total, además de que la influencia africana es inmensa en todos los aspectos de la cultura de ese país.

De acuerdo con la institución educativa, si bien la presencia de afromexicanos se extiende por varios estados del país, en Guerrero y Oaxaca se concentra el mayor número, con prácticas culturales ricas en tradiciones que reflejan sus raíces: el baile del diablo, las danzas de la artesa y el toro de petate, derivadas del sincretismo cultural entre México y África.

El pueblo afrodescendiente, que ha sido constructor de la vida de México a través de sus prácticas productivas y culturales, ha heredado a destacados representantes de la música, en particular Álvaro Carrillo, bolerista y compositor de canciones regionales de la Costa Chica de Oaxaca.

En 2015, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) realizó una encuesta intercensal en la que por primera vez contabilizó a las personas que se consideran afromexicanas de acuerdo con su cultura, historia y tradiciones, y el resultado arrojó un millón 381 mil 853.