México, (Notimex).- Estados Unidos necesita cambiar sus políticas migratorias y hacerlas accesibles, porque requerirá “mano de obra” en cuanto empiece a crecer su economía, afirmó Carlos Mendoza Sánchez, titular del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME).

“Estados Unidos necesita a los migrantes (mexicanos) porque hay un proceso de envejecimiento de la población”, aseguró después de reconocer el trabajo de 16 universitarios norteamericanos que viajaron a México para impulsar el desarrollo y la economía de algunas comunidades indígenas de Chiapas, Oaxaca y Querétaro.

En las instalaciones de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), expuso que cuando el país vecino demande el apoyo de los mexicanos el país ya no lo podrá hacer porque carecerá del excedente de población que antes se tenía.

Esto porque la tasa de fertilidad ha caído en las últimas cuatro décadas, al pasar de 7.5 hijos por mujer en 1970 a 2.2 en la actualidad, detalló.

Consideró que el problema es un asunto de responsabilidad compartida entre México y Estados Unidos, pues lo mejor es tener un acuerdo para que el flujo migratorio sea de manera humana, ordenada y legal, sobre todo al querer reclutar a gente de Centroamérica.

“Eso está en el interés de los dos países”, insistió Mendoza Sánchez al acentuar que “con (Donald) Trump o sin Trump, ese país va tener que modificar su sistema migratorio porque es una necesidad”.

Indicó que si bien las políticas del país vecino son hoy más radicales y tienden a criminalizar a los migrantes indocumentados a partir de la llegada del nuevo gobierno estadunidense, la mayoría de los mexicanos migrantes prefieren quedarse por allá.

Señaló que en el país vecino viven más de 12 millones de mexicanos, de los cuales 6.2 millones cuentan con la doble nacionalidad y 3.9 millones son residentes que pronto calificarán para obtener dicho trámite.

Además de 5.8 millones de mexicanos indocumentados 70 por ciento han vivido por 12 o más años en Estados Unidos.

Sin embargo “la migración es de dos caras”, porque en México viven al menos 1.5 millones de estadunidenses y, de ellos, unos 500 mil niños nacidos en aquella nación estudian en escuelas mexicanas.

Lo que suceda en los próximos meses dependerá de cómo terminen las negociones entre ambos países. “Si hay una negociación de ganar-ganar seguramente aquello va disminuir, si no veremos un escenario más complejo”, añadió.