Reynosa, Tamaulipas.- La precaria situación que vive una humilde familia ha conmovido a la comunidad de Reynosa a través de redes sociales.

Apenas se dio a conocer la lamentable situación que vive Maribel, una joven mujer de 28 años, envejecida por una grave enfermedad la solidaridad de un pueblo no se hizo esperar.

La semana pasada Eva Reyes, publicó en su cuenta de Facebook la historia de Maribel y sus cuatro hijos quienes atraviesan una cruda historia de enfermedad y pobreza.

Hace algunos años Maribel era una mujer alegre y risueña que se ganaba la vida vendiendo fruta para alimentar a sus hijos. 

Pero ahora una  terrible enfermedad la mantiene postrada en una cama, impidiéndole  proporcionar las mínimas atenciones a su familia.

La pobreza invadió su pequeña vivienda, la comida escaseó,  sus hijos dejaron de asistir a la escuela porque no tenían ni un vaso de leche que tomar, ni dinero para comprar útiles escolares, menos para pagar las cuotas que piden en las escuelas.

A raíz de su enfermedad, Maribel y sus hijos Guadalupe de 13 años, Ángel de 10, Alejandro de 9 y Margarita de cinco años vivieron días de angustia, abandono y hambre.

Sin embargo, gracias a la intervención de Eva Reyes, activista social quien dio a conocer el caso y  solicitó ayuda en su cuenta de la red social,  la ayuda llegó a manos llenas de gente buena, noble y solidaria.

De pronto un pueblo se apropió de esta familia. Hoy la solidaridad alimentó a una familia entera con leche, cereales, fruta, sopa, huevo pan, hasta dulces, juguetes y ropa para los niños.

La historia de Maribel y sus hijos conmovió a doctores quienes de forma anónima están atendiendo a Maribel y a los niños como Ángel que requiere una cirugía maxilofacial.

Ángel nació con el frenillo pegado al paladar pero es tanta su ilusión de hablar que un día tomó unas tijeras cortando un pedazo de su paladar. Soportó el inmenso dolor que le provocó, buscando el premio de hablar, pero solo consiguió emitir apenas unos sonidos.

La familia de Maribel hoy está siendo  bendecida por el amor y la solidaridad de un pueblo que olvidándose de problemas de inseguridad, ha manifestado su interés de apadrinar a los menores para que el próximo año regresen a la escuela pagando la inscripción, comprándoles los uniformes y los útiles escolares y atendiendo los problemas de desnutrición de estos menores, que en muchos reynosenses encontraron ángeles.

Maribel será atendida de su severo problema de desnutrición y de su grave enfermedad en manos de quienes un día juraron poner a disposición su sabiduría y conocimiento al servicio de la comunidad.

Dentro de su calvario, desde su cama, Maribel agradece todo el amor y solidaridad de quienes han llegado hasta su humilde vivienda a darle una esperanza, a comprobar que la humanidad existe.

Hoy Maribel ve a sus hijos dormir con su estómago lleno, jugando… felices. 

Hoy Maribel en su lecho de enfermedad, mira al cielo y sonríe.