Mediocridad autoimpuesta…
Se volvió a generar expectativa en torno a que México pudiera dar la campanada y superar al equipo Alemán en la Copa Confederaciones, aún sin jugar del todo brillante habían logrado superar la primera fase y sabiendo que Alemania no convocó a varios jugadores de élite en esta ocasión se prestaba el escenario para poder sacar el triunfo. Si, la expectativa era grande pero el resultado volvió a ser uno del cual tristemente estamos acostumbrados. Ya hemos demostrado que podemos ganar torneos, se han logrado triunfos muy relevantes en otras divisiones y también en diversas disciplinas pero pareciera que nuestra realidad no la terminamos de entender y menos de querer cambiar. Grandeza la llevamos en la sangre de eso no hay duda, carácter existe, determinación cuando queremos la tenemos pero nuestro talón de Aquiles es la falta de constancia, planeación efectiva y seguimiento oportuno. Todo eso combinado con corrupción, con privilegiar más los negocios económicos de unos cuantos en lugar de un empuje deportivo para muchos, displicencia, descaro, falta de querer generar un especial y hermoso orgullo nacional a través de ser más competitivos en los deportes en general.
Cuantas veces no hemos visto que él éxito de un deportista radica muchas veces más en el empeño propio que en un sistema que lo esté monitoreando e impulsando, cuantos grandes talentos no han quedado en el olvido, cuantas generaciones perdidas, preseas que pudieron ganarse pero simplemente no importó tanto. Tenemos deportistas guerreros que se esmeran y sueñan con cumplir sus metas pero no lo secundamos con una planeación efectiva en cuanto a desarrollo deportivo de alto nivel y menos con recursos suficientes. Nos admiramos de los extranjeros que en justas deportivas suelen dominar y/o contar con instalaciones de primera y apoyo palpable por parte de sus federaciones, gobiernos estatales y nacionales. Los mismos que cada ciclo olímpico, torneos internacionales, mundiales, etc. siempre entran como grandes favoritos y generalmente lo terminan demostrando con hechos. Y muchas veces pensamos que se debe a una mejor genética, que por que su mentalidad es extraordinaria, o porque simplemente son mejores que nosotros; y aun que esto pueda ser correcto en cierta medida, es erróneo aseverarlo ya que son mejores porque cuentan con ventajas comparativas que después se convierten en competitivas y no necesariamente porque la naturaleza los hizo especiales.
Nunca generalizando pero si es algo notorio que seguimos con una visión malinchista, pensando que lo extranjero es mejor que lo nacional y para nada es así. Que si algunos tienen ventajas cierto es, pero la grandeza se forja así como una mentalidad ganadora, el que llegue a entender eso tiene asegurado un triunfo sobre sí mismo y sobre las adversidades. Hugo Sánchez, Julio Cesar Chávez, Ana Gabriela Guevara, el Tibio Muñoz, entre otros, son deportistas excepcionales y sus logros no tan fácil serán superados pero esto pasa por que no lo provocamos. Tomemos el ejemplo del futbol brasileño, en donde surgió una gran estrella como Pelé, pero también le siguieron otros de una extraordinaria calidad y cada generación surgen nuevas y brillantes figuras. En basquetbol igual, hubo un Michael Jordan, pero le siguió un Kobe Bryant, ahora un LeBron James y Kevin Durant, Stephen Curry, etc. Esto pasa por que le apuestan a la competitividad, al desarrollo deportivo de alto nivel, desde pequeños se acostumbran a competir fuerte y desarrollar una mentalidad ganadora.
En mi caso este tema me puede mucho ya que yo lo viví en carne propia, desde niño competí y entrene en E.U. y fui ganador de carreras, a mis 8 años ya tennía un cúmulo de dedicación, mentalidad y constancia, gracias al impulso de mi padre que tanto creyó en mí. Me ofrecieron hacerme ciudadano estadounidense, aparte de una beca deportiva por parte de la Universidad de California, en donde mi padre por cierto terminaba de cursar su Doctorado después de haber concluido también dos Maestrías, en una de las facultades más reconocidas en el mundo en su rubro (pecuario). Por saber que regresábamos a México el cual era el sueño de mi padre, el querer desarrollar lo que bien y con mucho esfuerzo aprendió allá pero en su país que tanto amaba. Regresando competí en diversas disciplinas y llegué a entrenar nivel selección estatal, en basquetbol, atletismo, futbol y voleibol, seguí cosechando triunfos personales y por equipos, pero todo radicó más en un esfuerzo propio que en un sistema eficiente. Al contrario, viví experiencias horribles por nepotismo y por personas con quizá influencia pero con una mente muy pequeña. Mientras que en un país foráneo me ofrecían todo un futuro a mis ocho años, en mi hermosa tierra pasaba desapercibido el talento nato y todos los logros.
¿Porque seguimos sin dar ese paso cualitativo?
Porque simplemente así lo queremos o lo permitimos, claro que existen sus admirables excepciones pero en general seguimos siendo el país del ya merito, del casi lo logramos, del no nos falta mucho, perdimos pero les competimos, en lugar de tomar nuestra grandeza de raza y cultural para después poder convertirla en éxitos continuos.
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
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