Que Dios nos ampare
Desde que el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa decidió declarar la guerra al crimen organizado, las autoridades de todos los niveles dan palos de ciego sin poder controlar a las bandas o a los delincuentes que, en lo individual, aprovechan la confusión para hacer de las suyas mientras la clase política practica su deporte favorito que consiste en echarle la culpa a los anteriores, especialmente si pertenecen a distintos partidos.
La pesadilla que vivimos los victorenses desde hace días por las espeluznantes balaceras en el interior de la Penitenciaría de Tamatán son sólo un botón de muestra de que el Estado es incapaz de atender eficientemente estas contingencias, es más, carece de una política de comunicación social que permita mantener informada a la población limitándose a hacer recomendaciones en el sentido de que hay que cuidarse, recogerse temprano, portarse bien y ya sólo falta que nos recomiende orar porque, ante la inoperancia del poder terrenal, siempre nos quedará lo divino.
Porque según un texto firmado por Martín Ernesto Alonso García, el hombre en su naturaleza vive apegado a la religiosidad, a actos de fe que se interpretan como religión. El concepto de religión es muy variante, Rodríguez (2009) señala que es la creencia en lo sobrenatural; en un principio y en un final de la vida ajeno al hombre; en una justicia suprema. La religión está basada en creencias del ser humano; en este ensayo se ahonda en el concepto de religión, limitándonos a una investigación meramente documental, por ende, se postula la idea en el territorio macro y micro, así mismos conceptos esenciales para entender a las organizaciones religiosas en nuestro país.
La religión al igual que gran parte de nuestra cultura fue herencia de España quienes fueron los conquistadores del imperio Azteca, por ende, las secuelas en nuestra nación siguen siendo fácticas en materia de religión. En México, el 99 por ciento ejercen la religión cristiana, esto teniendo en cuenta sus denominaciones, existe una influencia de religiones provenientes de otras culturas, se puede postular que al igual que en Estados Unidos, en México existen otras denominaciones de iglesias (protestantes) que sirven como contrapeso. Para la institución católica y para el Estado.
La libertad religiosa es un derecho en nuestro país, expresado así en la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, en el artículo 1: “toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión”. (Const. Art 1). Así mismo en el artículo 24 establece: “Toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado. Esta libertad incluye el derecho de participar, individual o colectivamente, tanto en público como en privado…” (Const. Art 24). La libertad religiosa está plasmada en la carta magna de nuestro país, de la misma manera, este artículo no hace excepción de género.
El Estado Nación (mexicano) ha postulado estos derechos, sin embargo, Rodríguez postula: “Es un derecho humano, por lo tanto, es universal, anterior y superior al Estado” (p. 41, 2009). Rosales (2013) afirma que, desde la conquista de América por Cristóbal Colon, se establece como medio de dominación ideológica la religión y vemos su actividad fructífera en el México histórico y en la actualidad. El Estado Laico tiene una concepción errónea por parte de muchas personas, sin embargo, Petersen (2017) considera que el Estado Laico asegura la libertad de creencia de los individuos, que son sujetos de derechos. Así mismo afirma que hay un número predominante de católicos como nación, y la educación católica no se debe de aplicar en el sector público.
En México según el censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) (2010) existen alrededor del 82.7% (católicos); la religión protestante existe en un 8% de la población; por otro lado, existe el 1.9% de denominaciones no católicas. Rodríguez (2016) considera al Estado laico como una organización política que no establece una religión oficial. Es decir, en la existencia mayoritaria en México de algún tipo de religión, no es predominante, para establecerse como una religión de Estado. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) considera que, las organizaciones religiosas contribuyen porque además de sus enseñanzas espirituales, han puesto en práctica actividades relativas a la sostenibilidad en sus comunidades. Trayendo un beneficio comunitario, con el medio ambiente y la humanidad.
Dice Alonso García que la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) considera que las Asociaciones Religiosas son congregaciones que tienen como fin el ejercer culto a una divinidad; para efectos fiscales, se considerarán a las iglesias y demás agrupaciones que obtengan su correspondiente registro constitutivo ante la Secretaría de Gobernación, en los términos de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público. Dicha Ley fue creada con el fin, de hacer fáctica la separación de la Iglesia con el Estado.
El registro nacional de Asociaciones Religiosas indicó por parte de la Secretaría de Gobernación que en México la mayoría de las expresiones son cristianas, 92 orientales, 25 islámicas, 22 nuevas expresiones y 10 judías: He aquí podemos establecer que en México existen las secuelas del país que nos dominó desde antaño, pero sin embargo podemos establecer que es un hecho que en México existe libertad religiosa y a la vez libertad de culto. La libertad es a la vez un derecho universal que es aterrizado en los teóricos como Hobbes y Locke, por ende, no se puede establecer que sobrepasa al Estado, pero si, el Estado establece estas ideas en la carta magna.
México es un país que determina, después de analizar la historia, diferentes alianzas y choques con la Iglesia Católica, y a la vez después de varias decisiones, podemos refutar en base a que el pueblo mexicano es católico, no debemos de perder este valor histórico, pero a la vez existe el valor jurídico que en base a distintos artículos podemos decir: México es un país con libertad religiosa. Y es así cuando existen diferentes prejuicios cuando se avoca el término Estado Laico, si bien es cierto que México es un Estado Laico, no podemos asegurar que en el mundo del derecho sea un hecho, así como a través de distintos años la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos se construyó como una serie de distintos ideales a alcanzar.
El estudiante de la UAT concluye diciendo que hoy en nuestro presente podemos decir que aun este derecho no es incluyente y abarca la totalidad de lo que establece, así los derechos que nos hablan en materia de religión, podemos decir que es un gran avance pues, de esta manera en un futuro podría abracar su totalidad en cuanto a lo que profesa la carta magna de México. Ya es un hecho que Organismos Internacionales están hablando de las Organizaciones Religiosas, así como Las Organizaciones de la Sociedad Civil, son aquellos motores que además de enseñar doctrina espiritual, contribuyen de alguna manera al desarrollo social en gran parte del mundo.
Correo: amlogtz@gmail.com
Ambrocio López Gutiérrez
Periodista y Sociólogo.
Columnista en diversos medios electrónicos e impresos.
Redactor en el equipo de Prensa de la UAT.
Profesor de horario libre en la UAM de Ciencias, Educación y Humanidades.
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