México,(Notimex)- A punto de celebrarse el 70 aniversario del Festival Internacional de Cine de Cannes, el realizador Diego Quemada-Diez recuerda su paso por este encuentro como si hubiera sido un sueño y las emociones se siguen agolpando en él al rememorar el momento en el que su filme “La jaula de oro” recibió reconocimientos.

Con una sonrisa tímida que le provoca esta experiencia, el cineasta español naturalizado mexicano compartió con Notimex lo ocurrido en la edición número 66 de la cita cinematográfica, donde hace cuatro años los protagonistas de la historia fueron distinguidos con un premio.

Además, la película obtuvo el Gillo Pontecorvo como un estímulo a una ópera prima en la que plasmó una mirada fresca y profunda de un fenómeno como la migración.

La cinta recibió también la mención honorífica François Chalais, creada en honor al crítico de cine e historiador francés.

Cabe señalar que los actores de “La jaula de oro", Karen Martínez, Rodolfo Domínguez y Brandon López, fueron galardonados como los Mejores Intérpretes por su trabajo que formó parte de la categoría Una Cierta Mirada.

Para el cineasta, Cannes ya era un viejo conocido para él, pues en 1995 asistió con una producción en la participó, y ahora, 22 años después, regresó con su propio proyecto como director.

"Sí, la experiencia fue totalmente diferente, aún recuerdo los sentimientos encontrados al estar en aquella sala viendo cómo entraban y salían de ella, y a mí imaginando que al término de la función me arrojarían jitomates", comentó.

"Pero no fue así, pasé de esa sensación de pensar que a nadie le gustaría la peli, al desconcierto cuando todos aplaudían al final de la proyección, y los niños (protagonistas del filme), abrazándose y llorando de la emoción", explicó el realizador, al tiempo que miraba el diploma colgado en su casa que le otorgaron ese día, convirtiéndolo en noticia a nivel internacional.

"No todos los días ganas algo en Cannes", señaló Diego tímidamente, pues ni él sabe si volverá a vivir esa experiencia. Actualmente ya prepara un nuevo largometraje, pero prefiere no crearse falsas expectativas.

"Fue importantísimo el haber ganado, tan importante como que no se hubiera hecho la película con el apoyo del Festival de Cannes", comentó.

El realizador agregó que fue una larga travesía el concretar “La jaula de oro”, y que fue hasta 2010 al conocer al productor mexicano Eder Campos, quien junto con la productora Inna Payán, que lograron levantar el proyecto cinematográfico.

"Cuando concluimos la película pasé mucho tiempo editando, porque teníamos demasiado material, además de que fue compleja porque se mezclaba la realidad con la ficción", comentó Quemada-Diez, quien admitió que al recibir la noticia de su participación en Cannes lloró de la emoción.

"Todo lo que pasó allá, en el festival, es como si despertaras de un sueño, para mí fue muy bonito; uno no hace una película por los premios ni para estar en Cannes, pero sí te ayuda mucho la proyección que alcance, se trata de un gran escaparate", comentó.

Reconoció que se le escapan algunos detalles, pero dijo que tiene su propia película sobre este hecho que sin duda lo marcó y lo hizo entender mejor la función del cine, así como su deseo de dar voz a quienes no la tienen.

"Recabé muchos testimonios de migrantes; algunos amigos me dicen que debería contar mi propia historia, lo cual no veo tan interesante, pero creo que también, 'La jaula de oro' habla mucho de mí, pues yo dejé mi país a los 17 años".

Confesó que Estados Unidos lo cobijó por algún tiempo; sin embargo, fue en México donde encontró su hogar y logró concretar sus sueños como cineasta, por lo que adoptó la nacionalidad mexicana.