Bogotá,(Notimex).- El cantante y actor mexicano Pedro Infante dejó una profunda huella en Colombia, donde, a 60 años de su muerte, sigue vigente con canciones que a diario son interpretadas por mariachis colombianos en las calles, en los bares y en las tradicionales serenatas.

La última gira del cantante mexicano por varias ciudades de Colombia fue en diciembre de 1956, cuatro meses antes de su muerte en el sureño estado de Yucatán, y según las reseñas de los diarios de la época, fueron conciertos llenos de euforia de sus seguidores.

El éxito de los conciertos de diciembre de 1956 y la gran acogida que tuvo Pedro Infante entre los colombianos se reflejó el día de su muerte, que provocó reacciones como llanto, ataques de nervios e incluso suicidios de sus fans en varias ciudades de Colombia.

Según los cronistas de la época, el 15 de abril de 1957 se suicidaron en Colombia 20 de sus seguidores, entre hombres y mujeres, mientras que otras dos jóvenes sobrevivieron al intento de quitarse la vida tras la muerte de su ídolo.

En Colombia sigue habiendo un gran número de admiradores de Infante, como Carlos Joaquín Güette, conocido como "El Mono Largo", quien tiene todas las películas del ídolo mexicano y todos los días se levanta escuchando su música.

Otro apasionado del cantante y actor mexicano es Juan Elías Díaz, quien publicó en 2009 en un diario de Cartagena el cuento “El día que Pedro Infante llegó a San Jacinto", inspirado en un sueño que tuvo.

De esa magnitud es el impacto que tuvo y tiene en Colombia la muerte de Pedro Infante, quien hoy es uno de los artistas mexicanos que más se recuerda en Colombia, como lo pudo comprobar Notimex en uno de los sectores más emblemáticos de los mariachis en Bogotá.

La Playa, un pequeño sector de la capital colombiana que hace 60 años era una de las zonas más exclusivas de Bogotá, es en la actualidad el principal centro donde los colombianos honran al mariachi y donde el nombre de Pedro Infante tiene más vigencia que nunca.

Los mariachis colombianos del sector de La Playa, ataviados con sus atuendos típicos mexicanos, sus guitarras y guitarrones, sólo tenían frases para recordar a Pedro Infante como “fue un grande", "es mi ídolo", "su voz es única", "aquí lo cantamos y lo lloramos”.

Antonio Gallego, un veterano mariachi del sector de La Playa, comentó que para aquellos mayores de “los 40, 50 y 60 años, era uno de los cantantes favoritos (...) de la música romántica, del bolero y la ranchera romántica que él hacía”.

En el sector de La Playita, el cantante del grupo de mariachis “Los Tulcanes”, Eduardo Olivera, rindió homenaje a Pedro Infante interpretando en la calle y a puro pulmón las canciones de su ídolo mexicano.

Lucho Lemus, otro de los mariachis veteranos de La Playita, no quiso cantar en la calle e invitó al corresponsal de Notimex a su pequeña oficina, porque “Pedro Infante se merece algo bonito”.

En un pequeño cuarto, Lemus organizó el sonido para cantar con una pista y con micrófono en mano varias rancheras en honor a Pedro Infante, uno de los grandes de la música mexicana, junto a Javier Solís.

La Playa es el referente de la música mexicana en esta capital, donde, un año después de la muerte de Infante, nació el movimiento de Mariachis en Colombia, encabezado por Don Alfonso Regla, un oriundo de Guadalajara que llegó a Bogotá el 19 de abril de 1958, siguiendo los pasos de su novia colombiana.

El movimiento de mariachis de Colombia cuenta en la actualidad con más de tres mil agrupaciones a nivel nacional, y en cada de sus interpretaciones no faltan las canciones románticas de Pedro Infante como: “Amorcito corazón", "Cien años" y "Serenata sin luna", entre muchas otras.