Málaga, (Notimex).- Como una alegoría subnormal de la crisis en España, el cineasta madrileño Víctor García León presentó "Selfie", que inicia como un falso documental para dar paso a la ficción, con la que compite en la Sección Oficial del Festival de Cine en Español de Málaga.

Después de 11 años de su anterior película "Vete de mí" y con seis proyectos que no han podido llevarse a cabo, García León presentó una comedia pesimista y melancólica de la situación en España, en una "crisis que vivimos desde Fernando VII", a principios del siglo XIX.

El cineasta, acompañado de los actores y productores de su película, aseguró que la cinta ha sido rodada de manera muy precaria y con bajo presupuesto, lo cual ha facilitado que pueda salir adelante el proyecto.

La película se sitúa en el momento en que un alto cargo del gobierno es detenido por corrupción y por cometer varios delitos económicos, su familia se ve directamente afectada por la situación.

Su hijo, interpretado por Santiago Alveró, es expulsado del chalet que tiene en la Moraleja, su novia lo deja y se ve obligado a abandonar un máster en Administración de Empresas.

La película discurre sobre cómo será la nueva vida de este joven que ha perdido todo lo que tenía, "es una alegoría subnmormal de la vida política de España", explicó.

"La idea no es ser crítico con la derecha sino ser críticos con nuestro entorno, somos tan lamentables los de derecha como los de izquierda, la idea es una foto de la actualidad", subrayó el cineasta.

"Yo he querido que fuera divertida todo el rato y si no lo he conseguido, lo siento, pero la estructura no es convencional y el ritmo puede bajar un poco, pero la intención era la de una película corta y entretenida", aseguró.

Sobre la estructura de la película, expuso que es muy particular, porque empieza como un documental que se va transformando en ficción.

"La bisagra de las dos formas puede tener problemas de ritmo, pero el convertir un documental a una película de ficción nos permitía llegar a un lado más íntimo", afirmó.

En la cinta, que se rueda como si alguien le estuviera haciendo selfies al protagonista, hay momentos en mítines del Partido Popular (PP), de Podemos, e incluso tiene un cruce de palabras con la exdirigente del PP en la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.

"Esto fue posible porque el cine español no le importa a nadie, la pura invisibilidad nos ha ayudado, la ausencia de instituciones, aunque debo reconocer que PP y Podemos nos ayudaron y se portaron increíble, nos dejaron sus sedes", recalcó.

"Afortunadamente, Esperanza Aguirre no nos ha demandado y es un milagro que la película tenga escenas de un mitin o de Génova (sede del PP) en la noche electoral y nadie demande", agregó.

Atribuyó buena parte del éxito de la película al protagonista, Santiago Alveró, quien sin ser actor se lanzó a hacer una película sin saber de qué iba, pero se atrevió a todo.

Alveró, quien estudió Comunicación Audiovisual y tiene webs, hizo una prueba de casting y a partir de ahí se lanzó a rodar. Al respecto, el cineasta aseveró que "a mí me deslumbró, y sigo deslumbrado".