México, (Notimex).- El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, destacó que la Constitución y las leyes son los únicos instrumentos válidos para alcanzar la justicia y establecer las condiciones de vida digna.

Sin embargo, es urgente una reflexión seria sobre la capacidad de la Constitución y las leyes para resolver problemas y transformar la realidad, resaltó al impartir la conferencia magistral “Retos de la Protección de los Derechos Humanos en México”, organizada por la Facultad de Derecho de la UNAM.

En ese contexto, el ombudsman nacional afirmó que “la CNDH tiene ese firme compromiso y convicción, porque en la protección y defensa efectiva de los derechos humanos se encuentra el verdadero destino del país”.

Aunque, destacó que aún deben enfrentarse tareas difíciles, como erradicar la corrupción y la impunidad para lograr un Estado humanista cuyo origen sea el valor de la persona, que concilie y armonice lo individual con lo social.

Recordó al jurista Jorge Carpizo, quien señalaba que toda reforma a la Constitución fracasará si no se atacan frontalmente corrupción e impunidad, para lo cual se requiere voluntad política, subordinar intereses de grupo o particulares a la disposición de la ley, a su estricta aplicación y no a la simulación de hacer como que se aplica.

Acompañado por el director de la Facultad de Derecho, Raúl Contreras, el titular de la CNDH puntualizó que la contribución más auténtica que puede realizar el ombudsman es proteger y defender cotidianamente los derechos humanos de todas las personas, pero en particular de los grupos vulnerables frente a los abusos de poder.

En su oportunidad, el director de la Facultad de Derecho, Raúl Contreras, puso en relieve la necesidad de ahondar aún más en el tema de derechos humanos en los programas de estudio de las universidades, ya que es fundamental para la formación de los futuros profesionales del Derecho.

Señaló que la reforma constitucional de 2011 representa un gran avance por la creación de herramientas e instituciones de derechos humanos, en los que sobresale la CNDH, porque con capacitación y difusión ha ayudado a que los funcionarios públicos conozcan cómo deben comportarse en un verdadero Estado de Derecho.

Concluyó que el Estado y sus agentes deben estar ceñidos en su actuación a las leyes, deben entender que son servidores públicos y no entes autoritarios, en tanto que el ciudadano se debe saber poseedor de derechos y debe ser más reclamante en exigir su cumplimiento.