Amenazas
Según la agencia informativa Associated Press (AP) Donald John Trump amenazó a Enrique Peña Nieto con enviar tropas a México ‘para detener a los hombres malos’, a menos que las fuerzas armadas hagan más por controlarlos.
Esta versión causó expectativa en todo el mundo, pero de inmediato fue desmentida por ambos gobiernos, reiterando que el acuerdo logrado vía telefónica, fue no hablar ya públicamente del muro fronterizo.
Pero de ninguna manera significa cancelar su construcción.
Así lo advierto porque al ventilar su pacto ninguno refirió si esa obra se detendrá o prosigue, ya que el punto central de esa controversia fue y seguirá siendo cuál de los dos países asumirá el gasto, aunque en el fondo existan otras amenazas más delicados, como son
1) Anular el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN); y
2) La Iniciativa Mérida (tendiente a combatir el narcotráfico).
De ahí que las dos administraciones presidenciales --la gringa como la mexicana--, estén hoy obligadas a explicar hasta dónde llegó su trato y en qué forma incidirá en las relaciones bilaterales, porque nadie se traga el nuevo rollo del mandatario yanqui de querer mucho a los mexicanos.
Y menos cuando los ha ofendido tanto al considerar que son un real peligro para la Unión Americana, acusándolos de enviar narcotraficantes y criminales a su territorio.
A mi parecer, el recule lo hizo por tanta presión de los inmigrantes.
Pero de que el muro sería una realidad, ahí se lo dejó al tiempo.
Lo cierto es que los expatriados connacionales radicados allende el Río Bravo empiezan a prepararse para su repatriación.
Acuerdo inhumano
La emigración de mexicanos hacia los Estados Unido, es un fenómeno que se registra cotidianamente a lo largo de la frontera que compartimos con la potencia económica más importante del mundo, aunque, también, la más viciosa.
Nuestros compatriotas exponen su vida propia y en ocasiones la de su familia, en su búsqueda de un empleo que les permita sobrevivir.
Durante años y pese a las leyes, vigilancia y hasta la represión recurrente de parte de las autoridades y los rancheros del vecino país del norte, los ilegales siguen dispuestos a poner en riesgo su vida al cruzar la frontera, aun sabiendo que del otro lado encontrarán el exacerbado racismo que se esconde tras el aparente paraíso de la libertad.
Más ahora con el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
Pero puede más la necesidad que los temores a caer en las garras criminales y así se lanzan a la aventura; incluso estando conscientes de que no existen las condiciones ni garantías de que su humanidad pueda ser respetada.
Los medios de comunicación masiva (regional, estatal y nacional), a diario dan cuenta de la fatalidad que persigue a los indocumentados.
Incluso los organismos independientes defensores de los derechos humanos de ambos lados de la frontera exhiben constancia de ello, como igual lo hace la prensa al recogen testimonios de la forma cruel e inhumana con que actúan los uniformados en contra de nuestros compatriotas y hermanos latinoamericanos, por lo que el acuerdo que en lo oscurito de Peña Nieto y Donald John Trump no promete nada bueno, al menos para los inmigrantes.
Alcaldes indolentes
La frontera norte de México alcanza una longitud de 3 mil 185 kilómetros e involucra a Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, que serán la puerta para la repatriación de los 11 millones de inmigrantes indocumentados que Donald John Trump amenaza echar de la Unión Americana.
En nuestro estado existen 17 puentes internacionales de los 32 que hay en toda la franja fronteriza, por lo que es de esperarse que por ahí al territorio nacional incursione casi la mitad de los deportados, reclamando al menos techo, comida y asistencia médica.
Lamentablemente, los alcaldes de los seis municipios fronterizos no han entendido (y menos analizado) la problemática que se les vendría al disparárseles la explosión demográfica, pues tan ocupados están en sus enjuagues que dicen carecer de tiempo para atender otros menesteres.
Y eso que el mandatario (Francisco Javier García Cabeza de Vaca), ante la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) ha expuesto la contrariedad y sugerido cómo encararla.
Lo peor del caso, es que cada uno de los seis ediles (fronterizos) en tiempo y forma fueron advertidos de la complicación que les esperaba al ser investido el nuevo inquilino de la Casa Blanca, sin que nada hicieran, hasta ayer al cumplirse 124 días de su administración, para prevenir que la arremetida yanqui no resulte tan agresiva para sus comunidades.
Cierto es, sin embargo, que hasta hoy no ha sido deportada la masa (de inmigrantes indocumentados), tan cacareada por el relevo de Barack Hussein Obama II, pero de que 11 millones serán expulsados, no tenga ninguna duda.
Y menos que serán echados a territorio tamaulipeco por lo menos la sexta parte –hablamos de 1.7 millones +/- de latinos--, si acaso a Donald John Trump se le ocurriera repartir las deportaciones en partes iguales a las seis entidades vecinas del sur.
Como fuere, desde Nuevo Laredo hasta Matamoros, no se prevé un proyecto de asistencia por parta de las autoridades municipales que, por cierto, querrían endosarle la asignatura al Gobernador.
¿Por su comodidad, indolencia, opacidad, negligencia, incapacidad o insuficiencia para atenderla?
¡Vaya Usted a saber!, pero lo cierto es que Francisco Javier García Cabeza de Vaca haría bien en obligarlos a atender su responsabilidad.
Y más cuando fueron electos para resolver la problemática local.
No para ocupar su paso en los ayuntamientos sólo en asuntos sin importancia.
Desatención añeja
La desatención a los migrantes estacionados en la frontera tamaulipeca, es un asunto grave que detiene el desarrollo, por la omisión mostrada en la práctica del poder.
Esto, en parte, en cuanto al plano federal.
Y en lo que respecta los ayuntamientos, también hay desidia para solucionar el tema, al no saber los alcaldes cómo tratarlo, hasta el grado de argumentar que ése rubro deben resolverlo el Gobierno estatal y/o la Federación.
Hace días le comenté (en este mismo espacio,) acerca de ello, ante la indolencia mostrada por los ediles fronterizos.
No obstante que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, afirma que habrá nueva política migratoria del Gobierno Federal, cuya finalidad sería el pleno respeto a los derechos humanos de toda persona que cruce por territorio nacional, independientemente de su origen.
Agua potable
Para garantizar que el vital líquido suministrado a los más/menos 400 mil habitantes de Victoria sea más potable, se rehabilitan los accesos a las lagunas ‘El saladito’ y ‘Los puerquitos’ --que ampliarán su diámetro de 4 a 6 metros--, con máquinas moto conformadoras, material de relleno, cunetas y la construcción de casetas de vigilancia.
También se instalan medidores parshall y se aumenta el uso de las pastillas de cloración, aparte de lo ya realizado en diciembre pasado con el establecimiento de bloques bacteriológicos en 9 conectores citadinos.
Hace un par de días, el gerente de la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa), Gustavo Alberto Rivera Rodríguez, en representación del alcalde Óscar Almaraz Smer, puso en marcha los trabajos.
Lo anterior con base a las minutas de las reuniones con la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y Comisión Estatal del Agua (Ceat), que la Comapa-Victoria ha sostenido.
Por cierto los usuarios del municipio han respondido exitosamente a los programas diseñados para ponerse al corriente con el pago del servicio.
E-m@il
jusam_gg@hotmail.com
Juan Sánchez Mendoza
Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.
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