¿A qué se le tiene miedo?
Indudablemente en los últimos días y a raíz de la entrada de la Administración de Donald Trump, las especulaciones, temores y el fraguar escenarios difíciles está de moda. Que sí va a deportar a miles de compatriotas, que sí el TLC no continuará, la economía, la inseguridad... etc. etc. Claro que todos estos son puntos válidos que merecen de un análisis profundo y sistemático pero tampoco podemos decir que se nos viene el mundo encima, aunque para muchos pareciera que así es. Se piensa como que vivimos en una tierra poco productiva y sin vastos recursos naturales, se crea un miedo entendible pero muchas veces no sustentado. Las adversidades pueden ser muchas pero lo que realmente necesitamos para sobrellevarlas no es depender de externos o terceros sino de nuestra propia capacidad de salir adelante. ¿Que si el comercio internacional se verá afectado? Así es, pero eso es para todos, quizá así nos dejemos de cosas y comencemos a elevar el nivel productivo interno, y dejar de importar productos de los cuales no solo tendríamos que ser autosuficientes sino exportadores.
Ya no podemos ser la tierra que dio maíz al mundo y que ahora lo importa, así como leche, carne, y muchos otros productos de los cuales tendríamos que tener un superávit nacional a causa de su producción, distribución y exportación. Ojala y después no mandemos los ingredientes para hacer un pozole y que después nos lo vendan… pareciera demasiado ridículo ¿pero acaso no pasa lo mismo con la gasolina? Es cierto que no son los mejores de los tiempos y que es difícil nuestra situación pero también es cierto que tenemos espíritu y sangre de grandes guerreros, que no hemos aun hecho florecer. Caramba, Alemania, Japón, Rusia y otros países pasaron por guerras brutales que dejaron una destrucción increíble ¿y acaso no son ahora potencias mundiales? ¡Y ellos no tienen los recursos naturales con los que nosotros si contamos!
Ellos se enfocaron en unirse y trascender, mientras nosotros los seguimos admirando por su mentalidad y avances, en lugar de emular su actitud y filosofía. Ya estuvo bueno de ser el país del ya merito, del tenemos todo pero no lo aprovechamos, una nación conformista y corrupta. La solución siempre ha estado en nuestras manos, la grandeza está en nuestra gente y el futuro en nuestra forma de enfrentar los problemas. ¿A que le temen mis hermanos mexicanos? Dejémonos de fregaderas y demostremos nuestra grandeza con acciones contundentes, con gran ahínco y con un eterno amor a nuestra maravillosa y bendecida patria. No sé ustedes pero yo siempre he sabido y sentido…
¡Que como México no hay dos!
Adoro a mi tierra y sé perfectamente que podemos salir avante de toda afrenta, es tiempo, es cuando, ¡es ya!
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
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