Vecinos distantes, pero al fin vecinos (1)

La relación entre México y los Estados Unidos, es geopolíticamente estratégica. Cualquier observador y analista, de aquel lado o de este de la frontera, lo entiende a simple vista. Y una cosa es la campaña, otra el temperamento y otra muy diferente pasar de las palabras a los hechos. Primero, porque la complejidad de un gobierno como el de los Estados Unidos no permite de manera tan simple hacer cambios tan radicales en poco tiempo, debido a los frenos burocráticos, administrativos y legales que la propia operación del gobierno impone.

Y si bien es cierto que la relación entre ambos países, con la llegada de Donald Trump a la presidencia, habrá de modificarse, también es cierto que nos necesitamos ambos. Ellos a nosotros y nosotros a ellos.

Y es que a sólo tres días de que el republicano rinda protesta como el Presidente 45 de la Unión Americana,  hay economistas que coinciden en que lo que no debe hacerse es responder a las provocaciones con una guerra comercial. En ese escenario, dicen, nadie gana y todos perdemos. Los mismos economistas ven lejano que Estados Unidos opte realmente por salirse del Tratado de Libre Comercio, acción que tan sólo a México le podría costar alrededor de diez millones de puestos de trabajo, según cálculos conservadores.

De ocurrir este escenario, el mercado mexicano presentaría una contracción muy importante. Y es que tan sólo el año pasado, México y Estados Unidos comerciaron bienes y servicios por más de 582.6 mil millones de dólares, de acuerdo con datos de la Oficina de Censo de Estados Unidos.

Según la Comisión Internacional de Límites y Aguas, la frontera tiene una longitud de 3185 kilómetros, lo que equivale a 1,951 millas. La frontera entre Estados Unidos y México tiene el mayor número de cruces legales en el mundo, puesto que cuenta con más de 50 millones de cruces peatonales, así como el mayor número de cruces ilegales del mundo, casi 12 millones, lo cual genera cada año la muerte de varias centenas de migrantes.

Pero en un rompimiento del Tratado de Libre Comercio, el principal afectado con esta decisión sería el propio Estados Unidos, ya que, por ejemplo, de lo que produce ese país el 40 por ciento son insumos mexicanos y las empresas estadounidenses que deciden invertir en México, para después enviar sus productos de regreso, se benefician de la mano de obra calificada y barata de los connacionales. Asimismo, los estados que se verían más afectados por una finalización del Tratado de Libre Comercio del otro lado de la frontera serían Arizona, California, Luisiana, Nuevo México y Texas, por el alto nivel de comercio que tienen con México.

Jaime Serra Puche, ex Secretario de Comercio en la administración de Carlos Salinas de Gortari y Secretario de Hacienda en los inicios del Gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, ha criticado el discurso “mercantilista”, del Presidente Trump, porque asegura que es imposible que se argumente que el TLC haya provocado el déficit de los Estados Unidos”, ya que éste responde más a "una falta de ahorros de su economía que por el régimen comercial que tiene con México".

La misma idea la reforzó Jaime Zabludovsky Kuper, quien formó también parte de las negociaciones por el TLCAN en tiempos del Presidente Carlos Salinas de Gortari, pues agregó que Estados Unidos tiene el 70% de su comercio fuera de tratados de libre comercio, como con China, la Unión Europea y Japón. 

De acuerdo con Zabludovsky, gracias al acuerdo comercial que tenemos con Estados Unidos y Canadá, México se ahorra 10 mil millones de dólares al año, en tanto que nuestros vecinos del norte se ahorran 8 mil millones. Por su parte, Luis de la Calle, señala que la región del norte de América alcanzó en 2016 su máxima competitividad.

Sin embargo, y a pesar de todos estos argumentos, sí existe la posibilidad de que Estados Unidos se retire del Tratado de Libre Comercio. Y en ese escenario nuestros socios quedarían a merced de las reglas de la Organización Mundial del Comercio, bajo las cuales sólo podría imponer aranceles en promedio de 2.8%, lo que es “poco importante”, con lo que la nación vecina quedaría muy por debajo del 35% que pretenden imponer al sector automotriz.

Por lo pronto, quienes entienden del tema, coinciden en que el punto clave es no cerrar la economía y por el contrario, comprometerse con la apertura del mercado y fijar relaciones con otros países, fortaleciendo, de entrada, la relación con Canadá. Adicional, México debe concentrarse más en sus importaciones.

En México, ya hay quienes se preparan ante la inminente llegada de Donald Trump al poder y las condiciones de incertidumbre que ello ha generado en las últimas semanas. Muestra de ello la pusieron este martes los Gobernadores Fronterizos de México, integrantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores, quienes participaron en la Mesa de Trabajo “Análisis de la situación migratoria actual en la frontera norte del país”, que tuvo como sede Nuevo Laredo, en Tamaulipas.

En el encuentro, participaron los mandatarios de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón; de Chihuahua, Javier Corral Jurado; de Baja California, Francisco Vega de Lamadrid y de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, además de Graco Ramírez Garrido Abreu, Gobernador de Morelos y Presidente de la CONAGO.

El Gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, advirtió que “la frontera norte de nuestro país tiene prisa por llevar a cabo acciones que nos permitan crear las condiciones para mejorar la calidad de vida de los habitantes de nuestro estado” Y agregó que “la frontera norte tiene prisa de llevar a cabo los acuerdos con el gobierno federal y poder trabajar de una manera conjunta”. Derivado de este encuentro, los mandatarios fronterizos emitieron un documento con 12 acuerdos.

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