¡El gasolinazo que prendió de más!
Vivimos una época difícil en la vida de nuestra república, entre una inseguridad latente en muchas partes del país, un gobierno que intenta subsanar las cosas pero solo consigue un rechazo popular y la gente que aprovechando las circunstancias, cierran carreteras, roban tiendas y reclaman mejores condiciones. Es desafortunado ver que las cosas se pongan así pero en realidad entre el dinamismo económico mundial, políticas públicas que no terminan de trascender y una ignorancia colectiva, las cosas en verdad se podrían poner aun peor. En una país en donde la gran mayoría presta más atención a asuntos de nula relevancia y que en lugar de organizarse ordenadamente para exigir, se opta por la violencia y la diatriba exacerbada (nunca generalizando claro) pues que podemos esperar.
A mi punto de vista en verdad no me extraña tales reacciones, son fruto de años de desigualdad, corrupción y un asesino conformismo social, sumado con un sistema de gobierno que no termina de encausar y manejar correctamente el entorno en el cual nos encontramos. En un país en donde se prefiere hacer viral los quince años de una joven en lugar de resaltar los logros de otros destacados estudiantes que han puesto en alto a nuestro país en el mundo, en donde un espontaneo fan de un grupo que por una reacción chusca captada por un medio de comunicación se vuelve famoso, en donde las telenovelas y programas de contenido sin relevancia, adormecen mentalmente a miles de ciudadanos…
¿En verdad que esperábamos?
Lo acontecido en estos días es un reflejo de una sociedad enardecida pero también por demás confundida, es una lógica reacción a nuestras maneras de manejar las cosas, es el resultado de tener una nación privilegiada con recursos naturales pero desgastada por no saber o querer hacer las cosas bien. No me meteré en detalles tratando de enumerar las fallas o fincar responsabilidades a los responsables, porque nunca acabaría, además, no nos hagamos tontos, todos sabemos perfectamente que estamos como estamos porque somos como somos.
Nos urge un proceso de reflexión colectiva, necesitamos ya dejar de poner excusas y trabajar todos juntos por generar mejores condiciones de vida. De mi parte es una de mis metas del año, tratar de conjuntar voluntades y mexicanos que en verdad quieran ver mejor a su nación, no importando a qué partido le vayan, que religión profesen, género o estatus social. Pondré todo de mí o al menos mi granito de arena para lograr que imperen nuestras coincidencias y amor a nuestra patria por encima de estúpidas ideologías separatistas y de confrontación, que la verdad nunca nos han llevado a nada bueno.
Como duele saber que como país tenemos todo pero simplemente no sabemos valorarlo y menos aprovecharlo.
Y por qué no todo es seriedad…
Entre rapiña y rapuño desmadraron a una nación, rapiña lo saqueó y rapuño lo gobernó…
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
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