Tijuana, (Notimex).- Jóvenes de orfanatorios y áreas marginadas de Tijuana son apoyados por el actor José Yenque, quien cada semana viaja de Estados Unidos a México para derribar fronteras a través del arte.

En entrevista con Notimex, el productor y actor norteamericano, fundador de la organización transfronteriza “Artes para un mejor mañana”, dijo que mediante talleres de actuación y terapia auditiva del comportamiento ayudan a los jóvenes a manejar la ansiedad y depresión.

Mencionó que a través del taller de actuación se adaptan a la comunidad los jóvenes menos privilegiados, de condiciones difíciles y sin hogar, que corren riesgo de dejar de asistir a la escuela y caer en la delincuencia.

Explicó que con el programa de drama creativo implementan el tratamiento de la ira a través de la formación de equipos que les ayudan a derribar las barreras que los detienen, y que como resultado adquieren una actitud positiva con metas para una vida productiva después que salen de la casa hogar.

Expresó que atienden jóvenes de casas hogar de México y Estados Unidos, donde los apoyan con su autoestima, expresión, a convivir con los demás, perder la timidez, y sobretodo que aprenden a manejar los problemas diarios.

Añadió que con Arts For a Better Tomorrow, celebran las amistades binacionales.

El actor nacido en Brooklyn, Nueva York, indicó que México no es un país peligroso, porque hay mucho talento, arte y posibilidades para que los jóvenes sigan adelante con las herramientas adecuadas.

Dijo que actualmente trabaja con 26 jóvenes en Tijuana, así como 29 de Los Ángeles, California, y que el año pasado atendieron a 130 adolescentes de 13 a 18 años.

José Yenque afirmó que no nació en México pero es tijuanense de corazón y que próximamente trabajará con los jóvenes haciendo cortometrajes, ya que van a crear una productora donde participarán la mayoría de los jóvenes que apoya.

Durante la premiación a jóvenes que terminaron los talleres que el actor les brindaba, sus pupilos reconocieron a Yenque por haberlos rescatado para no abandonar sus estudios, apoyarlos con su vida personal cuando perdieron a sus padres y visitarlos desde una vez al mes, hasta llegar a hacerlo cada fin de semana.