Tránsfugas priistas a MORENA y al PES
1.- La inactividad del Comité Ejecutivo Nacional del PRI con respecto al caso Tamaulipas, está originando que gran parte de su militancia se incorpore a otros partidos. Uno de esos casos se observa en Cd. Madero donde cientos de elementos ya están organizados para sumarse al unísono al Partido MORENA de López Obrador. Sin embargo aún están en espera de que de un momento a otro el Tricolor de señales de vida y puede haber una reconsideración.
En Madero hay raíces perredistas que coaligadas con el magisterio, en tiempos de la maestra Elba Esther Gordillo, hicieron morder el polvo al PRI durante cuatro trienios consecutivos de 1993 a 2004. A la vista de todos fueron los “quinistas” de la época los triunfadores, pero ellos solos no lo hubieran logrado. Una cosa era la Sección Uno del STPRM y otra la corriente descontenta con la detención de Joaquín Hernández Galicia.
De tal suerte que el magisterio comandado por Doña Elba Esther que ya construía una corriente política contraria al entonces hegemónico PRI, consiguió hacer ganar al PRD al sumar al priismo que conducía el SNTE.
Esos mismos elementos priistas que operaron con el PRD, y quizá fueron de los que votaron por el PAN el 5 de junio, ahora lo harán con MORENA.
Este es uno de los “boquetes” que está provocando la inactividad del CEN, otro aunque de menor calibre son los tránsfugas tricolores que se están incorporando al Partido Encuentro Social (PES), algunos abandonan las filas del Tricolor según denuncia la presidenta del CDE, Aída Zulema Flores Peña por temor a perder sus empleos en el Gobierno del Estado, hoy pintado de azul.
2.- Así las cosas, la inmensa mayoría de los priistas tamaulipecos coinciden en la urgencia de designar nuevo presidente al PRI estatal. Es inaplazable que los que aspiren a un puesto de elección en el 2018, estén ya promocionándose dentro de una pre-campaña informal, porque deben estar conscientes de que los modelos tradicionales de campaña ya se agotaron, nadie va a ganar una elección con un procedimiento obsoleto como el practicado hasta antes del 5 de junio.
Ya no funcionan el “acarreo” para presenciar eventos totalmente montados como si fuera una puesta en escena teatral; tampoco el simulacro de los foros de consulta que llevan todo armado, algunos de ellos respaldado con voces académicas o de expertos que pueden ser un buen espectáculo, pero no es lo que quiere la gente, no es lo que plantea y solicita para su colonia, su ciudad o el estado.
El reconocimiento de errores, de la obsolescencia de su modelo, y de la caída de su maquinaria como generadora de votos para alcanzar el triunfo, es el primer peldaño de la escalera a la que el PRI está invitando a escalar a su militancia a escalar rumbo al 2018.
Lo más difícil en este momento es el cómo va a seleccionar el PRI a sus candidatos en este difícil escenario. Los viejos representan los vicios más arraigados del partido; los intermedios que se han rebelado huelen a ambición y rebozan hambre por la “chuleta”; los jóvenes pueden ser inexperiencia, pero son la parte más sana de un partido que con todos sus defectos, está trabajando en el adoctrinamiento de una ideología que sumada a buenos principios y valores pueden fortalecer el espíritu de servicio de nuevas generaciones de político.
Los priistas que están gobernando los municipios, que son los menos, ya están en escena, trabajando, dando resultados y pueden obtener la ratificación de su partido para buscar la reelección. Igualmente los diputados locales que ganaron en 6 distritos locales de los 22 pero ¿Dónde están los candidatos a diputados federales y senadores?¿Y dónde los que pueden ser opción en los 27 municipios donde el PRI no es gobierno.
Los que piden a gritos la renovación de la dirigencia estatal, la llegada de un nuevo Delegado Nacional y el lanzamiento de la convocatoria que haría posible el primer punto, entre sus razones enumeran: la renovación o ratificación de los dirigentes en los 43 comités municipales, igualmente delegados del CDE en esas zonas geográficas y la reactivación de sus sectores y organizaciones. Todo como primer paso para la reactivación total del instituto político.
Otros priistas señalan, “necesitamos de un nuevo líder que nos diga que estamos vivos, que motive y convenza a las bases, de que no todo está perdido, que somos capaces de resurgir de entre las cenizas como lo hicimos en el 2012”.
Estos y muchos otros pensamientos se dejaron escuchar en #RETO 2018 el evento que celebró el PRI orientado a los jóvenes, donde hubo autocrítica; como ejercicio reflexivo de los ponentes, dejaron como lección colectiva la práctica de la verdad, la autenticidad, el acercamiento con la gente, buscar un posicionamiento por que se tiene convicción, porque se quiere servir y no servirse.
Ana Luisa García García
(15-Nov-1950) es licenciada en Periodismo por la Universidad Veracruzana generación 1969-1973.
Ejercicio profesional en los siguientes medios: El Dictamen de Veracruz, El Diario de Cd. Victoria, El Universal y Ovaciones en la Cd. de México, El Heraldo de Tampico. Autora de la columna Argot Político en El Mercurio de Tamaulipas (1988-1989) y de la columna Presencia publicada en La Verdad (1987-2016) y en diferentes portales informativos.
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