México,(Notimex).- Lejos de ser un juego que provoque miedo practicarlo porque pudiera causar algún tipo de lesión, el gotcha se ha convertido en una herramienta de estrategia, planeación, inteligencia y unión, además de terminar con el estrés cotidiano del trabajo, la escuela o el hogar.

Al menos este es el concepto que le ha dado Ángel Guerrero Pineda en su centro de diversión denominado “Gotchalandia”, donde lo que se busca es precisamente que los participantes pongan en práctica lo arriba mencionado y saquen el estrés.

“Es un juego de estrategia, de planeación que, si no la hay, no se llega al objetivo. Este deporte no solo nos ayuda a socializar con los compañeros de trabajo y tomar esos roces en la familia y limarlos. Une a la empresa y a la familia, y con ello se divierten”, apuntó.

A pesar de haber surgido en Canadá y llegar a México en 1987, Guerrero Pineda dijo que es un deporte de moda al que le ha impuesto su sello para hacerlo una experiencia enriquecedora para quienes acuden a este centro deportivo.

“Dos grupos se enfrentan, uno se viste de verde otro de negro y tratan de ganar un torneo. Aquí tratamos de buscar un programa que lleva al grupo a vivir una experiencia enriquecedora. Tengo programas infantiles, con niños de 7 a 9 años, utiliza la marcadora con un equipo más pequeño que el de los adultos, pero nunca se disparan entre ellos, algo que sí sucede entre los adultos en la variedad de juegos que se les ponen”.

Destacó que las reglas de seguridad son muy importantes, como el hecho de mantener puesta la careta, enseñar a manejar la marcadora (el arma con que se disparan las balas de pintura), entre otras cosas, además de insistir en promover los valores.

“Tenemos programas vivenciales de capacitación donde un capacitador los pone a ver esos valores necesarios para el trabajo en equipo. Si no hay planeación, si no hay estrategia, si no hay liderazgo, entonces no ganamos el juego”.

Mencionó que estos tres programas se tienen en “Gotchalandia” y eso hace que sea un programa muy divertido y le da una forma diferente de practicar este juego respecto de otros lugares en los que “solo les dan la marcadora y les dicen ´mátense´ entre ustedes”.

En medio del bosque, donde tiene su campo de juego, Ángel Guerrero explicó los programas con los que cuenta para el esparcimiento de quienes acuden a ese lugar para practicar el gotcha, ubicado en La Marquesa, Estado de México.

Señaló que esta serie de juegos que tienen una duración de casi una hora, además de que ayudan a la desarrollar la inteligencia con estrategia y planeación, contribuyen a unir tanto a los compañeros de trabajo y la familia, y es bueno para el estrés.

Lamentó que al gotcha se le haya etiquetado como un juego que lastima, que es guerra y muchas personas que llegan por primera vez a este lugar a practicarlo llegan con cierto miedo, pero ya dentro se dan cuenta de lo divertido que es y se olvidan de todo.

“Al principio al gotcha se le había etiquetado como que es un juego que lastima, que duele, que es de guerra, y aquí, en Gotchalandia hicimos que no sea así, porque muchas personas llegan con miedo. Pero una vez que entran a jugar y se dan cuenta que es divertido, se dan cuenta de que están dentro de un juego en el que son protagonistas, la gente sale diferente, su forma de pensar es muy diferente; salen muy divertidos”.

Con 13 años en el negocio, Ángel Guerrero invita a personas de todas las edades a jugar el gotcha, “es una experiencia inolvidable, ven a vivirlo una vez, si te gusta lo sigues jugando y si no, que no te cuenten”.

La experiencia que ha dejado en algunas personas que jugaron el gotcha, es de integración, de inteligencia, estrategia y unión, además de que les permitió salir mucho más relajados del área de práctica en medio del bosque.

Al respecto, Fernando Hernández, trabajador de una empresa que se dedica a elaborar las jeringas para diabéticos, externó su sentir por el hecho de haber vivido esta nueva experiencia y como influyó en él.

“Nunca lo había jugado y ahora que lo hice es impresionante. Oía del juego y era como algo medio terrorífico pero más que nada es estrategia, inteligencia y te pude dejar muchas cosas. Trabajando en equipo, haciendo cada quien lo que le corresponde, se logra une integración, además de que me voy súper relajado de haber sacado el estrés. Definitivamente vendría con familia y amigos, con todos”.

Mientras que Édgar Vargas, ataviado con el equipo y bañado en sudor por el esfuerzo de ir y venir en el “campo de batalla”, dijo que en lo personal, jugar el goctcha le dejó integrarse y estar más comunicado con sus compañeros.

“Es la primera vez que juego, es cansado pero muy divertido, es un juego de mucha integración y diversión. En lo personal me deja mucha comunicación con mis compañeros para solucionar los problemas que se nos den tanto en el trabajo como en la vida cotidiana.

Aquí fue comunicación, teníamos que organizarnos, ver cómo atacar y sacar la victoria, entonces lo podemos aplicar en el trabajo. Valió la pena, es un juego de integración y bastante recomendable para todas las edades”, expresó.

Jazmín Sandoval, una de las que aguantó más tiempo estar en el campo en lucha constante con su equipo y no se rindió para salir vencedora, destacó lo desestresante que resultó para ella el haber jugado el gotcha.

“Fue una experiencia muy padre, olvidarte un momento de todas las actividades del trabajo y venir a convivir con los compañeros, convives con ellos, haces estrategia, te hace pensar y te diviertes.

Muchas compañeras decían ‘no quiero ir, es gotcha, tengo miedo, puede pasar de todo', el chiste es divertirse mientras quieres hacerlo. Tuvieron miedo por los golpes, que les fueran a disparar y salir moretones”, apuntó.

Al final, los tres integrantes del equipo negro se fueron satisfechos, por lo aprendido, lo puesto en práctica y la experiencia vivida en este juego, pero sobre todo, sin el estrés cotidiano que muchas veces no les permite rendir al 100 en su trabajo.