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La segunda habilidad comunicativa

Por: Ricardo Hernández El Día Lunes 28 de Noviembre del 2016 a las 12:35

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Una segunda habilidad comunicativa es la de escuchar, por supuesto, de esa capacidad parecen depender muchas otras cosas, sobre todo cuando se espera la pronta solución a un problema. Hoy en día la falta de comunicación ha desencadenado serios conflictos en diferentes contextos: sociales, culturales, políticos a tal grado que se manifiestan en alarmantes estadísticas como, por ejemplo, un alto índice de divorcios, violencia intrafamiliar, desempleo, despidos de trabajo, el dilema sobre la posible autorización para portación de armas de fuego para la población civil, la lista de casos y temas es larga.

Si nos vamos al meollo del asunto nos podemos dar cuenta que la mayoría de los problemas sociales y conyugales, laborales y profesionales son por falta de comunicación; es decir, si tan sólo nos detenemos a escuchar al hermano, a la pareja, a la madre, al patrón, veremos que muchas de esas situaciones pudieron haberse resuelto con tan sólo escuchar.

Practicar esa habilidad comunicativa nos hace ver diferentes ante la persona con quien hablamos, nos hace ver educados o una persona inteligente. Esta habilidad parece ser un don al mismo tiempo, la cual no cualquiera es capaz de darse cuenta de lo valioso que es debido a que la mayoría de la gente le importa un bledo lo que piense el “vecino”.

Este es un gran problema en la actualidad y no es precisamente en el hogar donde se ve este fenómeno, sino también dentro de Instituciones donde laboran diputados, regidores, burócratas, maestros, etc. Los servidores públicos tienden a caer en la monotonía de las quejas y en vez de escuchar, simplemente dan evasivas, pues acostumbran a decir: “voy de salida, pero dime, tengo un minuto para atenderte”, “nos vemos mañana, por supuesto que te atiendo”; otros salen con “dime, te escucho”, y no dejan en paz el celular.

Esas actitudes negativas  empobrecen al servidor público pues con ello se van formando una ridícula costumbre al grado de que pierden la sensibilidad de escuchar. Por otro lado, son a los jóvenes a quienes se les debe orientar acerca de la importancia de esta habilidad comunicativa.

El mal hábito en el uso de la tecnología de comunicación es un problema grave en nuestros días, pues los jóvenes prestan menos atención a sus padres, tienden a encerrarse por horas en sus cuartos de soltero y la mayoría de la gente ahora –se quejan- no pueden vivir sin el celular, mejor dicho, sin las redes sociales.

La tecnología de comunicación es una herramienta muy útil en la vida del ser humano, pues a través de ella podemos explorar e investigar mundos desconocidos, hacer viajes al universo o a la profundidad del mar, incluso nos permite introducirnos al cuerpo del ser humano o de los animales, vemos mundos microscópicos, además podemos conocer el hábitat de los seres vivos, sobre todo que la tecnología acortó millones de kilómetros para que el ser humano pueda ser capaz de escuchar a su semejante del otro lado del mundo en cuestiones de segundos.

De tal forma que no podemos culpar a la tecnología en esta materia porque es indispensable para el avance de la ciencia, sin embargo –como muchas cosas- no existe una orientación adecuada sobre su uso, es por ello que la mayoría de las personas obsesionadas por esa razón cada vez más se mete en camisa de once varas.

La pérdida de la importancia de saber escuchar es un valor moral que está bien marcado en nuestra época, como digo, este fenómeno del desinterés no es de una clase social baja, ni media, más bien se da en todos los niveles sociales, principalmente que se encuentra acentuado en los funcionarios públicos (no en todos) pero si es muy visto cuando una persona solicita una audiencia y ellos hacen como si nunca tuvieran tiempo para poder escuchar.

Es bueno saber hacerlo, prestar atención a la persona que se encuentra frente a nosotros, pues es bien sabido que si alguien se te acerca es porque necesita de ti. 

Los niños son dados a querer confiar sus pensamientos, parece increíble pero en ocasiones tienen hasta desconfianza de los padres, ello en razón de que después de escucharlos tienden a regañarlos o a ignorarlos. Cuando somos niños fantaseamos mucho, nos da por inventar amigos imaginarios.

Para escuchar se debe tener paciencia, ser receptivo, mostrar interés, buena actitud, pues una mala actitud es una señal suficiente para comprender que no se nos va a escuchar-por lo que se puede pensar- será una pérdida de tiempo estar con esa persona. En la medida que uno va desarrollando el potencial de la habilidad comunicativa, las Relaciones Públicas se hacen más interesantes.

Un buen vendedor más que intentar convencer debe primero saber escuchar, porque la clave de la venta puede estar en algo que se le ocurrió decir al posible cliente aportando un dato valioso; para una entrevista sucede lo mismo, el interlocutor por lo general participa antecedentes claves para que de ahí se pueda sacar una historia interesante.

Hacer Relaciones Públicas es divertido cuando se tiene la disposición de escuchar y hablar, porque cuando existe un intercambio de ideas el diálogo simplemente es entretenido. Eso sería lo ideal, que ambos estén realizando un intercambio de palabras, escuchar y hablar, hablar y escuchar.

La falta de orientación sobre el correcto uso de la tecnología de comunicación es un grave error que tendrá sus fatales consecuencias, de eso no cabe la menor duda, porque como mencioné en la columna anterior, existen cuatro habilidades comunicativas importantes para el ser humano y el desequilibrio o el poco desarrollo en cada una de ellas conduce a un bajo nivel de comunicación, si la persona no escucha, ni habla, ni lee ni escribe por estar hipnotizado en la tecnología, entonces

¿Qué tipo de sociedad se puede esperar en un futuro?

El fenómeno de desinterés por saber escuchar tiende a camuflarse en la ignorancia, y la humanidad entera va a tener que pagar muy caro el precio por ello, pues nada parece detener la obsesión o la ansiedad por estar hundido en las redes sociales cuando la esposa, el esposo, el hermano, la hermana, la novia o el novio están esperando a que ella o él pueda por fin voltear el rostro para escucharlo. Por eso inventamos genios, porque ellos perfeccionan esas habilidades comunicativas y el resto de los mortales llegamos a creer que son seres de otros planetas o que simplemente fueron tocados por la mano de Dios. ¡Hasta pronto!.

 

 

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.

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