Hablar para negociar
La capacidad de hablar es una habilidad comunicativa, tal vez la más socorrida de las cuatro: hablar, escuchar, leer y escribir, y el hecho de poseerla parece estar limitada para la mayoría de las personas que tan sólo son capaces de comunicarse con unas cuantas amistades; sin embargo, hay quienes encuentran en esa habilidad en especial el punto de partida para un trabajo o ya para trazarse un plan de vida, como lo son, por ejemplo, empresarios, comunicadores, vendedores, motivadores, etc.
Esas personas por lo general se esfuerzan cada día en medir los resultados a base de tantos intentos al hablar de una manera razonada, muy apropósito. Una de las prácticas más comunes para medir un posible resultado de impacto es cuando se realizan grabaciones en casa por medio del celular o frente a un espejo grande.
Durante las primeras veces cuando nos escuchamos hablar no nos agrada la voz, hacemos corajes y pensamos en desistir de continuar grabando. Para el caso que nos ocupa, hacer intentos es el mejor consejero aunque la voz no nos ayude mucho. Hay locutores cuya voz no levanta el programa, en cambio existen otros con voz privilegiada; lo cierto es que uno va adquiriendo con la práctica seguridad y destreza para hablar.
Los resultados se reflejan en los contratos que hagamos con alguna compañía, en los acuerdos con Instituciones, en las Relaciones Públicas con diputados, regidores, abogados, artistas, o en las ventas como en los negocios.
La habilidad de hablar es un poder de comunicación, es un arma a veces desconocida para muchos que no les gusta hacer Relaciones Públicas, más no dejarán de mentir que es una capacidad extraordinaria con la que dormimos y nos amanecemos. Pocos se atreven a medir sus alcances, hay quienes prefieren el silencio a hacer uso de esta importante habilidad; existen personas que se ganan la vida sólo por el hecho de seducir con las palabras aunque puede que nadie de un centavo por ellas.
Lo cierto es que la habilidad de hablar es de mucha importancia cuando andamos en busca de trabajo o para cuando intentamos ofrecer un producto o servicio. Si tan sólo consideramos la práctica de hablar en casa, con los familiares, veremos qué tan capaces somos de poder desenvolvernos ante un público, es decir, si nos da pena practicar un discurso ante ellos ¿qué se puede esperar cuando hablemos anteun público desconocido?
Abundan vendedores que no se la creen, a leguas se nota que les falta seguridad en sí mismos. Lo recomendable es grabarnos constantemente con el celular o Tablet o cualquier otro medio de comunicación electrónica para ir corrigiendo los errores, o por lo menos “maquillarlos”, como las notas periodísticas.
Recordemos que vivimos en la era de la comunicación ¡y qué mal estamos quedando como comunicadores!, pero no en el sentido del periodismo precisamente, sino como comunicadores que somos por naturaleza, pues del hombre de las cavernas para acá existe tecnología de comunicación avanzada, de eso no cabe la menor duda, lo que no existe ni un centímetro de avance es en la comunicación de persona a persona, de país a país, de continente a continente, pues cada día que pasa el hombre se asusta hasta de su propia sombra.
¿De qué manera podríamos saber qué tanto por ciento hemos desarrollado nuestras habilidades comunicativas?
Esta es una de las preguntas que me hice hace tiempo luego de leer la información que viene en el libro de CALA Y CRUZ LAS DOS CARAS DE LA COMUNICACIÓN, escrito por el reconocido comunicador Ismael Cala y por el conferencista internacional Camilo Cruz, en el sentido que de acuerdo con cierta investigación una persona en edad adulta ocupa un promedio de 16 horas diarias comunicándose, el 45% de ese tiempo lo emplea escuchando, el 30% hablando, el 16% leyendo y el 9% escribiendo.
Si nosotros nos autoevaluáramos ¿qué porcentaje en cuanto a desarrollo les daríamos a cada una de esas habilidades? El resultado nos va a indicar claramente qué tan capacitados estamos como comunicadores. Si esas calificaciones fueran de nosotros, de manera individual, estaríamos viendo que necesitamos escribir, leer, hablar y escuchar mucho más.
Veríamos entonces que existe un desequilibrio en lo que a habilidades de comunicación se refiere. Los buenos o malos resultados los vemos reflejados constantemente en las Relaciones Públicas tanto como en las Relaciones Humanas, sobre todo en estos tiempos de inseguridad donde –como lo he dicho en otras ocasiones- se habla menos y se escribe más a través de textos breves y rápidos.
Dos ejemplos en cuanto a lo que al Servicio al Cliente se refiere. Si ustedes han entrado a Hacienda no dejarán de mentir que en esa Institución atienden de primer nivel, la forma de hablar de cada empleado es agradable; donde también nos reciben con la misma calidad es en la NISSAN, la que por cierto se encuentra ubicada en el 17 carrera; la atención del Servicio al Cliente es excelente.
En estos dos ejemplos destaco la manera de conducirse de la persona, la forma interesante que tienen de hablar con los visitantes.
¿Qué tipo de personas podemos llegar a ser una vez que dominemos estas cuatro habilidades?
Al principio le di vueltas a la pregunta, intenté encontrar opciones siendo que la respuesta estaba en la punta de mi nariz: las personas que han llegado a dominar estas cuatro habilidades ¡son unos excelentes comunicadores!, pues han escrito libros, hablan ante grandes públicos, saben escuchar, además son extraordinarios lectores.
Si nos preocupamos en ese sentido y le damos la correcta importancia a la habilidad de hablar tanto como a las otras capacidades comunicativas, estaremos entrando al mundo de la comunicación, porque por lo visto todavía estamos en pañales el mundo entero.
Hablamos porque escuchamos, escribimos porque leemos, estas habilidades comunicativas tienen conexión una con la otra y no es posible que existan diferencias en cuanto a su uso y práctica; lo ideal sería en el mejor de los casos que todo estuviera en el mismo nivel de desarrollo, por ejemplo: HABLO100%, ESCUCHO100%, LEO100%, ESCRIBO 100% con estos asombrosos resultados no lo dudo que hubiera más escritores, más oradores, más lectores, además gente que sepa escuchar con calidad. Recordemos que desarrollar la habilidad de hablar nos sirve para negociar. ¡Hasta pronto!.
Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista
Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.
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