El viajero, el verdugo de la corrupción y el eterno aspirante
Cada día en el escenario nacional vemos cómo se va intensificando la discusión, chismes y de todo en torno a los principales dirigentes nacionales de las tres fuerzas políticas más notorias del país. Por un lado el que tanta gloria venía cosechando con su carisma natural, su cara y pose de niño bueno así como su habilidad para debatir y opacar a los demás, ahora se ve envuelto él mismo en acusaciones y situaciones difíciles de explicar. Que si sus viajes semanales a Atlanta, el estilo de vida de su familia, los gastos pertinentes de llevar una vida con ciertos lujos entre otras cosas. Frontal a su estilo se defiende de lo que él llama falsas acusaciones y dice que es un ritmo de vida que él se puede dar sin caer en lo turbio o falta de transparencia.
Aunque así fuera el caso también denota una cosa, cuando él comenta que lo que quiere es darle una mejor vida a sus hijos y la mejor educación, (eso está bien y cada quien es libre de hacerlo) surge en mi persona un cuestionamiento. Si él se pinta como un mexicano ordinario que quiere a su país y que entiende la grandeza de México, su gente y sus instituciones, entonces:
¿Todo eso no es suficiente como para educar a sus hijos aquí, como para criar a su familia en el territorio que tanto ama y adora? México es lo que lo mueve ¿pero no es suficientemente bueno como para crecer en él?
Mi buen y respetado Ricardo Anaya, deberías de explicar eso a los demás que en esta gloriosa y hermosa nación creemos y crecemos.
Por otro lado, el dirigente tricolor intenta dar una nueva cara al PRI nacional, tras escándalos bochornosos de corrupción, aunque esto no suscribe solo a este partido sino que todos tienen lo suyo, sí para la imagen popular es el que más lo representa o ha estado impregnado de ello. Fresco, más dinámico y preparado, el líder priista trae su propia cruzada en contra de la corrupción y pregona que en el PRI no hay espacios para los corruptos. Aunque la idea es la idónea, la realidad es que a estos rapaces e indecentes políticos los seguimos viendo incrustados en el ámbito y sectores priistas, a Duarte lo quieren crucificar pero después de que se le dio tiempo de irse, con otros que ostentan control casi autoritario de sectores, sindicatos, etc., a esos hace como que no los ve y por ende no los menciona y menos recrimina.
Es loable y por demás plausible que tenga esa ideología y que verdaderamente intente crear un cambio cualitativo pero de lo que se tiene que cuidar es de no caer en lo mismo de siempre, en que todo quede como un bonito discurso y lo dicho no trascienda a la realidad.
O acaso siendo un priista él de idea y/o filosofía “Colosista, como en varias ocasiones lo ha mencionado; ¿no sabe que el hartazgo no solo es de la sociedad sino de una militancia cansada de lo mismo de siempre? ¿Peleara en contra de los intereses oscuros que intentan seguir manipulando los hilos del otrora casi invencible partido?
El muy estimado Presidente Ochoa tiene chamba y mucha credibilidad por ganar, no es imposible pero para hacerlo tiene que verdaderamente demostrarlo.
Last but not least, dicen nuestros vecinos del país del norte, hablemos del eterno luchador social, del incansable estandarte de la democracia, del inigualable Andrés Manuel López Obrador. El mismo que tanto cautiva tanto a la gente pero que divide mucho la opinión en cuanto a su persona se trata. Se puede quizá no comulgar con sus ideales o forma de hacer política pero nunca se le puede ignorar o menospreciar, este peculiar personaje sigue sintiéndose cual Quijote en travesía por derrocar al gigante, y él en su cordura o locura, también lucha en contra de sus propios molinos. Lo invitan a debatir y sale con que él solo debate con Salinas, tiene un partido que dirige pero no parece hacerlo, el buen peje sigue con sus pejadas…
Y aunque hay que decir que él es que por años ha criticado y expuesto a la corrupción y a muchos corruptos y que dice que México necesita un cambio urgente, una renovación inminente, entonces:
¿Por qué no permite él que su partido se renueve nombrando a otro dirigente? ¿Por qué si hay muchos talentos nuevos y más joviales no se hace a un lado y mejor impulsa fuertemente a uno de ellos para finalmente conquistar el anhelo de gobernar y transformar al país?
El inigualable Lopez Obrador sigue sintiendo que solo él es el santo al que los devotos a la democracia deben de rendir pleitesía.
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
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