A mí me gustaría que Donald Trump ganara la elección por la Presidencia de los Estados Unidos.

Y no, no soy un apátrida, mucho menos un “malinchista”.

Pero a mí gustaría que Donald Trump fuese el próximo Presidente de los Estados Unidos.

Incluso me gustase que mandase instalar su muro, entre México y la Unión Americana.

Tan alto como él quiera, tan alto como yo quiero que lo haga.

Pero no se enojen, voy a explicar por qué me gustaría que Trump sea el Presidente de los Estados Unidos.

Mi deseo se basa en que evidentemente en México necesitamos de alguien como Trump para recuperar nuestro orgullo precisamente como mexicanos.

El orgullo de dejar de depender de los Estados Unidos. De ir corriendo hacia aquel lado del río cada vez “que se nos atora la carreta”.

Y no solo cuando no encontramos trabajo en México, y lo buscamos en Estados Unidos, sin importar las vejaciones recibidas, sin importar que hacemos de lo peor, lo que no quieren hacer los gringos, sino también cuando no encontramos un producto en México, y lo buscamos en Estados Unidos bajo el argumento de que es más barato.

Me gustaría ver pues que hacen los gabachos sin nuestro poder laboral y sobre todo sin nuestros recursos, esos que vamos a gastarnos allá incluso de vacaciones, pese a que en México hay tanto bellos lugares, mucho más que en Estados Unidos, por visitar y recorrer, y sobre todo donde dejar nuestros propios pesos.

Que haya pues un éxodo de trabajadores mexicanos, para que se cumpla aquella película de “Un día sin mexicanos”, o más bien un día sin latinoamericanos, pues a esto tendríamos que agregar a nuestros hermanos centroamericanos y sudamericanos que igualmente se sienten agraviados por las acciones del candidato presidencial americano.

¿Qué harían pues los gringos sin gente que levante las cosechas? Sin jardineros, sin sirvientas, sin limpia-ventanas, pero también sin gente profesionista que día a día contribuye en la economía norteamericana.

¿Qué harán además aquellos comerciantes chinos, coreanos, hindúes, judíos y otros que viven de los dólares que a diario les vamos a entregar a sus negocios, comprando sus baratijas? Se tendrán que ir de Estados Unidos, y se verán tan afectados como los mexicanos, con la llegada de Trump al país de los sueños, que se convertirá ahora en el país de los sueños frustrados.

Y todos aquellos que viven de los turistas mexicanos, que a decir verdad son de los más “gastadores” de cuantos reciben en su seno quienes viven del turismo en los Estados Unidos, ¿qué harán para recuperar sus pérdidas?

Por eso es que yo quiero que Trump sea Presidente de Estados Unidos, para que los americanos “se calen”, pero también para calarnos nosotros como mexicanos.

Dejar de ir a Estados Unidos e invertir en nuestro propio México. Obligar al gobierno de que se concedan las facilidades para la instalación en nuestro propio país de negocios asiáticos que vendan igual de económicas las mismas baratijas que venden en la frontera de los Estados Unidos. De hecho ya los hay, y les va bien, y sobre todo dan empleo a los propios mexicanos.

Que se invierta en nuestro propio campo, para que las pizcas sean en nuestro propio territorio, y al haber mayor productividad, haya más economía y sobre todo los precios de los productos bajen, en beneficio de los propios mexicanos.

El promover nuestros propios lugares turísticos, crear un Disneylandia o un Las Vegas en la CDMX, en Monterrey o en Guadalajara, o en cualquier otra parte del país. Hacer tan atractivas las Barrancas del Cobre de Chihuahua como el Gran Cañón de Colorado. De hecho nada le pide el Bosque de Chapultepec y sus enigmáticos vericuetos en la Ciudad de México, a Central Park y las atiborradas calles de Nueva York.

Y sobre todo dejar de preocuparnos por la paridad del peso ante el dólar, porque al invertir en nuestro propio país estaremos fortaleciendo nuestra moneda, y por ende el billete verde bajará su costo al ya no tener demanda.

No tenemos nada que envidiarles a los gringos, tan así que ellos quedan maravillados de México cada vez que vienen. Tan así que siempre dicen que como es posible que estemos como estemos, con el país que tenemos.

Pero eso no lo vemos, porque hemos perdido el orgullo. El orgullo de ser mexicanos.

Por eso yo quiero que Donald Trump sea Presidente de los Estados Unidos, para que nos regrese ese orgullo. El orgullo de decir, “ya basta”. No más vejaciones y humillaciones. No más insultos, no más estigmas, pero sobre todo decir, “podemos solos, vamos por ello”.

México está reconocido a nivel mundial como uno de los países más fuertes, pues pese a todo lo que ha sufrido sigue en pie como si nada. Como dicen Los Tigres del Norte en una de sus canciones, “México es un gran país, y no hay forma de negarlo, pues lo ha robado tres siglos, y no se lo han acabado…”

Y mucho menos lo acabará un loco xenofóbico lleno de ideas retrogradas.

Es más fácil pues ese orate acabe primero con Estados Unidos, que con México.

Por eso, yo quiero que Donald Trump sea el próximo Presidente de los gringos.

Juan Rodríguez Contreras

Ha sido dirigente de la Asociación de Periodistas de Nuevo Laredo.
Es columnista del periódico El Líder de Nuevo Laredo. Colabora para el portal de noticias HOYTamaulipas y para el periódico El Gráfico de Ciudad Victoria. Es además editor del portal Revista La Neta (www.revistalaneta.com.mx) Es periodista desde hace 28 años y ha trabajado en los periódicos Laredo Ahora, El Diario y Última Hora de Nuevo Laredo, así como ha sido comentarista de varios noticieros radiofónicos en Nuevo Laredo.