Prejuicios: Caso, Ing. Pedro Silva Rodríguez
En pasadas fechas leía diversos artículos en donde claramente se notaba la intención de difamar y/o de denostar a la figura del Ing. Pedro Silva, recién nombrado subsecretario general de gobierno. De igual manera en días recientes en una conversación entre amigos, escuché que uno de ellos al nombrarlo se refirió despectivamente hacía su persona, enunciando las cosas que le imputaban en un escrito en especial, el cual difundieron a través de los medios electrónicos y sociales. Y ante esto es que reflexioné en cómo somos los seres humanos capaces de injuriar fácilmente sin comprobar, en como tristemente es más fácil o “apetecible” hablar mal de alguien en lugar de enaltecer las buenas cosas. En el caso del Ing. Silva, por su trayectoria y antecedentes laborales y políticos, se puede prestar a generar opiniones muy diversas o divididas en torno a su persona. Pueden sacar a relucir (como generalmente cuando se le quiere denostar lo hacen) su afiliación política, su pasaje en un centro penitenciario o anécdotas sobre su actuar en la época cuando fue director de gobierno.
Sí, efectivamente pueden y lo hacen, con veracidad en algunas cosas pero sin conocimiento de causa en muchas de ellas. Así como la clásica postura errónea y misógina de: “todas las mujeres son unas… menos mi mama y mis hermanas” es como se puede encapsular el caso de él.
¿A qué me refiero?
Por haber sido una figura conocida y el cual se vio envuelto en ciertos asuntos, se tiende a generalizar o tratar de encapsular su vida y trayectoria, primero sin fielmente saber el origen de todo lo sucedido y después con un claro afán de generarle una negativa imagen. Se critica sin haber estado en sus zapatos, se difama muchas veces sin tener ninguna evidencia factual, se incurre en el suculento chisme para calmar esa ansia perversa de injuriar. Con esto no intento de ninguna manera absolverlo de lo que mal pudo haber llegado a hacer, como todo ser humano imperfecto lo haría, pero sí dilucidarles un poco a todos aquellos que se creen inmediatamente todo lo que leen y más si es controversial y difamatorio.
Lo hago porque lo conozco muy bien a él y a su familia y porque me tocó vivir muchos de esos pasajes en persona, en otras palabras, nadie me contó, no lo leí en ningún lado y menos lo inventaré. No platicaré de muchas cosas personales por el obvio respeto a su privacidad y la de su familia pero si puedo comentarles que su vida no es cono mucha gente la pinta.
De familia muy unida, con problemas como todos pero con una gran fraternidad, proveniente de la cultura del esfuerzo y de un antepasado nada ostentoso pero si de mucha perseverancia. Sus problemas los ha tenido y las consecuencias quizá las haya pagado ya, y con esto no me refiero al controversial caso de persecución política del cual fue objeto por parte del exgobernador Cavazos Lerma y que culminó con una irrazonable sentencia que término “purgando”, sino de situaciones adversas a las cuales muchas veces en su vida tuvo que enfrentar. Su capital económico y político lo hizo nunca rehusando a encomiendas conferidas y operando en muchas partes de la república y hasta en tiempos duros, emigrando para buscar nuevos horizontes en otro país. Vendiendo artesanías, operando donde se le valorará pero siempre perseverando para sacar adelante a su familia. Para aquellos que piensen que ha tenido una vida fácil no pueden estar más equivocados, no quieran catalogarlo como tantos sin vergüenzas que hurtaron y hasta mansiones y mujeres se compraron, como muchos que nunca sus rapacerías han pagado y siguen descaradamente jurando estar libre de pecados.
Que si en sus funciones malamente llegó a decidir, lo más seguro es que sí, que si su carácter es de hombre recio, determínate y a veces enojón, también, que si es perfecto, por supuesto que no. Pero todo esto no da puerta a tantas injurias que le inventan, no describe fielmente lo que su vida ha sido, controversial quizá a su manera pero un hombre que como todos ha sufrido se ha levantado y con gran esfuerzo ha salido adelante.
Y para terminar, comentaré algo que sus detractores o los del sistema “que ya se fue” increíblemente no terminan de comprender. Si andan tan contentos porque el cambió finalmente llegó y que los vientos soplaron muy fuertes hasta derrocarlo ¿Entonces por qué critican su nuevo nombramiento? Si él con su conocimiento adquirido en su vida, fue una pieza más para que la transición se completara. Caramba, deberían agradecerle y para aquellos que por ello lo tachen de traidor, habría que ver quien traicionó a quien… así se las dejo.
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
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