El reconocimiento del otro
Basándose en un texto denominado Propuestas Didácticas para la Comunicación Intercultural, de Dimitrinka Georgíeva Níkleva, Ángela Ortega Rodríguez explica algunos aspectos que podrían contribuir a entender mejor conceptos que están transformando las Ciencias Sociales donde no existen recetas ni verdades absolutas por lo cual, profesores y estudiantes, tienen que estar en una búsqueda permanente de elementos de actualización.
El artículo se centra en algunos aspectos necesarios para la manifestación de relaciones interculturales exitosas; para ello tenemos que definir el término “interculturalidad”, para lo cual debemos establecer la diferencia existente entre “pluralismo cultural”, “multiculturalismo” e “interculturalidad”; siguiendo a Giménez Romero (2004) distinguimos entre el plano fáctico, el de los hechos, el plano normativo o de las propuestas sociopolíticas y éticas.
Situaremos a la multiculturalidad (diversidad cultural, lingüística y religiosa) y a la interculturalidad (relaciones interétnicas, interlingüísticas e interreligiosas) en el plano fáctico; en el plano normativo incluimos el multiculturalismo (reconocimiento de la diferencia) y el interculturalismo (convivencia en la diversidad) sin perder de vista que todos estos fenómenos son modalidades del pluralismo cultural.
Como docentes tenemos que ser conscientes de que la escuela debe colaborar en la creación de una sociedad intercultural, sumándole a la formación de actitudes positivas hacia dicha diversidad cultural; el reconocimiento del Otro debe de ser imperativo en los valores de la sociedad actual; debemos tratar a la diversidad con principios de igualdad y diferencia, no basta conocer ciertas diferencias.
El objetivo es la convivencia, el aprendizaje cooperativo de la convivencia, superar esta actitud pasiva que hemos adoptado de aceptación a la diferencia y conseguir una comprensión activa del Otro; todo esto con el fin de enriquecernos de manera cultural; el multiculturalismo es meramente contemplación; plantea la diversidad de escaparate sin enriquecimiento mientras que le interculturalidad implica un diálogo intercultural, comprensión y encuentro.
Como nos lo marca el experto F Boas (1911), todas las culturas poseen un carácter etnocéntrico, y adopta una posición de relativismo cultural, criticando a los investigadores que ven en la raza blanca “el tipo superior de hombre”; un siglo después debemos (y tenemos que) aceptar que la prepotencia de la cultura occidental no está superada del todo.
Regresando a la interculturalidad debemos de considerar el carácter dinámico de la cultura, su concepto no es estático, es cambiante, influenciable por factores internos y externos; los que nos interesan en este momento son los externos, ya que las culturas evolucionan en contacto y en la actualidad están en condiciones más que en ningún punto previo de la historia de mayor fusión y mestizaje.
Para este trabajo, se estará tratando, en base a las diferenciaciones teóricas previas con algunas semejanzas y diferencias entre gestos propios de los españoles y gestos propios de los búlgaros; Soler-Espaiauba (1988) hace la lista de los siguientes ocho gestos españoles:
De todos los gestos mencionados los únicos que no se utilizan en Bulgaria son: el primero y el séptimo y se introduce la siguiente premisa: “un español se fijará en los gestos búlgaros solo cuando no corresponden a los españoles…”. los gestos comunes para los dos países que se identifican son:
El articulo continúa presentando cuatro propuestas didácticas, dos centradas en el lenguaje gestual, una centrada en la convivencia y los problemas de adaptación de los inmigrantes y una última centrada en la celebración de la primera comunión; me parece que hasta aquí termina la utilidad del articulo a analizar como tal.
Aunque como maestra (afirma Ángela Ortega) creo de manera ferviente que las cuatro propuestas didácticas, si son modificadas y ajustadas a mi contexto me son relevantes, como estudiante me parece aún más importante poner en práctica el uso de la teoría abarcada a nivel preparación.
Necesitamos maestros conscientes de estas diferencias culturales, más allá de eso, como personas, como miembros de una comunidad cultural, necesitamos entender estos conceptos, necesitamos practicarlos, necesitamos re-entendernos como individuos, como partes de una sociedad, como partes de una cultura, y reconocer que no estamos solos, y seguirnos mezclando, y necesitamos celebrar nuestras diferencias y nuestras semejanzas.
Estas propuestas dinámicas nos dejan por sentado algo: vamos por el buen camino. vamos en la dirección correcta; pero, ¿vamos lo suficientemente rápido? ¿vamos con la suficiente constancia? ¿el ir, es suficiente?
En la actual etapa que vivimos se hace indispensable profundizar en estos temas que ayudan a mejorar la convivencia en una sociedad cada vez más diversa.
Correo: amlogtz@prodigy.net.mx
Ambrocio López Gutiérrez
Periodista y Sociólogo.
Columnista en diversos medios electrónicos e impresos.
Redactor en el equipo de Prensa de la UAT.
Profesor de horario libre en la UAM de Ciencias, Educación y Humanidades.
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