Un grupo de profesionistas acudimos la tarde del viernes a las instalaciones del Colegio de Tamaulipas (COLTAM) para recibir nuestras constancias por haber concluido estudios de Especialidades, Maestrías y del Doctorado en Ciencias Sociales, (primera generación) correspondiendo precisamente a nuestra compañera, la maestra y candidata a Doctora Lidda Consuelo Delgado Cortina, dirigir un conceptuoso mensaje que sintetizo a continuación.

“Agradezco esta oportunidad para dirigirme a Ustedes a nombre de quienes hoy culminamos estudios de Maestría, Especialidad y Doctorado en el Colegio de Tamaulipas; cada uno de nosotros, aunque tenemos objetivos particulares distintos, coincidimos en un objetivo general, tenemos la certeza de que al andar por el camino de la búsqueda, generación y transmisión del conocimiento tenemos la posibilidad de alcanzar mejores niveles de vida y de desarrollo.

Fueron años invertidos en este proceso; lo que al inicio se veía muy lejano, llegó; el anhelo de cursar un grado académico más nos brinda la ocasión de conocer que el camino del conocimiento requiere esfuerzo, disciplina y dedicación, invertir las horas de la madrugada en proyectos de investigación que sabemos serán criticados por nuestros mentores pero que lejos de sentir el comentario negativo, nos abre el panorama y contemplamos cosas  nuevas, pues como diría Ortega y Gasset: “ hay tantas realidades como puntos de vista; el punto de vista crea el panorama”.

Y nos vamos llenos de panoramas que ignorábamos y nos vamos con experiencias que sólo se pueden vivir en un lugar como este, un lugar que con su historia consolida su presente y construye su futuro; el Colegio de Tamaulipas, casa de estudios que nos albergó estos años, diseñó las circunstancias para que hoy estuviéramos aquí; por ello, nuestro agradecimiento al Rector Ruy Matías Canales González, quien dirige esta Institución educativa.

Cada uno de nosotros, aunado al desempeño profesional y de vida privada que llevamos decidimos ingresar e invertir el tiempo de la mejor manera que quisimos, cada quien sabe lo que dejó de hacer, lo que dejó atrás y lo que construyó este tiempo, las personas a quienes mueve un mismo proyecto, se conocen y coinciden una y otra vez, esa es la razón por la que nos conocimos, coincidimos y seguimos coincidiendo; esta generación ha consolidado su deseo de superación.

Vaya nuestro agradecimiento a quienes están haciendo posible esto, a las autoridades, nuestros coordinadores, nuestros directores y asesores de tesis, y también nuestro agradecimiento a nuestras familias, padres, hijos, parejas que en ocasiones eran los que más fuerte criticaban nuestros protocolos de investigación; estamos orgullosos de haber pertenecido a esta generación, nos queda la tarea de continuar camino y desde nuestro espacio, nuestro entorno y nuestras circunstancias, seguir creando realidades y seguir creando panoramas”.

Por otra parte, agradezco al comunicólogo Raúl Sinencio Chávez que me haya enviado un texto donde recuerda al célebre cubano que figura en la obra poética de Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura; también en la del reconocido muralista David Alfaro Siqueiros: el valiente crítico de la opresión, Julio Antonio Mella, quien gana a pulso estatura latinoamericana; de infatigables andares, se da tiempo para recorrer caminos tamaulipecos; de cuna habanera, nace el 25 de marzo de 1903; gusta del nado y el canotaje, deportes en que cosecha triunfos; “este muchacho es muy inteligente; […] vale mucho”, considera su maestro Salvador Díaz Mirón.

Viven allá oprobiosa época; valido de la Enmienda Platt, impone EUA regímenes peleles; sensible ante los abusos de las élites dominantes, Julio Antonio adquiere notorio liderazgo estudiantil y alienta causas populares; influido por la revolución bolchevique, funda el Partido Comunista de Cuba junto a Carlos Baliño, otrora correligionario de José Martí; a la oratoria certera suma agudos textos, denotándose amplia cultura al servicio de ideas avanzadas.

Gerardo Machado lo persigue; en peligro de perder la vida, Mella llega a México en febrero de 1926; aquí concluye su carrera universitaria; incorporado al Partido Comunista Mexicano (PCM), descuella en diversas organizaciones; concurre al congreso antimperialista de Bruselas y a otro en Moscú; por medio del Comité Manos Fuera de Nicaragua impulsa la solidaridad con Augusto César Sandino que, recién salido de Tamaulipas, combate en Centroamérica a los invasores.

Poco tiene el joven caribeño en nuestro país cuando alcanza suelo tamaulipeco; procedente acaso de la Ciudad de México, el tren de San Luis Potosí lo transporta hasta Tampico; a bordo del Ferrocarril del Golfo atraviesa por Villa Cecilia –hoy Ciudad Madero—y desciende en la sede de los poderes; Valentín Campa recuerda: “el PCM […] organizó, a principios de 1926, una conferencia de Julio Antonio Mella en Victoria”, despertándose “gran interés entre intelectuales y estudiantes”.

Las instalaciones del antiguo Teatro Juárez albergan dicho evento; aunque costearlo implicaba duro reto, “pronto reunimos una buena cantidad [monetaria] que resolvió el problema […] fue así que [lo] conocí” y “me impresionó […] su capacidad intelectual y de exposición”; recios vínculos propicia aquella estancia; quedan enseguida de manifiesto en la capital de la República el 29 de junio de 1926, tras celebrarse concurrido mitin pro libertad de Nicolás Sacco y Bartolomé Vanzetti.

Agentes policiacos encarcelan a José Antonio; “en respuesta” –publica “El Machete”, periódico del PCM–, “las masas de Tampico, de Victoria” y varios lugares “protestaron por la arbitraria detención”, revertida gracias a ello; en compañía de Tina Modotti, célebre fotógrafa (italiana), la noche del 10 de enero de 1929 el cubano transita por céntrico sector capitalino; de improviso le disparan por la espalda y muere; hipótesis misóginas pretenden incriminar a Modotti; sólidos indicios remiten empero a esbirros de Gerardo Machado, enemigo acérrimo de Mella.

Cunde el duelo y la condena; Tamaulipas se hace presente; desde Matamoros, Victoria, Cecilia y Tampico envían telegramas que exigen justicia; “improvisóse [horas después en Tampico] brillante manifestación […] para protestar contra el homicidio de Julio Antonio Mella por sicarios machadistas”, informa “El Machete”; el presidente Emilio Portes Gil ofrece esclarecer “con toda escrupulosidad” el “verdadero móvil”; agrega “que a los responsables se hará caer todo el peso de la ley”; lejos de honrar este compromiso, persigue con saña a la izquierda.

Correo: amlogtz@prodigy.net.mx

Ambrocio López Gutiérrez

Periodista y Sociólogo.
Columnista en diversos medios  electrónicos e impresos.
Redactor en el equipo de Prensa de la UAT.
Profesor de horario libre en la UAM de  Ciencias, Educación y Humanidades.