El poder de la voluntad vs el poder “fáctico”
En esta vida no es ningún secreto que la humanidad siempre de una u otra manera se ha manejado por conveniencias y luchas de poder. Desde nuestros más remotos ancestros existen relatos que así lo detallan a pesar de también haber tenido enseñanzas extraordinarias orientadas hacia la paz, hermandad y cordialidad social, por parte de seres iluminados en conciencia y espíritu. Hoy en día a raíz de la desatención de dichas enseñanzas, que después muchas de ellas fueron las bases para la creación de religiones y/o cultos, (muchas veces distorsionadas por el mismo ser humano) es que estamos como sociedad en una pobreza espiritual y ya no hablemos de la existente hambruna y enorme desigualdad en el mundo.
En gran parte del orbe son los que ostentan las riquezas, como el dinero y poder, quienes dictaminan la agenda a sus respectivos gobiernos y mundial. Hablar de ello es hablar de un grupo pequeño que controla las decisiones y manejan las cosas conforme a sus intereses. Y no hablo de grupos políticos, hablo de los dueños de petroleras, empresas transnacionales, industrias armamentistas, narcotráfico etc. que hacen y deshacen según su antojo. Y sí lo hacen en las naciones con mayor avance, imagínense en aquellas en vía de desarrollo y más en sociedades corruptas como la nuestra. Ejemplos hay para aventar para arriba pero la sociedad displicente simplemente calla y otorga estos poderes a aquellos que ven por ellos y no por todos. O si no hagan reflexión y pregúntense:
Por qué seguimos dependiendo del petróleo si hace años tenemos tecnologías diversas para no hacerlo, por qué se inventan guerras y se incitan conflictos a nivel mundial, por qué solo unos cuantos son los que a la ley no prescribe como a todos los demás si se supone que nadie está por encima de la ella?
Y así pudiera seguirle pero creo que el punto es claro, somos manejados, manipulados y sometidos al antojo de su perversa hambre de poder. Mientras seguimos con fracturas sociales, acabándonos a nuestro planeta y por ende causando un desequilibrio ecológico, que si le seguimos tendrá consecuencias devastadoras para toda la humanidad. No hemos entendido que todos somos parte de este planeta que llamamos tierra y que el agua, aire, paisajes y fauna también son parte en igualdad de él que nosotros los homo sapiens.
Megalómanos como se tiende ser, pensamos que somos los únicos en este vasto universo y que somos producto de divinas creaciones cuando en realidad somos fruto de la creación en sí misma (enseñanzas antiguas y para los cristianos, fueron las de Jesús también) la misma que creó al universo, a otras civilizaciones en otros planetas y a toda materia existente. La soberbia sobrepasa la humildad, el enojo a la tranquilidad y el hambre por el poder a la concordia y hermandad. Y aquí en Tamaulipas no ha sido la excepción y las consecuencias las estamos viviendo.
Por otro lado existe el llamado poder o fuerza de voluntad, el cual es una gran solución para todos nuestros problemas, si es que queremos resolverlos. La voluntad política de unir esfuerzos y combatir lo que tanto daño nos ha hecho, la voluntad de dejar a un lado nuestras diferencias y unificar criterios, la voluntad servir a los demás, de vernos como hermanos y no solo como conciudadanos, la voluntad de hacer y no deshacer. Y para todo esto, ¿Qué chingados estamos esperando? diría un apasionado amigo mío.
El verdadero cambio lo haremos todos, no solo unos cuantos como erróneamente se piensa, porque solo unos cuantos son los que nos han dominado y dividido en nuestro mundo y porque esta tristemente comprobado que cuando el poder se maneja en grupos, se distorsiona, se corrompe, se hace mal uso de él. Soy optimista y espero que al menos aquí en nuestro estado, este reciente cambio sirva para sentar las bases de una democracia más participativa y abierta, de que nos dejemos de banalidades y trabajemos todos juntos o los que así lo deseen, por nuestras familias, por nuestro hermoso estado y país y por ende, por nuestra humanidad.
Si las ganas existen, la sincera voluntad resurgirá.
Reflexión:
“Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena” Mahatma Ghandi
Jorge Alonso Infante Alarcón
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.
Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)
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