México, (Notimex).- Los músicos Alex Otaola y Pascual Reyes crearon una banda sonora llena de misticismo y espiritualidad destinada a recrear la atmósfera de lucha épica y dramática entre los seres humanos y la naturaleza, para la cinta “Epitafio”, dirigida por Yulene Olaizona y Rubén Imáz, que se estrenará el 19 de agosto.

En entrevista telefónica con Notimex desde Guadalajara, Otaola refirió que este proyecto representó un gran reto para él y para Reyes, pues tuvieron que avocarse a dos intenciones.

La primera, dijo, estuvo hecha con coros antiguos para representar la motivación de los españoles para conquistar tierras para la Corona Española, mientras que la segunda tuvo que ver con la extrañeza que provoca viajar al otro lado del planeta en medio de una civilización extraña.

Respecto a la segunda intención, puntualizó que los directores les pidieron hacer música como para “otro planeta”, porque ésa fue la impresión que los españoles tuvieron al llegar a tierra azteca.

Otaola considera que su trabajo ilustra el mundo interno de los españoles y su misión de conquista, así como la sensación de estar en otro planeta.

Señaló que antes de que comenzara el rodaje de la cinta, él y Reyes, integrantes de San Pascualito Rey, ya conocían la historia y el guión, y que con los directores fueron perfeccionando la música.

Además, expresó su satisfacción porque el soundtrack original de la película se lanzará para su descarga en plataformas digitales luego del estreno comercial de la cinta.

Detalló que en éste participaron Iraida Noriega y Juan Pablo Villa en las voces, Daniel Zlotnik en los metales y Yoanny Pino en la trompeta.

La cinta narra el épico ascenso al volcán Popocatépetl, que llevó a cabo el conquistador español, Diego de Ordaz, en 1519.

Se trata de una travesía a más de cinco mil 400 metros de altura, en la que se da cuenta de las situaciones adversas que enfrentaron tres conquistadores en su camino hacia la cima del volcán, donde la fuerza de la naturaleza y el temor a lo desconocido los obligaron a aferrarse más a su fe, e ir más allá de sus fuerzas.