En días recientes tuve la oportunidad de estar en una reunión en donde coincidimos amigos y conocidos de distintos perfiles ideológicos y políticos y entre una amena charla y discusión sana sobre el escenario político actual y a futuro, comenzaron a hacer un análisis sobre figuras específicas de cada partido. Entre la amena charla y el elixir de cebada, uno de ellos hizo referencia al presidente de la junta de coordinación política del congreso del estado, Ramiro Ramos Salinas, ya que en días pasados había salido en varias notas periodísticas por su trabajo como líder de la CONALPRI así como del congreso. Comentó efusivamente ¿Qué quiere ese Ramiro Ramos? acaso no supo de la paliza que les dieron a su partido, socarronamente puntualizó.

Y en eso yo reviré con un cuestionamiento, ¿Y eso que tiene que ver?

“Mira, la gente se cansó de lo mismo de siempre y por eso el pasado 5 de junio dieron una clara lección de ello, los vientos de cambio soplaron muy fuerte y tumbaron esperanzas de aquellos políticos de siempre, seguramente como priista o al conocerlo, lo defenderás, pero la realidad está muy clara y él es parte de ese sistema podrido” contestó. Ante esto escribiré aquí lo que en su momento le contesté amablemente y con una sonrisa de amigos, aun estando bajo la metralla de balas azules.

Aún que se pudiesen hacer conjeturas y/o puntualizar en aspectos en donde quizá él como persona o político pudo haber o ha fallado, no hay nada más alejado de la realidad que el decir que él representa el arquetipo del político de falsa retórica o anacrónico. El aseverarlo radica más en las malas generalizaciones que se hacen, en lugar de emitir un dictamen con conocimiento de causa. En lo personal me atrevo a decirlo porque precisamente lo conozco y he tenido la oportunidad de colaborar con él en distintas facetas de su carrera. Siendo por demás objetivo y coherente como suelo ser, claro que puedo enumerar algunas cosas que siento pudo haber hecho mejor, como la de apostarle más a la renovación ideológica en su faceta como presidente estatal del PRI, por poner un ejemplo.

Pero por otro lado, puedo asegurarles que es una persona comprometida con su trabajo, alguien que abraza la filosofía de la competitividad y productividad, un ávido lector que constantemente se prepara. Pudiesen decir muchas cosas de él, pero al final del día su filosofía y resultados los demuestra trabajando y por ello se ha abierto paso en la estructura partidista. Representa una cara fresca, con un ideario muy propio y aun cuando pudiese uno criticar ciertas posturas conservadoras, es alguien que se proyecta por su tenacidad, capacidad y buen trato.

Le apuesta a la combinación entre experiencia y juventud y eso se ve reflejado en los equipos de trabajo que ha conformado, se mantiene firme en su respaldo cuando siente que una idea es meritoria de apoyar. Logra en una manera muy concreta conjugar voluntades, siendo un reflejo de ello una agrupación llamada “Voceros Revolucionarios”, los cuales cuentan con una red estatal muy entrelazada y con una visión muy clara de los objetivos que se trazan, los cuales a su vez representan un escaparate para cientos de voces ciudadanas que quieren ser escuchadas.

¿Que si lo idealizo? claro que no, ¿que si lo respeto?, por supuesto que sí.

El que lo hayan nombrado presidente de la COPECOL, (Conferencia Permanente de Congresos Locales) habla de una persona que concilia así como de una capacidad de liderazgo nato. Mientras él se mantenga fiel a esos argumentos que hasta ahora lo caracterizan, se le augura un promisorio futuro.

Por un lado siempre respetaré el sentir o la opinión de todos, aun concuerde o no con ellas pero si defenderé aquellos casos en los que siento se incurre en una falta de conocimiento factual antes de emitir una apreciación. Que si perfecto o no, que si “angas o mangas” cada quien emitirá su propia opinión y solo el tiempo dará la razón a cada cual. Antes de terminar, solo recuerdo que a los que tienden a sobresalir e innovar, generalmente es de los que muchas veces más se habla o tachan de locos. En este mundo a veces muy contradictorio, los locos son los que se atreven a salirse de lo convencional y soñar, muchas veces nos equivocamos pero nos atrevemos y aunque de locos o ilusos no nos bajen, es el sentido de superación que siempre marca nuestros destinos y permea en nuestras mentes.

Here is to the crazy ones….diría el revolucionario, Steve Jobs.

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)