Para la joven Lucero Domínguez Gaytán, la vida es la música
México, (Notimex).- Hasta hace pocos años -“cuando era yo chiquita”- la soprano Lucero Domínguez Gaytán, nacida en el Estado de México en 2000, veía películas y escuchaba canciones inscritas en el repertorio operístico internacional. A su manera, las interpretaba ante los rostros de satisfacción de sus padres y sus maestros. La admiraban.
Hoy, bajo la tutela de la maestra Rocío Elizarrarás, es promesa del bel canto nacional. Al escuchar sus habilidades, su familia consideró que Lucero debía dedicar todo su tiempo y esfuerzo al canto. “Ahí fue cuando comenzó a crecer en mí la pasión por la interpretación y por el arte, por querer aprender más, cantar y entregarme en cada canción”, comentó en entrevista con Notimex.
Actualmente, la artista cursa la preparatoria y toma clases particulares de canto, lo que la mantiene ocupada todo el día. “Es muy cierto que al tener ambas actividades se despoja a los niños de sus derechos básicos como jugar con sus amigos, ver televisión y otros distractores de su edad, sin embargo, eso resulta bueno, para ellos y para el país”.
Con voz fuerte y clara explicó lo anterior y en tono convincente se refirió a que muchos niños y adolescentes desvían sus vidas, abandonan sus estudios y se meten en mundos inadecuados, como el de las drogas. “La música y cualquier otra forma de arte evita esas desviaciones, por eso además de la escuela tradicional, deben abrazar al arte”.
Al hacer un ejercicio de modestia, en el estudio de su maestra en esta capital, la entrevistada aseguró tajante que además del gusto por el canto posee cualidades suficientes y necesarias para lograr en el mediano plazo éxito nacional e internacional. Consecuentemente, antes de 15 años espera verse convertida en estrella.
“Me veo como una artista con una enorme carrera musical y como una gran cantante de talla internacional, por eso me preparo estudiando varias horas cada día”, dijo quien tiene como modelo a seguir a titanes como Diana Damrau, la soprano alemana que alcanzó la fama mundial por sus interpretaciones de obras originales de Mozart, Mahler y Strauss.
La vida de Damrau inició de la misma manera que la de esta joven soprano mexicana: Las dos sintieron, desde muy temprana edad, una tremenda fascinación por la música clásica. “Cada día dedico alrededor de cinco horas al día, a veces más, a veces menos, de acuerdo con mis obligaciones en la escuela preparatoria”, informó enseguida la cantante.
La maestra Rocío Elizarrarás también prepara a la entrevistada en la ejecución pianística. Eso representa una enorme oportunidad para su preparación artística. Siempre procura hacer cada vez mejor las cosas, aprovechar las bondades de su familia, de su maestra y de las circunstancias que el día a día le presenta. “Quiero prepararme y entregarme al canto”.
Admira al barroco veneciano Antonio Vivaldi, violinista y sacerdote católico; al gran compositor alemán del periodo barroco Johann Sebastian Bach, organista, clavecinista, violinista, violista y maestro de capilla.
A Heitor Villa-Lobos, compositor y director de orquesta brasileño que combinó la música folclórica brasileña con la clásica europea; al mexicano universal Manuel M. Ponce, quien enriqueció de manera fabulosa la música de concierto con la expresión popular mexicana y el romanticismo europeo, y a otros y otras grandes figuras de la música y el canto operístico.
Domínguez Gaytán debutó a los 13 años en el Castillo de Chapultepec, cobijada por la grandeza de los artistas que ella tanto admira. Lucero es una estrella.
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