Ya a casi dos meses de haber pasado el histórico 5 de Junio en cuanto a la alternancia política se refiere, se empieza a especular sobre la forma en cómo se organizarán y que tantos cambios se harán al sistema político y administrativo actual. Que si habrá despidos masivos, que si recortaran presupuesto, que si funcionará la idea al menos muy comentada de descentralización, etc. Mil cosas se pueden decir y especular pero la verdad es que ya pronto iremos viendo o se irán dilucidando muchos de estos temas. El temor por ya no permanecer con algún encargo de la administración pública invade a muchos y ha sido causal de como otras tantas veces de elucubración de escenarios futurísticos diversos.

Se podrán pasar horas en especulaciones e intentos de descifrar lo que viene pero la verdad es que lo importante para la nueva administración es que no solo cumpla con lo prometido en campaña sino verdaderamente resuelva como tanto se pregonó, las problemáticas que aquejan actualmente a nuestro estado. Para aquellos que desde ahorita piensan que solo por haber habido un cambio de “colores” asegura el cumplimiento de las promesas hechas están en un error. Como aquellos que criticaban nefastas actitudes y ahora son ellos los que demuestran una palpable carencia de coherencia y civilidad al ahora humillar y/o burlarse en cada ocasión que pueden de los adversarios políticos.

¡De que se van se van! Afanosamente y con dejo de una evidente perversidad gritan muchos.

Es bueno regocijarse en la victoria cuando mucho se luchó pero nunca se puede condonar el actuar con dolo o con un sentimiento palpable de revanchismo. Está comprobado que a la larga ese tipo de actitudes nunca llevan a nada bueno, al contario, solo aumentan el encono social y que para los tiempos que vivimos actualmente en Tamaulipas es algo que nadie debería estar haciendo. ¿O acaso no tenemos suficiente con la violencia actual?

Gobernar nunca es fácil y cambiar aquello que esta tan enraizado en nuestra idiosincrasia menos, ¿Cuándo finalmente hubo la alternancia a nivel federal, se acabaron las corruptelas, desaparecieron mágicamente todos los males deleznables en la administración pública?

Esto no es dicho tomando alguna postura en especial, porque lo podemos confirmar con las cifras o estadísticas de organismos no gubernamentales los cuales han seguido reportando una clara falta de ética en las administraciones provenientes de todos los partidos. Sino son fastuosos casas, son represas gigantes, controversia en cuantos los recursos utilizados en segundos pisos del metro, etc. etc. El cambio verdadero vendrá solo si en verdad se anteponen los intereses de nuestra gran nación y hermoso estado por encima de los cupulares, personales o de cualquier color o sabor.

El gobernador electo recalcó que el no busca una cacería de brujas, que va a ir más allá de los colores, que buscará los mejores perfiles sin hacer distinciones para sacar adelante el enorme reto que representa Tamaulipas. Si en verdad lo hace, sería algo por demás plausible y honorable que haría pensar en un sincero cambio de doctrinas políticas, como ya en su momento y aunque a muchos se les olvide lo hizo el Presidente Enrique Peña Nieto, con casos como el de José Antonio Meade y Rosario Robles, por mencionar los más conocidos.  Hay gente talentosa en todos los organismos políticos y muchos que apolíticos son, el verdadero reto es que la buena intención trascienda a los hechos y no quede como una promesa  fallida más como tantas que han habido a lo largo de nuestra historia.

Tamaulipas requiere a ciudadanos comprometidos y por demás patriotas, que abracen la filosofía de la competitividad y productividad por encima de la simulación laboral y política.  No está el horno para bollos como dicen y esto no es una acusación directa a la actual administración, a la cual por cierto se le endilgan o quieren endilgar mucha culpa que no es propia de ellos sino de un sistema que por años permitió o al menos no actuó de tajo para cortar las rapacerías.  Como el ejemplo de la bola de nieve en las caricaturas, que comienza como una bolita pequeña y conforme va bajando se va haciendo grande, hasta llegar a chocar y causar caos.

El cambio no debe ser solo de colores, sino de mentalidad.

Para reflexionar:

¿Si tuvieras un hijo con una enfermedad grave y que necesitara de especialistas para su recuperación y los que existieran profesaran otra religión, costumbres o pensamientos distintos a los tuyos, por orgullo o una tonta noción de pertenencia dejarías de solicitar su ayuda en detrimento de la salud de tu hijo?

Tamaulipas necesita a todos aquellos hombres y mujeres dignas, dispuestos a dejar todo a un lado por verla florecer de nueva cuenta.

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)