Ciudad Victoria, Tamaulipas.- A través de sus padres, Zaira siempre ha estado inmersa en el arte plásticas desde muy niña, pero sobre todo la música ha formado parte de su vida, arte que la ha llevado a ser un músico victorense internacional.

A sus 37 años, Zaira Castillo Malibrán es pianista y al igual que su esposo José Luis Hurtado, es maestra en la Universidad de Nuevo México en Albuquerque, Estados Unidos y junto con su hijo Mateo, han hecho de la música más que una profesión, una forma de ver la vida.

La joven es hija de los maestros en artes plásticas, Olivia Malibrán y Salvador Castillo, quienes le dieron la oportunidad de conocer las distintas disciplinas artísticas, siendo la música la que la atrapó.

“Igual aquí con mis papás tomé clases de dibujo, pintura, modelado en barro, pero lo que más me gusto fue la música”, expresó la pianista.

Desde los seis años estudió piano con maestras como Nena Cárdenas y Gloria Montemayor, dando muestra desde niña de la dedicación, empeño, pasión y sobre todo disciplina, características fundamentales para cualquier artista.

Fue así como al terminar la preparatoria en esta ciudad, ingresó al Conservatorio de las Rosas en la ciudad de Morelia, para estudiar la Licenciatura en Música con especialidad en piano y posteriormente continuar su carrera en la Universidad de Guanajuato.

“Entre las materias que llevaba era teoría de música, solfeo, armonía, contra y por supuesto llevar un instrumento al 100 por ciento”, externó.

Cuando se encontraba estudiando en Morelia, fue justo cuando conoció a su esposo, José Luis Hurtado, quien al igual que Zaira había ido a estudiar al conservatorio en busca de su sueño de ser un gran músico.

Al igual que Zaira, José Luis es un músico que ha destacado por su talento para interpretar en el piano, lo que lo llevó a estudiar una maestría en la Universidad Veracruzana, época en la que decidieron casarse, cuando ella tenía 24 años.

DE XALAPA A HARVARD

Sin embargo, el talento para la música les abriría la puerta para continuar ascendiendo en su carrera y aprender junto a los mejores músicos del mundo, ya que durante su estudio de especialidad, José Luis recibió una invitación y una beca para estudiar su doctorado en Filosofía de la Música en la Universidad de Harvard en Estados Unidos.

Oportunidad que por supuesto tomó, por lo que durante varios meses el joven matrimonio se separó momentáneamente, para que después Zaira alcanzara a José Luis en Boston.

Durante nueve años el matrimonio Hurtado-Castillo vivió en aquella ciudad, tiempo en que él culminó su doctorado y se dedicó a impartir clases en la misma Universidad, ella también sigo estudiando música y aprendiendo inglés.

Es en esta época cuando llega a sus vidas, su hijo Mateo, pequeño que al igual que sus padres heredó su pasión por la música y tocar el piano, “mi niño estuvo involucrado en la música desde el vientre, desde muy niño me veía dar clases de música y escuchaba tocar a su papá”.

SER EXTRANJERO ES MAYOR RESPONSABILIDAD

Aunque pareciera que a Zaira y José Luis las cosas se les dieron fácilmente, la realidad es que no es así, ya que ambos se prepararon durante muchos años como músicos y después tomaron la oportunidad para continuar su crecimiento profesional en Estados Unidos, en donde la competencia no es sencilla.

“Nosotros siendo mexicanos tenemos más responsabilidad que los americanos, tenemos que hacer que se den cuenta que hay mexicanos muy valiosos y que también colaboran al desarrollo de su país. Hacemos lo que nos corresponde para que nos vean bien”, enfatizó.

Vivir lejos de su hogar no ha sido sencillo para la victorense y menos en los últimos años, ante los hechos de violencia que han azotado al Estado, “estando lejos y te sientes con más preocupación, porque tu familia no está contigo. Te comunicas a diario con ellos, pero siempre es necesario un abrazo y saber que están bien”, expresó Zaira.

Desde hace cinco años, dijo, José Luis recibió una oferta de trabajo para impartir clases como profesor asistente de composición y teoría en la Universidad de Nuevo México, en Albuquerque, por lo que ahora radican ahí.

Ella también es maestra en la Universidad donde da clases de piano en la sección infantil, “aquí (universidad) los niños ingresan desde muy pequeños, se involucran en el conocimiento de la música”, indicó.

La experiencia de más de una década de vivir y desarrollarse profesionalmente en Estados Unidos, ha enriquecido la vida de ambos en todos los aspectos, “las universidades allá (EU) buscan a los mejores maestros para la enseñanza de los niños y jóvenes, hay músicos mexicanos, brasileños, cubanos, puertorriqueños, argentinos, italianos, alemanes, suizos, turcos, entre otros países”.

“Es muy bonito, porque tu aprendes de todos y los demás aprenden de ti. Es una experiencia bastante enriquecedora. Mi esposo José Luis habla inglés, francés e italiano, yo también inglés y algo de italiano y Mateo inglés y español por supuesto”, externó la pianista.

A pesar de la distancia siguen estando en contacto y cercanos a México, por lo que José Luis viene constantemente al país, ya sea a impartir cursos o conciertos, tocando en el mismo Palacio de Bellas Artes, mientras que ella en ocasiones lo acompaña y cuando viene a ver a su familia, imparte un taller de verano en la casas de sus padres, como lo hizo en esta ocasión.

Para Zaira la música no es parte de su vida, la música es su vida, ya que todo lo que posee, lo que más ama, cómo su familia tiene que ver con la música, “la música es mi vida, significa que me siento muy a gusto con lo que hago, doy clases, tocó el piano, me siento feliz”.

Aseguró que ama profundamente la música y enseñarla es una gran satisfacción, “me gusta estar en el escenario, me gusta que la gente esté contenta, eso me motiva para seguir preparándome. También me encanta enseñar, porque estoy formando a los niños”, apuntó.

Destacó que la música, el arte en general, es básico para la vida de toda persona, “sirve mucho para la formación, es una disciplina, que los papás le busquen el gusto a sus hijos, si es por la música que mejor y que lo tomen en serio. La música sirve para abrir tu mente, para ser sensible a las situaciones del mundo y te disciplines”, finalizó.

oal