“La gente que no para de trabajar, lo hace para no tener tiempo de acordarse de que no tiene nada qué hacer” Francis Picabia.

LO CLARO: En los Estados Unidos, las campañas políticas les hicieron a los adversarios de los partidos en escena –recordar que allá es un sistema bipartidista- sumaron a su propuesta (Obama vs McCain en 2008) la atrevida proclama de incorporar de manera gratuita, los estudios universitarios.

El altísimo costo de lo expuesto, hacía tartamudear a quienes se atrevían a formular como posible, tal oferta.

Muchos, acariciaron ése sueño.

En México es casi más posible. Los costos de las universidades públicas son verdaderamente subsidiados por el Estado. Y la preparación académica es muy aceptable.

De esta manera, nos enteramos de la plausible decisión de escuelas superiores de Tamaulipas, que deciden apostarle a la juventud. La Universidad Politécnica de Victoria, incorporada a la SEP y con recursos estatales, entregó 20 cartas-compromiso de Becas de Excelencia, a igual número de alumnos de bachillerato, de escuelas públicas; que por su alto desempeño, podrán obtener condonación de colegiaturas por el período de ingreso, dinero en insumos escolares, una laptop y recursos para también obtener la colegiatura del aprendizaje del idioma inglés; segunda lengua de instrucción en la Universidad en mención.

Quizá así debían ser las campañas electorales. Ofreciendo oportunidades a los que serán en el futuro próximo, los líderes de su comunidad. Que no les tiemble el cuerpo como a Obama y McClain. Ahí viene el 2018 y con el ejemplo expuesto, se ve el éxito de aplicar recursos a la educación…

LO OSCURO. Ahora, un tema de no muy buen talento ni humor.

Quizá le sea familiar el término SAR. Hasta antes de 1996, el sistema de pensiones que manejaba el gobierno mexicano fincaba toda la responsabilidad de acercar recursos en base a tablas de liquidez por los años trabajados, que permitieran al trabajador en retiro, obtener un emolumento que le garantizara un digno descanso por los 28 años de trabajo ininterrumpidos.

En el año en mención -que surtió efectos a 1997-, la consideración gubernamental estimaba que ahora, los propios trabajadores debían destinar parte de sus recursos a un fondo de ahorros y en una primera instancia, el mismo ‘patrón’ a su vez haría una aportación menor a la que venía haciendo, de manera que se aliviara la carga de jubilaciones estatales.

La primera generación de aquellos aportadores, está vigente. Sobre todo, viva.

Ya ve que antes la esperanza de vida de los mexicanos, posibilitaba que muy pronto el mismo gobierno dejara de erogar el dinero por concepto de que ‘ya se fue al otro mundo’.

Bien. En 2017, tendremos miles de aportadores al sistema SAR, ahora bajo las siglas de AFORES.

¿Se cumplieron las expectativas? ¿Los supuestos ‘ahorradores’ confiaron en el esquema y aportaron motu proprio?

¡Pues no hay tal!

Estos miles de cincuentenarios y sexagenarios que llegan a la edad de las ilusiones –de descansar, propiamente- encontrarán un cúmulo de beneficios y aportaciones obtenidas mediante su sistema de pensiones, que significan la cantidad de 73 pesos por día. Viejones…y pobres.

Así lo dijo Roberto Rocha López; presidente de la Asociación de Actuarios Consultores.

Las aportaciones individuales como tal, no parecieron ser un gran esquema, o acaso estuvo mal planteado. El resultado saltará a la vista, con la enorme cantidad de jubilados empobrecidos, que apenas con un salario mínimo, deberán enfrentar la realidad de un hecho innegable. No hay un sistema aún, que garantice llegar con dignidad al último tramo de la vida, después de haber entregado ésta, a cambio de migajas.

Tema que debe seriamente preocupar a los que gobiernan y a la sociedad entera. ¿De dónde solventarán lo que les hace falta para vivir a ésta, primera generación? ¿Y a las que siguen?

COLOFÓN: En la fila de cobrar pensión, le dice una señora a otra “Mi marido es una fiera en la cama”. -¿Es muy arrebatado? –No, marca el territorio con pipí todas las noches. P.D. ‘pa allá vamos, casi llegando. A 73 pesos día.

Correo: alejandrodeanda@hotmail.com

Twitter: @deandaalejandro

HECTOR ALEJANDRO DE ANDA CORTEZ

Colabora en medios impresos y en portales informativos electrónicos. La Columna Claroscuro se publica desde 2007

La columna Claroscuro se publica desde el 2007 en los mismos medios, trisemanal.

Especialmente tocamos temas económicos y de política en general.