París, (Notimex).- Francia amaneció hoy con una “amarga cruda”, en estado de “shock”, luego de su “Maracanazo”, la derrota de su selección en su propia casa, que nadie había previsto y nadie asimila todavía hoy.

“Tengo la impresión de tener una cruda”, comentó un jubilado francés al que la derrota la víspera de su selección en el mítico Estadio de Francia de Saint-Denis le dejó “noqueado”, según comentó.

“Ha sido una ducha fría”, declaró de su lado un joven aficionado galo muy afectado por la derrota.

Las cabezas de la prensa de este lunes ilustran el impacto del “sismo futbolístico” que el país vivió anoche con “incredulidad”.

“Acabados”, tituló el gran diario deportivo L'equipe con una fotografía del centrocampista estrella de la selección francesa, Pogba, tapándose la cabeza con la playera azul de la selección gala.

“Abatidos”, tituló de su lado el diario local Midi Libre, “Demasiado Cruel”, tituló por su parte el diario regional La Dépeche du Midi. “El sueño se rompió”, opinó de su lado Le Figaro.

La caída fue más dura porque nadie en Francia creía ni había previsto que su selección, con todo a favor, iba a perder contra Portugal.

Tal era la convicción de la victoria de Francia que antes del inicio de la final, el diario Le Figaro difundió fotografías del denominado “camión imperial”, de dos pisos, con los lemas ya pintados de “campeones de Europa” y “Merci” (gracias) que los “azules” usarían para saludar a los franceses al día siguiente de la victoria.

Por ello, el gol de Portugal en la prórroga, provocó un silencio profundo en el Estadio de Francia, en donde se jugó el partido y los franceses eran mayoría, y en las fanzones de todo el país que se llenaron como nunca al igual que la televisión local que batió su récord de veinte millones de espectadores.

El presidente Francois Hollande, quien asistió al estadio con una bufanda de su equipo puesta, tenía la cara desencajada en la entrega de trofeos, como muchos de los jugadores del equipo galo que llegaron al hotel en el que habían organizado una fiesta llorando “como niños” en algún caso, según medios franceses.

Esta mañana el presidente francés mantuvo la recepción prevista pese a la derrota e invitó a comer en su residencia del Palacio del Elíseo a los jugadores en su residencia oficial.

De acuerdo con breves comentarios de su servicio de prensa, el presidente les expresó su “gratitud” por su comportamiento y la alegría que le habían proporcionado a los franceses hasta la final.

Pero fue una comida “triste”, de acuerdo con fuentes del Ministerio de Deportes.

Todo lo contrario que las celebraciones de la numerosa colonia portuguesa que vive en Francia, 1.2 millones de personas, de nacionalidad portuguesa o franco-portuguesa, migrantes o hijos de migrantes, que la noche pasada salieron en París y en otras ciudades francesas para celebrar su victoria.

“Somos hijos de emigrantes. Esto es algo que nos da valor”, declaró un obrero de la construcción portugués a una televisora local.