1.- La bancada priista de la LXIII Legislatura tamaulipeca que rendirá protesta el próximo 1 de octubre protagonizará un capítulo sin precedentes. En este momento están frente a una hoja en blanco, las reglas ya no son las mismas, el coordinador de este grupo de 12 diputados no necesariamente puede ser el primero de la lista plurinominal. Sabemos que quien “dedeaba” al Pastor Mayor en condiciones siempre de mayoría, era el gobernador entrante de ese partido, del cual ahora se carece.

Tampoco tienen vigencia los acuerdos que hubieran podido celebrar el mandatario saliente y el que tentativamente sería su sucesor. Esto no quiere decir que se agotaron las posibilidades de Alejandro Etienne de coordinar la bancada del PRI, lo cual ya se comenta, pero las condiciones son otras, el mando es distinto a lo esperado, y en ese contexto se empieza a escribir otra historia.

El 1 de octubre cuando rindan protesta los diputados locales, ya no será gobernador el ingeniero Egidio Torre Cantú y en automático la bancada Tricolor va a depender de su partido, del presidente del Comité Directivo Estatal y dado este contexto inédito, ese dirigente estará recibiendo línea desde el centro, léase Secretario de Gobernación y/o presidente del CEN del PRI, sea Beltrones o su relevo.

Quizá ya para entonces el Lic. Rafael González Benavides, tercero en la lista plurinominal, habrá dejado la presidencia del Comité Directivo Estatal del ex invencible.

La cuestión es que en este momento el PRI requiere en Tamaulipas un nuevo líder, capaz de sacar de los escombros del cismo del 5 de junio lo que quedó del Tricolor y emprender la reconstrucción total del instituto político y  amalgamar el reducto de fuerzas que les quedó en municipios, delegaciones federales, diputados federales, locales y desde luego los Comités Municipales del Tricolor, delegados del partido, dirigentes de los sectores, etc.

El nuevo líder habrá de guiar, motivar a las bases y mantener encendido el espíritu de lucha para dar la batalla electoral próxima, porque en dos años estarán en juego nuevamente en las urnas: dos senadurías, ocho diputaciones federales, 43 alcaldías y 22 diputaciones locales, estamos hablando del 2018 con el ingrediente nacional de la Presidencia de la República.

En esas circunstancias ese líder tendrá que incentivar a diputados federales y locales, para que además de sus respectivos trabajos legislativos hagan pie en sus municipios, con alcalde(o alcaldesa) de oposición o con alcalde (sa) priista según sea el caso. Ejemplos, el dueto Magda Peraza-Paloma Guillén en Tampico <alcaldesa y diputada federal>; pero en Reynosa la Dip. Fed. María Esther Camargo estará sola, sin diputados locales de su partido, con alcaldesa de oposición, pero si con regidores plurinominales e integrantes del Comité Municipal del PRI.

Las Delegaciones Federales también tendrán que hacer mayor presencia mediática para que se perciban más las acciones del Gobierno de la República, en fin una estrategia integral que requiere una voz, que puede ser un coordinador (siempre lo ha habido) más enérgico, que se vea y escuche, pero esta vez con sentido político y social, y deberá estar a cargo de la dependencia más vinculada con la gente, SEDESOL o SEDATU, usualmente han sido coordinadores los delegados de Economía o de Gobernación.

En el caso del PRI Tamaulipas se maneja el nombre del diputado federal Edgardo Melhem Salinas, ya mencionado desde antes de la debacle priista debido a los altos rendimientos logrados en las urnas en 2015; él tiene en este momento tres ventajas: poder coordinar a los diputados federales; conocer la operación de la SEDESOL y tener una antigua relación de amistad con el tamaulipeco Felipe Solís Acero, subsecretario de Gobernación y enlace legislativo con el Secretario Miguel Ángel Osorio Chong.

Pero sea quien sea el Presidente del CDE del PRI, en el Congreso del Estado, la bancada tiene que estar coordinada por un político, por alguien que sepa enfrentar la caballada azul; para acabar pronto, que sea de mano dura o bien de guante suave y elegante.

Esa designación se estudiará muy bien y si reconocen en Alejandro Etienne las características necesarias él será y no por antiguos acuerdos; por el contrario si ese elemento no figura entre los primeros seis lugares plurinominales o los seis uninominales de que dispone en partido, no faltará un mecanismo que permita retirar a uno o a dos de ellos por exceso de fatiga y sustituirlo por algún suplente o por el 7º de la lista de diputados de representación proporcional.

Está en juego el partido, está en juego la elección del 2018. ¿No serán suficientes motivos como para que un voluntario se retire a disfrutar de un trienio o sexenio sabático?

2.- Por su parte el PAN también hará historia en el Congreso del Estado al presidir por primera vez la Junta de Coordinación Política, puesto para el cual se ve encaminado Carlos Alberto “Chito” García González. Con el No. 1 en la lista de diputados de Representación Proporcional. Su ubicación en la propuesta plurinominal del  partido ganador de la mayoría en la LXIII Legislatura sugiere que es el favorito para tan importante encargo.

El matamorense García González tiene 45 años de edad, es egresado del Tecnológico de Monterrey, obtuvo grado de Maestría en Administración de Empresas de la Universidad de Texas en Brownsville y ha sido en dos ocasiones diputado federal en la LX y LXII Legislatura de la Cámara de Diputados, experiencia que lo califica en positivo para ser favorecido por su partido, además de su cercana relación con el gobernador electo Francisco García Cabeza de Vaca.

“Chito” como le llaman sus amigos, fue precandidato a la candidatura de gobernador en el 2010, cuando resultó favorecido José Julián Sacramento Garza.  También se ha desempeñado en el terreno aduanal.

Carlos Alberto García ya dio algunas declaraciones a la prensa como diputado integrante de la próxima legislatura, un punto interesante es el que se refiere a la transparencia, al respecto ha expresado: “Espero que por fin nuestro Congreso deje de estar en la lista de opacidad, como lo califican evaluaciones del trabajo legislativo nacional”.

Eso suena a compromiso y la realidad es que como oposición los diputados panistas dejaron asentado en diferentes tiempos la falta de transparencia y rendición de cuentas de los gobiernos priistas en sus diferentes niveles, ahora los papeles se invierten y lo que pueden esperar los tamaulipecos, es que no repitan lo que tanto criticaron en sus adversarios políticos.

Ana Luisa García García

(15-Nov-1950) es licenciada en Periodismo por la Universidad Veracruzana generación 1969-1973.

Ejercicio profesional en los siguientes medios: El Dictamen de Veracruz, El Diario de Cd. Victoria, El Universal y Ovaciones en la Cd. de México, El Heraldo de Tampico. Autora de la columna Argot Político en El Mercurio de Tamaulipas (1988-1989) y de la columna Presencia publicada en La Verdad (1987-2016) y en diferentes portales informativos.