Nadie escapa al acontecimiento histórico del que estamos siendo testigos en Tamaulipas y nada será suficiente para poder comprender lo sucedido, recordando a Benedetto Croce, el gran pensador italiano del siglo XX que decía que ningún hombre era capaz de explicar y comprender el presente, porque estando inmerso en él, le era imposible verlo con claridad; que eso solo era posible a través de la historia, cuando pasado el tiempo otros puedan verlo a la distancia.

Siendo así, es necesario entonces echar mano de otros recursos que den luz y nos acerque a estos hechos sin precedentes. El triunfo del PAN en Tamaulipas es signo de que la sociedad tiene capacidad de reacción; de manifestar su hartazgo por el abuso de funcionarios públicos que se convirtieron en una élite con privilegios haciendo negocios como proveedores y ejerciendo el nepotismo en forma cínica.  

Pero más allá de lo sabido a ojos vistos, un amigo mío me decía que lo sucedido en Tamaulipas era como el caso de los dueños de un negocio que han sido defraudados por sus gerentes. “Cuando el dueño de la tienda se da cuenta que el encargado lo está robando, decide cambiarlo, o bien hacerse cargo de manera personal de su negocio”.

Eso me hizo recordar la parábola del evangelio de San Mateo que habla del dueño del viñedo: “Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon. De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero los trataron de la misma manera.

Finalmente les envió a su hijo, diciendo: "A mi hijo le respetarán." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: "Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia." Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron. Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?”

Llevándolo al plano terrenal, los labradores encargados de cuidar esta viña tamaulipeca se ocuparon durante las últimas décadas de apalear a todo el que intentara pedirles cuentas, y ese dueño de la viña, a veces oposición, a veces empresarios, a veces gente de a pie, recibió migajas, burlas y agravios por parte de quienes ostentaron la administración estatal, permitiendo agresiones en contra de la vida y el patrimonio de quienes habitan este territorio.

Ahora el dueño de la viña se hizo presente y la pregunta está en el aire ¿qué hará con aquellos labradores?, por lo pronto los echó, con la contundencia de 630,513 votos decidió encargar la viña a otros labradores, de los que espera cosechas abundantes.

 Ahora los recién contratados tiene una disyuntiva, sentarse en el oxidado sistema de prebendas o desmontar el andamiaje y diseñar una nueva forma para gobernar, administrar y dar buenos frutos.

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