En todo sistema democrático las alternancias son buenas, son procesos que ineludiblemente se dan, tarde o temprano llegan, porque el pueblo lo demanda, caducan los sistemas o simple y sencillamente  así tiene que ser.

Cuando los sistemas se vuelven caducos es necesario renovarlos, se inician nuevos ciclos y se reinventan las marcas desgastadas, por eso en esta vida todos debemos aprender  que siempre será bueno renovarse, darse cuenta que lo que ayer funcionaba, era novedad y se vendía como lo mejor hoy es obsoleto, los tiempos cambian y las personas también.

Claro, siempre hay miedo, resistencia a los cambios porque no se sabe que pueda deparar el destino, en ocasiones nos aferramos a algo, no queremos darnos cuenta que se tiene que renovar, pero al final del día todo cambio es bueno.

Mire, en ocasiones caemos en depresión, nos enojamos hasta con la vida cuando alguien más tiene que ocupar el puesto que teníamos, nos quejamos, lloramos y hasta maldecimos, luego, con el paso del tiempo, hasta agradecemos que nos sacaran de nuestra área de confort porque así pudimos explorar nuevas oportunidades en donde se está mejor.

Cuando se está fuera de los presupuestos es cuando se saca la casta y nos las personas se dan cuenta de que están hechos, hasta descubren cualidades que desconocían, claro, siempre y cuando se tenga humildad, deseos de salir adelante y demostrar que se sabe trabajar, de lo contrario asumir los cambios resulta complicado porque se carece de la capacidad de enfrentar los nuevos retos.

Cuando hay necesidad de hacer un cambio es como cuando nos mudamos de casa, ubicamos bien donde estamos, que necesitamos, acomodamos los tiempos y espacios, le damos el valor a todo en su justa dimensión, tiramos lo que no sirve, convivimos con otros vecinos, nos adaptamos a los nuevos espacios, cambiamos de rutinas, tomamos otras vías y tratamos de hacer mejor las cosas para que nuestro entorno sea afable, pues igual sucede con los cambios de administraciones, sean del color que sean, se queda lo que sirve, lo que no pues se va.

En este caso el PRI va a tener que deshacerse de personajes que no le sirven, saber que era necesario escuchar lo que el pueblo gritaba, entender que en las luchas no se requieren solo generales, se le debe poner atención a la tropa que a final de cuentas es quien lleva a la victoria o hace que se  sufran derrotas.

Sin duda alguna el Partido Revolucionario Institucional hoy por hoy es el instituto político con más y mejor organización, excelentes estructuras, lo malo es que tanto general desgastó la marca que  requiere reestructurarse, voltear a ver sus cuadros valiosos y apostarle a los talentos jóvenes para para para poder renovarse.

Lo sucedido el domingo en la elección es para todos una lección que lleva a la reflexión, sea cual sea el cambio en cualquier acción, función o administración son oxigenación, valoración y replanteamiento.

Hasta en nuestras propias vidas, si algo está mal debe atenderse, reinventarse pero que la reconstrucción sea desde los cimientos para no solo ser mejores profesionistas sino mejores seres humanos, que el cambio se vea reflejado no solo en quienes gobiernen sino en nosotros mismos.

Recordemos que para que las cosas estén bien se tiene que tener un equilibrio, de las derrotas también se aprende y se crece, una caída sacude y nos enseña a utilizar todos los sentidos, al levantarnos miramos a nuestro alrededor todo lo que nos rodea, no se trata de maldecir, echar culpas, llorar por lo que no supimos valorar, no, solo se trata de aprender, reinventarse y nuevamente asumir los retos pero ya con la experiencia que será fortaleza intentar recuperar lo que se perdió.

Los triunfos son lucha y votos de confianza si no se cuidan no son duraderos, todo por lo que se luchó se va a la basura, el PRI tiene que renovarse y el PAN aplicarse, escuchar siempre lo que el pueblo le señale, la derrota tricolor también debe ser reflexión para los azules.

En fin, la situación es que, véalo por donde lo vea,  es un hecho que todo cambio es bueno, que las instituciones deben renovarse o morir, toda elección es una lección, una invitación a una buena reflexión. 

Rosa Elena González

Es Licenciada en Relaciones Públicas. Ha colaborado con editoriales en El Mercurio.
Actualmente su columna Vida Diaria se publica en el Portal HOYTamaulipas y los periódicos La Verdad de Tamaulipas, Expreso, La Extra, La Voz de Tula, El Tiempo de Mante y Astronoticias, El Bravo de Matamoros y Canal 10