Estando en Billares El Yoyo de Nuevo Laredo, que es donde tradicionalmente me junto para disfrutar el ameno deporte del billar y platicar con los amigos de cuantas sonseras se nos ocurren, empezó a tocar en la radiola una vieja melodía del otrora grupo Pegasso, el original, cuando estaban juntos Emilio Reyna y “El Pollo” Federico Esteban, antes de que se pelearan y se dividieran en dos grupos, el supuesto “Pegasso apócrifo”, que fue el que siguió “pegando” con la voz de Emilio y a la que se agregó la de José Santos “El Títere”, y el “Pegasso genuino”, que no pegó tanto, por más voces que desfilaron en dicho grupo. No obstante hoy en día, por cuestiones legales, “El Pollo” Federico Esteban mantiene el nombre oficial de Pegasso, mientras que Emilio Reyna, ya sin “El Títere”, ya sin nadie, amargado, casi solo, pues igualmente terminó peleándose con todos, sigue vigente con su “Pega-Pega”.
Pues bien, la canción que se dejó escuchar fue la de “Chapotea”, uno de los primeros éxitos de Pegasso. Un amigo de nombre Justo en broma dijo “esa rola va a pegar”, y varios nos reímos. Y es que todos nos acordamos de aquellos viejos tiempos cuando “Chapotea” sonaba en la radio, pero sobre todo sonaba, y sonaba mejor, en las consolas de las casas. Aquellos que tenían el privilegio de tener una consola le subían todo el volumen, y los sonidos acústicos de la canción tintineaban en todo su esplendor. Eran tiempos en que las calles no estaban pavimentadas, y cuando llovía, en los meses de abril o mayo, se formaban enormes charcos en la vía pública. Era entonces cuando algún vecino sacaba su disco de Pegasso de 33 revoluciones volumen 3, lo ponía en el tocadiscos de su consola, y los chamacos salíamos a “chapotear” en el charco al son de la citada canción. ¡Qué tiempos aquellos!
Eran los inicios de la década de los 80´s en que Pegasso inició en la zona norte del país una revolución musical, precediendo a otros grupos, y dejando atrás a conjuntos como Renacimiento 74, de donde de hecho surgió Pegasso, pues “El Pollo” Federico Esteban formó parte del “Rena”, del cual salió precisamente para formar Pegasso. No obstante las canciones del Renacimiento 74 seguían sonando, con música pegajosa acompañada de la “gangosidad” de Adán Ibarra, su fundador, o la voz romántica de Juan “Diablito” Pérez, aquel que muriera de pulmonía tras después de bañarse salir al fresco de la noche en el balcón de un hotel, pero que dejara de legado canciones como “Ella Es” y “Esperando tu voz”. Canciones que sin duda forman parte del repertorio de las mejores canciones del recuerdo de muchos.
El grupo Pegasso “original”, así entre comillas tuvo varios integrantes a lo largo de sus cinco discos que grabaron, todos de 10 canciones cada uno. Los primeros integrantes fueron Juan Antonio Espinosa, quien era la primera voz; Héctor Olavarrieta en los teclados; Félix Iñiguez en las tumbas; José Santos en el bajo eléctrico, Jorge Puig, baterista y Federico Estevan, guitarrista (Estevan es apellido y es con “V”). La mayoría de ellos se va del conjunto (ese fue el primer pleito) y forman el grupo Paloma. A “El Pollo” Estevan solo lo sigue “El Títere”. “El Pollo” busca nuevos integrantes y reúne a Emilio Reyna, Mario Alberto Molina, Miguel Ángel Quiroz, Víctor Manuel Camacho y Valdo Toscano, quien venía del Renacimiento 74. Pero indudablemente el “dream team” lo conformaron Emilio, “El Pollo”, “El Títere”, Marco Vinicio, Reynaldo Flores, Javier Ramírez y Sergio Tamez.
De su primer disco sin título, pero identificado como “Paloma”, destacan sus éxito “Los Dos Amantes”, “Palito Guardasereno”, “Palabras de Amor”, “Lindo Amor” y “Deja que Salga la Luna”. Del segundo sencillo titulado “Se Tambalea”, pegó mucho la canción del mismo nombre, así como “Yo Comencé la Broma”, “María”, “Ando Navegando”, “La Despedida” y “Linda María”. Un disco que gustó mucho. Luego vino el exitazo con el tercer volumen y su tema “El No te Quiere”, además de “Chapoteando”, “Amor, Engaño y Perdón”, “Vuelve por Favor”, “Rocío de Amor”, “Morena de mis Amores”, “Mi Rancherita”, “Vida”, igualmente casi todo el disco gustó.
Ni que decir del número cuatro, con los temas “Amor Vendido”, “Se Acabó Quien te Quería”, “Anna”, “Hola como Estás”, “Amor no me Ignores”, “Loco Proceder”, “Tus Rencores”, y el inolvidable “No Rompas”, tema en el que Emilio ya muestra su molestia hacia “El Pollo” al decirle en plena canción “¡Ay como molestas!”, en clara muestra de que ya había diferencias entre ellos. Y el quinto y último LP que grabaron juntos, también fue un éxito, con temas como “La Arenita”, “Llamada para Ti”, “Niña”, “Como una Estrella”, “Corazón Rebelde”, “Regresaré” y “Dime Porqué”.
De ahí vino la bronca, era 1985 y “El Pollo” se fue a registrar el grupo a la capital del país, mientras los demás se van de gira por Guanajuato, donde los alcanza y le dicen que ya no pertenece al grupo, aun cuando él fue quien lo creó. Se llevan el autobús y el camión de los instrumentos. El autobús llega a Monterrey, pero el camión de los instrumentos lo mandan a Nuevo Laredo, donde la aduana lo confisca, con el apoyo del periodista finado, Fernando Gloria de la Cruz, quien en aquel entonces laboraba para el periódico Laredo Ahora, y quien era quien controlaba la aduana. “El Gordo” Gloria era amigo de “El Pollo”, dándole oportunidad a que este llegue a Nuevo Laredo y reclame el camión. De ahí el rompimiento fue total. “El Pollo” se va y arma nuevamente otro grupo, volviendo a convocar de nuevo a Juan Antonio Espinosa y sacan un disco titulado “Mirada de Amor”, con éxito como “La Yerba se Movía”, “Muñequita”, “El Parrandón”, luego viene el disco de “La Duda” y “Esa vez Lloré”, que fueron éxitos, y más tarde “Reflexiona”, “El Último Beso” y “Siete Primaveras”.
A su vez Emilio y los suyos siguieron con el disco de “Andariego”, donde se incluyen “Ya lo Decidí”, “Agua Clara” y “Llévale”, y luego vino “Enamorado” y “Adolescente y Bonita”, y de ahí en fuera la debacle, pues Reynaldo Flores se salió para conformar el grupo “Toppaz”, y “El Títere” hizo lo mismo para crear “Mitades”, ¡y adiós al Pegasso! Hasta hoy en día, a 20 años de su separación Emilio Reyna y Federico Estevan mantienen su orgullo, de no hablarse. Ni pensar en un reencuentro entre ambos, mucho menos entre todos los demás. Un reencuentro que muchos quisiera del “dream team” del Grupo Pegasso, aquel de los éxitos de la primera mitad de la década de los 80´s. Cada quien anda por su rumbo. Nos tendremos que seguir conformando con seguir escuchando la música que nos legaron. No tengo la menor duda de que todo aquel “cuarentón” y “ciencuentón”, tiene en las listas musicales de reproducción de su computadora, o sus “smarphones”, cuando menos una canción del grupo Pegasso, el original, el de “El Pollo” y Emilio.
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