Hoy en día, los olivares de mayor reconocimiento en el país se encuentran principalmente en los estados de Sonora, Baja California Norte y en especial, en Tamaulipas, donde hace 7 años se creó un olivar de más de 2,100 hectáreas que incrementó considerablemente la producción de aceite de oliva extra virgen en México y que contribuye sustancialmente al desarrollo social, económico y ecológico de la región.
El municipio de Tula en el estado de Tamaulipas, ubicado en el noreste de México fué seleccionado por un grupo visionario de empresarios por sus excelentes condiciones geográficas y climatológicas para cultivar olivos con el objetivo de producir aceite de oliva extra virgen en México.
Basado en una minuciosa investigación y una amplia experiencia en el cultivo de olivos, fueron plantados hace 7 años más de 500,000 olivos de las variedades Arbequina, Arbosana y Koroneiky en una superficie de poco más de 2,100 hectáreas. Fuente: http://olivaresdelasierra.com/contexto-historico-del-cultivo-del-olivo-en-mexico/
Con una visión de una agricultura sustentable y modernos sistemas de riego por goteo, los huertos producen desde el año 2010 excelentes y saludables frutos de los que se obtiene un aceite de oliva extra virgen cuyas características son equiparables a los mejores aceites del mundo.
Don Guadalupe Rodríguez Moreno fué clave para que naciera “Oliva Real”, el proyecto para producir más de 250 mil litros de aceite de oliva al año en la zona árida del estado. Don Lupe guía el recorrido tras soportar las críticas con el afán de ver que su gente volviera a ver producir sus tierras. Fuente: http://www.parandoreja.com/los-duenos-del-campo/
“Yo era comisariado ejidal cuando se dio este proyecto, me juzgaron un loco, un Comisariado ejidal loco, el López de Santa Anna, tantas cosas…pero yo lo hacía por la gente, para que la tierra volviera a producir pues a nosotros nada más nos faltan recursos y no los teníamos. Ahora tenemos beneficios, cada ejidatario tiene un contrato individual además del contrato colectivo y las tierras se han rentado por 30 años, pensando en nuestros hijos y los hijos de los empresarios, porque ni ellos ni nosotros somos eternos”.
El ambicioso proyecto para hacer producir olivos en el altiplano tiene el respaldo de Olivos de Tamaulipas, una empresa de capital español y Olivares de la Sierra, empresa mexicana. Cada una de ellas renta mil hectáreas y poseen 250 árboles de olivo por hectárea con 9 años de vida, lo que hace un total de 250 mil árboles. La mancuerna la encontraron entre los 198 ejidatarios de “Tanque Blanco” y habitantes del ejido “Terrones Benítez” que en 2003 les dieron el sí.
Ubicada en el Ejido Tanque Blanco, Municipio de Tula, Tamaulipas, en el noreste de México, inauguraron las instalaciones en noviembre de 2010. Desde esta fecha procesan las aceitunas de poco más de 500,000 olivos, que fueron plantados a lo largo de los últimos 7 años, bajo excelentes condiciones geográficas y climatológicas, en una olivar de 2,100 hectáreas, por las sociedades de producción rural: Olivares de la Sierra y Olivos de Tamaulipas.
Olivares de la Sierra se ha convertido en un importante detonador económico para la región y el estado, ya que se han creado nuevas fuentes de ingreso para los campesinos y se ha contribuido con nuevas fuentes permanentes de empleo que contrarrestan la importante migración en la zona.
Ahora, después de inaugurada la Planta procesadora de aceite de oliva por el ex gobernador Eugenio Hernández en noviembre de 2010, se registran 2 años de operaciones de extracción de aceite extra virgen de excelente calidad.
La planta industrial cuenta con equipos de alta tecnología fabricados en España. En la producción se utilizan un extractor de aceite en frío con decanter de 3 fases, los deshechos orgánicos de la producción son convertidos y utilizados en los olivares como biofertilizantes. El aceite es almacenado en tanques de acero inoxidable bajo las más estrictas condiciones de higiene y seguridad, para ser envasado y enviado hasta las instalaciones de nuestros clientes.
En los primeros dos años se extrajeron más de 15 mil litros de aceite y en 2013 se procesaron cerca de 8 mil litros de excelente calidad extra virgen. El mercado principal es de exportación en un 70% y mercado nacional el restante 30%.
Este proyecto potencial detonador ha convertido a Tamaulipas como el Olivar de México, junto con los más de 120 has de invernaderos de hortalizas como tomate, chile y pepino, que se ubican en esta región, paralelo a otras 80 has en el resto del estado, proponen distinguir al ex Cuarto Distrito como una región de pujanza económica y social.
Desde los tiempos del gobierno de Américo Villarreal Anaya (1987-1992), se instalaron más de 45 pozos profundos de irrigación agrícola y abastecimiento humano en esta región, sin haberse explotado de forma que ahora se está aprovechando. El viejo paradigma era de uso para riego de granos básicos, de bajo valor agregado, por lo que con esta nueva concepción agropecuaria y agroindustrial, se está optimizando este vital líquido.
Sin embargo se requiere impulsar más el uso y aprovechamiento de este recurso para los beneficiarios ejidatarios sin menoscabo de ser aceptadas inversiones privadas de empresarios regionales y de otros estados o países.
La etapa de aprendizaje de esta labor ya sentimos que fue absorbida por los agricultores locales y por los grupos de migrantes agrupados en “clubes de migrantes”, que debieran estudiar el impulso de agronegocios derivados de la nueva forma de producción hortofrutícola, como sería el proceso de agroindustrias envasadoras de salsas picantes mexicanas, purés de tomate, salsas cátchup.
Además, iniciar el estudio de factibilidad de aprovechamiento de los excedentes de olivos para ser procesadas como aceitunas con o sin hueso en salmuera, a la par de la producción de “aceite de oliva extra virgen” que ahora procesan los inversionistas españoles en combinación con los 198 ejidatarios asociados del proyecto.
Para ello, se podrían estudiar alternativas de inversión vía clubes de migrantes, programa 3x1 de apoyo a migrantes de SEDESOL y del FIRCO, y de apoyos de SAGARPA y SDR del gobierno del Estado. El papel de la autoridad municipal es clave en todos estos proyectos agroindustriales, al ser la primera autoridad interesada de ver desarrollarse su región con base a sus propios pobladores y productores ejidales.
