Desaceleración económica y modelo neoliberal

A partir del mes de julio y agosto, primero el Banco de México, por medio del Gobernador del mismo Agustín Carstens, después la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, por medio del Secretario Luis Videgaray, reconocieron que la economía mexicana muestra signos de desaceleración económica, culpando principalmente a la crisis económica mundial.

Ahora son la grandes calificadoras crediticias, las que opinan sobre esta desaceleración económica mexicana, por lo que el pasado 21 de agosto declaró Mauro Leos, director de riesgo soberano de Moody´s que el gran pendiente para México es el crecimiento económico, y sus bajas tasas de los últimos años limitan una mejora en su calificación crediticia, de ‘BAA1′ a niveles de ‘A’.

Durante la inauguración de la XIV Reunión Anual de la calificadora, destacó que concretar el paquete de reformas estructurales, en particular la energética, apoyará el crecimiento del país. Por ello, consideró que viene “un periodo crítico” de aquí a fin de año. (Fuente: http://aristeguinoticias.com/2108/mexico/calificadoras-estiman-bajo-crecimiento-de-economia-mexicana/ )

Agregó que nuestro país se encuentra en buena posición en temas de finanzas públicas, debido a que hay un manejo conservador, mientras que en su balanza de pagos tiene un desempeño medio, y el pendiente es el crecimiento. Precisó que el promedio de crecimiento de los últimos 10 años del país fue de 2.5%; sin embargo, después de la crisis de 2009, el crecimiento promedio fue de 4.4%, aunque esto no es permanente y tenderá a regresar a las bajas tasas, advirtió.

El directivo añadió que de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el potencial de crecimiento de México se encuentra en un rango de 2.4 a 3.3%, mientras que con las reformas podría desplazarse hacia entre 3.0 y 4.0 por ciento. “En la medida en que pasen las reformas, se va a mover hacia delante el potencial”, y añadió que la reforma más relevante es la energética, por encima de la hacendaria, por los consensos que deberán alcanzarse y las inversiones que detonará.

Por su parte, la firma financiera Merril Lynch dio a conocer que la economía mexicana cayó en un “fuerte y profundo bache”, después de que fue divulgado el reporte sobre la evolución del Producto Interno Bruto (PIB) al segundo trimestre del año.

Carlos Capistrán, economista en jefe para México de la firma financiera, comentó que un mejor crecimiento en Estados Unidos y un incremento en el gasto público deberían ayudar a la aceleración de la economía en los próximos meses. “Esperaríamos que la aceleración comenzara con la producción industrial —que representa alrededor de una cuarta parte del PIB– y después se traslade al sector servicios” –que concentra dos terceras partes del valor de la economía–, dijo.

El banco, una división de Bank of America, apuntó que “un mejor crecimiento de Estados Unidos en el futuro y un aumento en el gasto del gobierno debe ayudar a la economía (de México) a acelerarse en los próximos meses”. Cabe recordar que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) anunció que la economía de ese país se contrajo 0.74% en el segundo trimestre respecto del mismo periodo de 2012, la primera vez que esto ocurre desde el segundo trimestre de 2009. (Fin de notas citadas).

Lo lamentable de todo este bagaje de opiniones de expertos es que todos coinciden que la única salida para medio crecer en solo un Punto Porcentual del PIB, es de llevar a cabo la Reforma Energética.

Hasta ahora son muy poco claros los beneficios que se anuncian sobre la necesidad de la reforma sin dar mayores elementos técnicos y económicos que lo justifiquen. Solo basta con revisar los resultados obtenidos por nuestro país, ante las ventas de garaje que los gobiernos salinistas, zedillistas y los dos del PAN lograron en los últimos 24 años de gobiernos neoliberales, siguiendo pautas marcadas desde el “Consenso de Washington”.

Los Ferrocarriles pasaron a manos norteamericanas, y desde entonces sigue el mal servicio, no ha crecido la infraestructura ferroviaria de nuevas líneas, maquinaria y estaciones, y el ferrocarril de pasajeros brilla por su ausencia. Ernesto Zedillo forma parte del consejo de administración de una de las compañías citadas.

Telmex dejó de ser del Estado, se convirtió en una empresa exitosa por las concesiones obtenidas en las líneas y la fibra óptica, y se amplió hacia Telcel logrando en pocos años convertir a su propietario en el hombre más rico del planeta.

Las carreteras de cuota en su mayor parte se concesionaron por lo que ahora tenemos una infraestructura carretera privatizada de mediana calidad pero de muy altos costos por su aprovechamiento.

La Banca mexicana dejó de ser nacional y pasó a manos extranjeras, con excepción del Grupo Banorte, convirtiéndose en una banca de usura, con altos costos por sus servicios y muy bajo porcentaje de apoyo a créditos productivos del sector de las MIpyMes mexicanas.

Así se podrían seguir citando los casos de Luz y Fuerza del Centro, Banrural, Fertimex, Semillas Mejoradas, Conasupo, Siderúrgica, Ingenios Cañeros,  Instituto Mexicano del Petróleo, Canal 13 de TV, etc. Por la sola ligera revisión de esta pequeña muestra de algunas de las históricas privatizaciones, es que sin desconocer la importancia de la “Reforma Energética”, se tienen que considerar las mejores propuestas que para ello se sintetizan entre los tres principales partidos de México, esto es revisar a fondo las propuestas del PAN, PRI y PRD.

Pero lo más importante que siempre he afirmado, es tiempo que México revise a fondo su actual Modelo Económico Neoliberal, que de pautas de reconvertir las variables externas del mismo, para que respetando los distintos acuerdos comerciales con los principales bloques económicos del mundo, y la operación de las grandes empresas transnacionales y el sector maquilador, se dé prioridad a un modelo de crecimiento económico  paralelo (Mixto) “Hacia Adentro”.

Este es es requisito indispensable para reencausar el crecimiento económico de 5 a 6 puntos del PIB, que el gobierno mexicano respalde y apoye con una política financiera integral al sector del campo y de las MiPyMEs, como lo propone en principio el recién creado “Instituto Mexicano del Emprendedor”.

Es por medio de fortalecer el “Mercado Interno”, donde México tiene hoy por hoy, su principal fortaleza, ante la debilidad que desde el año 2008 ha mostrado el mercado externo a raíz de la crisis económica mundial.